sábado, febrero 20, 2010

Una voltereta de afán
Francisco Valderrama Mutis

Las ejecuciones extrajudiciales, llamadas “falsos positivos”, se convirtieron en una tragedia anunciada desde que el 17 de noviembre de 2005 el Ministro de Defensa de entonces, Camilo Ospina, hoy aspirante al cargo de Fiscal General con el apoyo-

incondicional de Uribe, expidiera la Directiva Nº 29 orientada a establecer una tabla de incentivos y recompensas “por la captura o abatimiento en combate de cabecillas de las organizaciones armadas al margen de la ley...”.

La Directiva privilegiaba el método del “body count” o conteo de bajas, abandonado por los norteamericanos para medir los avances en la guerra después de la estruendosa derrota de Vietnam, donde produjo múltiples masacres y genocidios contra la población civil por la necesidad de mostrar “positivos” donde sólo había engaño.

El Personero de Soacha denunció hace ya dos años que la desaparición de unos muchachos en ese municipio y su posterior aparición en Ocaña muertos y presentados como integrantes de un grupo guerrilero era un engaño para conseguir premios e incentivos por parte de los militares.

Desde entonces la suma total de estos “falsos positivos” se acerca a los 1.800 casos, configurándose un verdadero genocidio contra la población civil.

El mecanismo utilizado es de por sí macabro: aprovechan la desesperación de los muchachos para conseguir trabajo con el fin de trasladarlos y luego asesinarlos montando la escena como si hubieran sido dados de baja en un combate.

Preocupados por responder rápidamente las primeras denuncias, las autoridades militares y el gobierno de Uribe destituyeron como una medida efectista a 27 oficiales, pero pasaron rápidamente a una actitud de defensa, unas veces soterrada, otras desembozada, de los militares implicados.

Uribe ha sostenido en discursos ante las fuerzas militares que se trata de “falsas denuncias”, la cúpula militar no solo ha respaldado esta interpretación sino que incentivó la conformación de una organización de apoyo jurídico a los militares implicados, que supuestamente son víctimas de una “guerra jurídica” desatada por los simpatizantes y amigos de los guerrileros.

La estrategia de los abogados ha sido la de dilatar los procesos para sacar a sus defendidos por vencimiento de términos, ya que no pueden probar su inocencia.

Los padres de familia de las víctimas y sus defensores han sido aislados, perseguidos y amenazados, sin que sus reclamos de protección por parte del Estado haya sido escuchados. Pero a los victimarios concentrados en un batallón en Bogotá la cúpula militar les organizó en días pasados fiesta con sus familiares.

El rechazo nacional e internacional contra la posición del gobierno y las liberaciones de los incriminados ha tenido tanta resonancia que los funcionarios de Estados Unidos se han visto obligados a reclamarle en público al gobierno de Uribe por los crímenes-

cometidos y por su vergonzosa liberación. 53 parlamentarios demócratas en enero se quejaron ante el gobierno de Obama por la continuación del apoyo al gobierno de Uribe y la financiación del Plan Colombia a pesar de las graves acusaciones contra las fuerzas-

militares por violaciones a los derechos humanos y la ausencia de una posición enérgica del gobierno. Este es otro palo que Uribe atraviesa en el camino de la aprobación del TLC en el congreso estadounidense.

Por la necesidad de darle contentillo a los gringos y porque tiene urgencia de asegurar su reelección, propia o en cuerpo ajeno, Uribe decidió recibir el viernes pasado a las madres de las víctimas de Soacha, asegurando de labios para afuera y para los medios-

de comunicación que pedía que se aceleraran las investigaciones en la fiscalía y que se garantice que el acerbo probatorio va a impedir que salgan por vencimiento de términos.

Sin embargo, lo notorio del día de la cita lo protagonizaron algunas de las madres que fueron a manifestar su inconformidad al Palacio de Nariño.

Se negaron a entrar porque dicen que Uribe las quiere utilizar: "Nosotros radicamos una carta recién que sucedieron estos hechos, y no nos atendió, entonces, ¿por qué ahora, que se está haciendo lo de la reelección, lo de las elecciones, por qué nos quiere utilizar en estos momentos?" precisó Luz Marina Beltrán Porras, según lo registró El Espectador del 13 de febrero.

Lo que las madres de las víctimas necesitan es que se haga justicia y no sainetes reeleccionistas para los medios de comunicación.

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Parauribismo/
Los medios ocultan la mayor fosa común de América, mientras el Estado colombiano busca alterarla
Por Azalea Robles

Recientemente en Colombia se descubrió la mayor fosa común de la historia contemporánea del continente americano, horrendo descubrimiento que ha sido casi totalmente invisibilizado por los mass-media en Colombia y en el mundo.

La fosa común contiene los restos de al menos 2.000 personas, está en La Macarena, departamento del Meta. Desde 2005 el Ejército, desplegado en la zona, ha estado enterrando allí miles de personas, sepultadas sin nombre.

La población de la región, alertada por las filtraciones putrefactas de los cadáveres a las aguas de beber, y golpeada de desapariciones, ya había denunciado la existencia de la fosa en varias ocasiones durante el 2009: había sido en vano pues la fiscalía no procedía a investigar.

Fue gracias a la perseverancia de los familiares de desaparecidos y a la visita de una delegación de sindicalistas y parlamentarios británicos que investigaba la situación de derechos humanos en Colombia, en diciembre 2009, que se ha logrado destapar este horrendo crimen perpetrado por los agentes militares un Estado que les garantiza impunidad.

Se trata de la mayor fosa común del continente. Dos mil cuerpos en una fosa común, eso es un asunto grave para el Estado Colombiano, pero sus mass-media, y los mass-media internacionales, cómplices del genocidio, se han encargado de pasarla casi totalmente bajo silencio, cuando para encontrar una atrocidad parecida hay que remontarse a las fosas nazis.

Este silenciamiento mediático está sin duda vinculado con los inmensos recursos naturales de Colombia, y los mega-negocios que allí se gestan en base a las masacres.

La Comisión Asturiana de derechos humanos, que visitó Colombia en enero 2010, (menos de un mes después del destape de la fosa) ha estado preguntando a las autoridades sobre el caso.

Las respuestas han sido preocupantes: en fiscalía, en procuraduría, en el ministerio del interior, en la ONU, todos pretenden eludir el tema. Mientras tanto tratan de “operar” la fosa para minimizarla, pero ya la delegación británica la constató, y las mismas autoridades reconocieron al menos 2000 cadáveres.

En diciembre “el alcalde, afín al gobierno, lo denunció también junto al sepulturero”, pero después, las presiones oficiales tienden a hacerles "disminuir sus apreciaciones sobre el número de cuerpos NN”

La delegación asturiana ha denunciado la ostensible voluntad de alterar la escena del crimen: “nadie está protegiendo el lugar. Nadie está impidiendo que se puedan disfrazar las pruebas.

Que un tractor pueda entrar y volver a entremezclar cadáveres anónimos, a sacarlos y llevarlos a otro lugar” (1) “solicitamos a las instituciones responsables del Gobierno y del Estado colombiano que implementen las medidas cautelares necesarias para-

asegurar las informaciones ya registradas en los documentos oficiales, que tomen las medidas cautelares necesarias con el fin de asegurar el perímetro para prevenir la modificación de la escena, la exhumación ilegal de los cadáveres y la destrucción del material probatorio que allí obra.

Fundamental la creación de un Centro de Identificación Forense en La Macarena con el fin de lograr la individualización y plena identificación de los cadáveres NN allí sepultados.” (2)

La Delegación Asturiana transmitió a las autoridades otra denuncia. Las autoridades adujeron desconocimiento, y alegaron incapacidad operativa "hay tantas fosas comunes en nuestro país que (...).

" Se trata del municipio de Argelia en el Cauca: “Un "matadero" de gente, donde las familias no pudieron ir a buscar los cuerpos de sus desaparecidos, pues los paramilitares no las dejaron ingresar de nuevo a sus comunidades: desplazaron a los sobrevivientes.

Las víctimas sobrevivientes relataron: “había gente amarrada a la que echaban perros hambrientos para ir asesinándolos poco a poco.”

En Colombia, la Estrategia Paramilitar del Estado Colombiano, combinada con el accionar de policías y militares ha sido el instrumento de expansión de Latifundios.

El Estado colombiano ha desaparecido a más de 50.000 personas a través de sus aparatos asumidos (policías, militares), y de su aparato encubierto: su Estrategia Paramilitar (3).

El Estado colombiano es el instrumento de la oligarquía y las multinacionales para su guerra clasista contra la población: es el garante del saqueo, la Estrategia Paramilitar se inscribe en esa lógica económica (4).

La invisibilización de una fosa común de las dimensiones de la fosa de la Macarena obedece a que los negocios de multinacionales y oligarquías se basan en ese horror, y a que esta fosa es producto de asesinatos directamente perpetrados por el ejército nacional de Colombia,-

lo cual prueba aún más el carácter genocida del Estado colombiano en su conjunto (más allá de su presidente Uribe, cuyos negocios y vínculos con el narcotráfico y el paramilitarismo están más que comprobados (5)).

La complicidad de los Mass-media es criminal, tanto a nivel nacional, como internacional. Los pueblos nos debemos de romper el silencio con el que se pretende ocultar el genocidio.

Urge solidaridad internacional: Colombia es, sin duda, uno de los lugares del planeta en el que el horror del capitalismo se plasma de la forma más evidente, en su paroxismo más absoluto.

Notas:

(1) http://www.pachakuti.org/textos/hemeroteca/2010_1/fosas-poco-comunes.html

(2) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=100450&titular="europa-no-puede-firmar-un-tlc-con-un-estado-violador-de-los-derechos-humanos"-

(3) Informe del 16.02.2010 paramilitares confiesan 30.470 asesinatos: http://www.telesurtv.net/noticias/secciones/nota/66984-NN/ex-paramilitares-colombianos-reconocen-haber-cometido-cerca-de--30-mil-500-asesinatos/

(4) más acerca de fosa común y Terror Estatal: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=99507&titular=destapan-la-mayor-fosa-común-del-continente:-colombia-en-el-paroxismo-del-horror-clama-solidaridad-

(5) http://www.kaosenlared.net/noticia/video-uribe-velez-narcotraficante-no-82-presidencia-colombia-7

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Remilitarización de resguardos indígenas por exploración minera
Bombardeos y hostigamientos del Ejército se hacen simultáneamente a exploraciones mineras por compañías multinacionales. Indígenas temen reactivación de explotación minera en sus territorios sagrados y exigen que estos sean desmilitarizados
Por Camilo Raigozo. Voz

Las comunidades indígenas Emberá de los resguardos Uradá Jiguamiandó y del Río Murindó, han visto en los dos últimos meses los constantes sobrevuelos conjuntos de helicópteros civiles y militares sobre sus territorios domésticos y sagrados.

Según las denuncias de la Organización Indígena de Antioquia, desde el diciembre del año pasado se han presentado sobrevuelos de helicópteros con equipaje para la exploración electromagnética de metales y una presencia cada vez mayor de tropas y-

aviones de la fuerza pública, lo que ha hecho temer a los Emberá la remilitarización de sus territorios para proveer seguridad a empresas mineras en sus sitios sagrados, como el cerro Ellausakirandarra o Careperro.

Ya desde el 15 de diciembre pasado el Consejo Mayor de Uradá Jiguamiandó había denunciado los sobrevuelos sobre sus territorios a muy baja altura, de un helicóptero blanco, que se desplazaba lentamente.

La nave llevaba un aparato que suele utilizarse para detectar electromagnéticamente metales como cobre y oro. Según la denuncia, es lo mismo que buscaba la empresa transnacional norteamericana Muriel Mining Corporation, en su proyecto Mandé Norte,-

en territorio indígena en enero de 2009, violando la normatividad internacional de los derechos humanos de los pueblos indígenas y en contra de la voluntad expresa de las comunidades mismas.

Para analistas e indígenas no es fortuito que efectivos de las brigadas 15 y 17 del Ejército hayan mantenido y estén incrementado últimamente un fuerte control en el territorio del Resguardo del Río Murindó.

También han intensificado los patrullajes terrestres en el Resguardo Uradá Jiguamiandó, en el área que corresponde al proyecto Mandé Norte de la Muriel Mining. Según la OIA estas operaciones no han sido consultadas ni informadas a las comunidades como lo ordena la Constitución Nacional.

La intención es expulsar a los indígenas

Por el contrario, las violaciones a los derechos humanos y las infracciones al Derecho Internacional Humanitario no se han hecho esperar, pues se han presentado detenciones arbitrarias de indígenas, destrucción de cultivos de pancoger y acampamiento de tropas en áreas civiles.

El pasado 30 de enero la Fuerza Aérea bombardeó a la comunidad dejando como resultado dos adultos y un niño gravemente heridos. Sin embargo el presidente Uribe salió inmediatamente a defender no propiamente la vida de los indígenas ni su integridad y sus derechos, sino a los agresores, a sus soldados, como ya es costumbre.

La Muriel Mining Corporation ha negado algún vínculo con los sobrevuelos, indicando que posiblemente correspondían a las multinacionales Anglogold Ashanti o Glencore. Estas tienen concesiones mineras distantes entre 5 y 40 kms de la zona del proyecto Mandé Norte de la Muriel Mining.

Según la fuente estas dos últimas no se han pronunciado sobre los hechos. La Muriel cuenta con nueve concesiones mineras sobre el territorio de los dos resguardos y recientemente realizó una consulta arbitraria e irregular con las comunidades ancestrales para iniciar la exploración en el punto conocido como La Rica, en el cerro sagrado Ellausakirandarra o Careperro del Resguardo Uradá Jiguamiandó.

Las comunidades indígenas están convencidas que tantas agresiones son con el fin de desplazarlos y así despejarle el camino a las multinacionales.

Exigieron al gobierno departamental y nacional, a la Fuerza Pública y a las empresas mineras que operan en la zona, Muriel, Glencore y Anglogold Ashanti, a que respeten los derechos y la autonomía de las comunidades de los Resguardos de Uradá Jiguamiandó y de Río Murindó y que se abstengan de realizar alguna actividad minera en sus territorios por fuera de su consentimiento.


Que el presidente se autorregañe y derogue los decretos
Como si fuéramos minusválidos mentales, se empeñan en hacernos creer que los decretos no dicen lo que sí dicen o en ofrecer reglamentaciones demagógicas contrarias a sus textos
Por Jorge Enrique Robledo

Enorme indignación ha causado la reforma a la salud impuesta por el presidente Uribe al amparo de la Emergencia Social, instrumento que nos recuerda los decretos de Estado de Sitio. Y no es para menos, porque las nuevas normas empeoran en materia gravísima el ya pésimo sistema de salud que rige en Colombia.

Las reformas deterioran el Plan Obligatorio de Salud (POS) del sistema contributivo, es decir, los derechos de los afiliados en medicinas, especialistas y procedimientos, centrándolos en “la atención de baja complejidad”, lo que significa que será todavía más difícil acceder a tratamientos especializados, a los que inevitablemente se llega en la vejez y que muchos requieren en momentos más tempranos de sus vidas.

Además, las normas se diseñaron para imposibilitar el uso de la tutela, el instrumento con el que se lograba superar la mediocridad del POS, y hasta ordenan que los enfermos paguen con créditos comerciales (respaldados por las cesantías o como puedan) los tratamientos costosos que antes les cubría el sistema.

En una decisión monstruosa, calificada por los conocedores como sin antecedentes en el mundo, los médicos podrán ser incluso castigados si se atreven a formular de acuerdo con sus conocimientos científicos y su ética.

Y se le dará el puntillazo privatizador a lo que queda de la red pública hospitalaria, porque las medidas también se tomaron para aumentar la integración monopolística de las EPS.

¿Hasta dónde llegará el maltrato a la salud de los colombianos? ¿Y hasta dónde las agresiones contra los médicos y demás trabajadores del sector?

Los decretos les echan a los bolsillos de los intermediarios financieros de la salud otros dos billones de pesos, suma que en buena medida saldrá del aumento del IVA, impuesto que pagan principalmente los sectores populares. Otra prueba más de que “confianza inversionista” significa gobierno plutocrático.

Y la Emergencia Social se determinó en flagrante atropello a la Constitución, porque así no puede modificarse la Ley 100 ni imponerse una reforma tributaria, y menos para atender problemas que no eran sobrevinientes sino de vieja data, como la incapacidad de las regiones para pagar las deudas contraídas con las EPS.

Recuérdese que en 2007, cuando el uribismo aprobó en el Congreso el recorte de las transferencias para salud y educación a los departamentos y los municipios, el jefe del Estado, en contra de las evidencias, dijo que dicho recorte no afectaría las finanzas regionales.

Una vez estalló el repudio a los decretos, primero el ministro de la Desprotección Social –quien si tuviera algo de vergüenza ya habría renunciado– y luego el propio presidente Uribe repitieron la manida táctica de “dar la cara” en los medios de comunicación, es decir, la cara de la desfachatez para engañar ingenuos, la misma que usaron en sus casos los hijos del Presidente y Andrés Felipe Arias, a quien Daniel Coronell, con pruebas en la mano, acaba de sindicar de nuevas corruptelas.

Como si fuéramos minusválidos mentales, se empeñan en hacernos creer que los decretos no dicen lo que sí dicen o en ofrecer reglamentaciones demagógicas contrarias a sus textos, ocultando que ellas no pueden contradecir lo ordenado por los decretos ley que ellos mismos impusieron. Todo para engañar a la ciudadanía y desmovilizarla, y consolidar la reforma regresiva.

No admite dudas el rotundo fracaso de la Ley 100 como instrumento capaz de ofrecerles a todos atención en salud de alta calidad, al igual que asegurarles a quienes trabajan en el sector un trato respetuoso y condiciones laborales decentes.

Y es urgente derogar los decretos, derogatoria que puede y debe hacer inmediatamente el presidente Uribe recurriendo a la misma Emergencia Social con la que creó el nuevo problema.

La causa última del desastre de la salud en Colombia, desastre que tiende a agravarse, reside en que la Ley 100 no es una ley para la salud de los colombianos, sino para el negocio financiero con la salud de los colombianos.

Lea también:
Multitudinaria protesta contra el régimen de Uribe

viernes, febrero 19, 2010

Miraflores, Guaviare
Denuncian que el Ejército asesinó a tres campesinos e hirió a una bebé
Por Camilo Raigozo. Voz

El pasado 27 de enero, entre las 10 y 11 de la mañana arribaron a la vivienda rural de Henry López Romero, ubicada la inspección de Barranquillita, jurisdicción del municipio de Miraflores, Guaviare, al menos 200 soldados del Ejército Nacional, cuya base de operaciones se encuentra en Miraflores.

López Romero se encontraba trabajando en su finca en compañía de otros 12 campesinos, su esposa y sus hijos.

Los uniformados obligaron a los labriegos a tenderse bocabajo en el piso. Luego hicieron levantar a López Romero y a José Helí Gamboa Benilla, a los cuales les dispararon a sangre fría causándoles la muerte. Las dos víctimas eran miembros de la junta de acción comunal de la vereda.

Al ver la actitud criminal de las tropas, Magola Valenzuela, indígena, esposa de Henry López, gritó desesperadamente asustando a su hija de un año de edad. Los soldados le dispararon a la niña dejándola herida de dos balazos en una de sus piernas.

Después los militares procedieron a trasladar los dos cuerpos en un helicóptero hasta San José del Guaviare, donde los presentaron y enterraron como guerrilleros dados de baja en combate.

Según la fuente, las mismas tropas asesinaron el día siguiente en la misma zona a otro campesino del cual no pudimos establecer su identidad. Los cuerpo de los labriegos fueron reclamados por sus familiares para darles cristiana sepultura.

Las comunidades exigieron la acción inmediata de la Procuraduría, la Defensoría, la Personería y demás organismos de control para que se procese y se castigue a los miembros del Estado causantes de estas nuevas ejecuciones extrajudiciales, mal llamadas “falsos positivos”.

También pidieron a la comunidad nacional e internacional, así como a las organizaciones defensoras de derechos humanos instar al Gobierno y a la Fuerza Pública cesar las violaciones a los derechos humanos y al DIH intrínsecos en la población civil.


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Parauribismo/
Amenazan, torturan y asesinan a mujeres desplazadas
Por Camilo Raigozo. Voz

El día 26 de noviembre de 2009 a la 3:30 p.m. Angélica Bello, líder de la Asociación Nacional de Desplazados de Colombia y defensora de derechos humanos, fue abordada por dos sujetos que la cogieron de gancho y le impidieron gritar cuando salía del Ministerio del Interior.

Posteriormente la subieron a un taxi hasta la Circunvalar, donde la bajaron, la golpearon, le quitaron el bolso y se llevaron los documentos, el celular y le dijeron: “si usted denuncia ya sabe lo que le espera”.

El mismo día una líder de población desplazada, cuya identidad omitimos, fue objeto de violación sexual por dos hombres que la golpearon y con un arma la obligaron a tener sexo oral y del cual le quedo una infección.

Es madre cabeza de hogar y no se atreve a denunciar ante las autoridades debido a las amenazas, por la situación vulnerable en la que se encuentra y porque no confía en las autoridades pues anteriormente utilizo estos servicios y fue objeto de discriminación por la falta de reserva del caso.

El 12 de diciembre pasado Yaneth Restrepo, líder de Andescol y defensora de derechos humanos, después de haber participado en un encuentro de mujeres en condición de desplazamiento en el municipio de Silvania, Cundinamarca, cuando llegaba a su-

vivienda en Ciudad Bolívar fue abordada por tres hombres que la maltrataron soezmente y luego la golpearon hasta romperle un mano. “hujadeputa, esto es solo una advertencia pues ya se les había advertido. Sí cree que era mentira, en la próxima ya sabe lo que les espera”, le dijeron.

El 19 de diciembre del 2009 a las en horas de la tarde en Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá, una líder de población desplazada, omitimos su nombre, y defensora de derechos humanos, cabeza de hogar, fue maltratada por dos sujetos quienes la golpearon y la violaron.

“Hijueputa siga haciendo lo mismo y vera lo que le espera. Además cuida a la guerrillerita de tu hija la que sabemos en donde está y por donde se mueve y además da mucha papaya y le puede pasar lo mismo que a usted”.

El pasado 20 de enero a las 10: a.m., fue asesinada la líder y defensora de derechos humanos Miladis Belaide, en el barrio Nelson Mandela de Cartagena. Era cabeza de hogar, madre de tres hijas victimas de desplazamiento forzado.

Se encontraba trabajando como enfermera en un centro de salud y al que llegaron dos hombres en una moto y le dispararon dejándola herida gravemente. Posteriormente falleció en el hospital universitario de Cartagena.

Parauribismo/
Confeciones del paramilitar del DAS Rafael García Torres

En este documento se trata de relatar de una manera resumida las vivencias que tuve y las situaciones que conocí durante el tiempo que figuré como colaborador del bloque norte de las autodefensas unidas de Colombia y como jefe nacional de informática del-

Departamento Administrativo de Seguridad –DAS- de Colombia, las cuales no son de dominio público y muchas de ellas (con los nombres que menciono) tampoco son conocidas ni por las autoridades colombianas ni las norteamericanas.

Estas últimas, desde el año 2007, han buscado negociar con mis abogados beneficios legales y migratorios para mí, en aras de obtener esta información.

Presentación

Mi nombre es Rafael Enrique García Torres, nacido el 27 de diciembre de 1963 en la ciudad de Santa Marta (Colombia), hijo de Adaulfo García (fallecido) y Alicia Torres, soy el tercero de tres hijos, mis hermanas son Estela (actualmente residente en Madrid – España) y Aracelys (residente en Santa Marta - Colombia).

Soy ingeniero de sistemas, graduado en la Universidad del Norte de Barranquilla (Colombia) el 31 de marzo de 1989, casado con Liliana Del Castillo Ospino, quien es Contadora Publica especialista en finanzas, con quien tengo un hijo, Andrés Felipe, de trece años de edad actualmente cursando tercer año de secundaria, ambos viven en la ciudad de Santa Marta (Colombia).

Etapa comprendida entre 1999 y Agosto de 2002

Ingresé a trabajar el 9 de mayo de 1994, inicialmente como jefe de sistemas y posteriormente como subgerente de sistemas, a la Sociedad Portuaria de Santa Marta, empresa de capital mixto (privado y público), regida por las leyes que reglamentan la actividad de las empresas privadas.

En el año 1993 el estado colombiano procedió a entregar el manejo de los terminales marítimos de Buenaventura, Cartagena, Barranquilla y Santa Marta a la empresa privada, buscando mayor eficiencia en su gestión, de allí se originaron las Sociedades Portuarias que fueron las empresas privadas que recibieron estos puertos.

A finales de ese año de 1994 ingresó a desempeñarse como Secretario General el abogado samario (es decir, oriundo de Santa Marta) Jorge Noguera Cotes, con quien desde esa época forjamos una muy buena amistad.

De igual manera desde mis tiempos de estudiante de secundaria mantenía una amistad muy cercana (rayando en la hermandad) con Guillermo Sánchez Quintero, oriundo del municipio de Ariguaní del departamento del Magdalena (Colombia).

Si bien luego de terminar secundaria nos alejamos un poco, en el año 1992 nos reencontramos y retomamos nuestra amistad.

En ese entonces Guillermo, junto con ganaderos del centro del departamento del Magdalena, iniciaban la conformación de los primeros grupos de autodefensas campesinas, inicialmente dirigidas por Alex Duran Fernández, dedicado al narcotráfico y quien llegó a ocupar en 1990 una curul en la cámara baja del congreso colombiano, y, luego del asesinato de Alex Duran, fueron dirigidas por José María Barrera alias Chepe Barrera.

Las Auc y la política

Si bien desde 1997 mantuve una relación a la distancia con estos grupos de autodefensas, solo fue hasta el año 1999 cuando comencé a colaborar políticamente con ellos, luego de mi renuncia voluntaria a la Sociedad Portuaria de Santa Marta, donde me mantuve como asesor externo hasta el año 2000.

Aproximadamente desde el año 1999 las autodefensas unidas de Colombia hicieron alianzas con políticos tradicionales de sus áreas de influencia, con el fin de apoderarse paulatinamente de la administración pública, partiendo desde el ámbito local para llegar a lo nacional, es decir, congreso y presidencia de la república.

Particularmente el bloque norte diseñó una estrategia que consistía en imponer candidatos únicos, es decir, un solo aspirante sin competencia, para apoderarse de las alcaldías y gobernaciones en las elecciones regionales del año 2000, en los departamentos del Cesar y Magdalena.

Para la elecciones legislativas (a congreso de la república) del año 2002, celebradas en marzo, las autodefensas lograron apoderarse aproximadamente del 40% de las curules del congreso, a través de candidatos impulsados y, en algunos casos, financiados por ese grupo al margen de la Ley. En particular el bloque norte obtuvo en:

Departamento del Cesar:

Dos curules a Senado: Mauricio Pimiento Barrera y Álvaro Araujo Castro
Dos curules a Cámara Baja: Miguel Ángel Duran y Jorge Luis Ramírez
.
Departamento del Magdalena
.
Tres curules a Senado: Luis Eduardo Vives, Dieb Maloof y Salomón Saade
Tres curules a Cámara Baja: Alfonso Campo Escobar, José Gamarra Sierra y Jorge Luis Caballero.

Departamento de la Guajira

Una curul a Cámara Baja: Jaime Espeleta

Departamento de Bolívar

Una curul a Senado: William Montes Medina

Esto se logró con la intimidación a los electores y a los candidatos que pretendían enfrentar a los candidatos de las autodefensas, y a un gigantesco fraude electoral fraguado mediante la intimidación a los representantes del organismo electoral colombiano, Registraduría Nacional del Estado Civil, en esos departamentos.

Las Auc y la elección presidencial del año 2002

En ese mismo año 2002 se celebraron las elecciones presidenciales en la cual los candidatos con mayor opción eran Horacio Serpa Uribe, candidato del oficialismo liberal, y Álvaro Uribe Vélez, candidato disidente del partido liberal, apoyado por una-

alianza entre sectores de ultraderecha en la legalidad (empresarios, medios de comunicación, militares y parte de la iglesia católica) y sectores ilegales (autodefensas unidas de Colombia y varios narcotraficantes).

La misma estrategia de intimidación y fraude utilizada en las elecciones al Congreso, fue utilizada por las autodefensas en la elección presidencial en beneficio del candidato Álvaro Uribe Vélez, quien ganó en primera vuelta con el 52% de los votos.

De no haber sido por el apoyo paramilitar, Uribe Vélez no habría obtenido esta victoria en primera vuelta y es incierto si hubiese ganado en una segunda vuelta enfrentando a un solo candidato.

En el caso particular del departamento del Magdalena, cuando fui enviado por el bloque norte a trabajar en la campaña de Álvaro Uribe, me reencontré con Jorge Noguera Cotes quien se desempeñaba como gerente de campaña en ese departamento.

El mayor apoyo económico era suministrado por Raúl Montoya Flores, personaje que era dueño de una gran fortuna de dudosa procedencia según se decía.

La realidad es que Raúl Montoya había tenido relaciones con Gilberto Molina, quien en la década de los años 90 había sido parte del cartel de Medellín, y sus cuentas bancarias habían sido utilizadas para canalizar los dineros con los cuales se pagó el asesinato en 1987 del director del diario El Espectador Guillermo Cano.

En el año 2006, cuando estalló el escándalo a raíz de mi colaboración con la Justicia colombiana, en una entrevista concedida a la revista Semana de Colombia y al diario Nuevo Herald de Miami mencioné los hechos relacionados con el fraude electoral-

fraguado por las Auc y de cómo este había beneficiado la candidatura del candidato de ese entonces Álvaro Uribe. También me referí a la presencia de personas sospechosas en esa campaña y entre estas nombré a Raúl Montoya.

El Presidente Uribe salió a los medios a ripostarme y a descalificarme tildándome de “delincuente mentiroso”. En una de sus entrevistas, concedida a “la W radio” de Julio Sánchez Cristo, cuando lo interrogaron sobre lo que Yo había dicho de Raúl Montoya, el Presidente dijo que “Raúl Montoya es un hombre honorable” y conminó a los periodistas diciendo “vayan a Santa Marta y pregunten quien es Raúl Montoya”.

Días después el diario Miami Herald de Miami y el semanario El Espectador de Colombia, publicaron sendos reportajes describiendo las antiguas relaciones de Raúl Montoya con personas del cartel de Medellín y con qué propósito se habían utilizado sus cuentas bancarias.
.
Inmediatamente Raúl Montoya se vio obligado a renunciar a la gerencia regional, en el Departamento del Magdalena, de la campaña reeleccionista de Álvaro Uribe, que se desarrollaba en ese momento. Por otra parte el presidente no volvió a referirse al asunto.

En este, como en otros casos a los que me referí en mis declaraciones, el Presidente Uribe debió tragarse sus palabras y guardar silencio cuando la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría General de la Nación (Órgano que investiga disciplinariamente a los funcionarios públicos en Colombia) comenzaron a corroborar uno a uno mis testimonios y, por consiguiente, a meter en la cárcel a muchas de sus personas más cercanas.

La repartición burocrática del Presidente Álvaro Uribe Vélez

Luego de la victoria de Uribe Vélez, antes de su posesión, nombró anticipadamente a algunos miembros de su gabinete (lo que en Venezuela se denomina tren ministerial), entre ellos: Fernando Londoño Hoyos como Ministro del Interior y de Justicia y Martha Lucía Ramírez como Ministra de Defensa.

En realidad en la primera administración de Álvaro Uribe la burocracia, es decir los cargos y entidades, fueron distribuidos entre los congresistas recién elegidos que habían apoyado su candidatura.

Esto dio como resultado que los cargos se distribuyeron entre los diferentes bloques de las autodefensas, puesto que esos congresistas, en su inmensa mayoría, le debían el haber conseguido esa curul en el congreso al apoyo paramilitar.

En resumen el gobierno Uribe fue repartido entre los políticos de las autodefensas y quiénes definieron a cuales personas se debía nombrar fueron los propios jefes de las autodefensas.

En lo que se refiere al Bloque Norte, entre los cargos que le corresponderían estaban:

La Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada

El Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder. Entidad que resultaría de la fusión entre otros del Instituto Nacional De Adecuación de Tierras, Inat; Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura, Inpa y el Instituto Colombiano Para La Reforma Agraria, Incora.

Uno de los vice ministerios del Ministerio de Defensa, cargo al que aspiraba Jorge Noguera.

Nuestra llegada al DAS

Sorpresivamente, el martes 13 de agosto de 2002 Jorge Noguera fue nombrado director nacional del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, a pesar de que en su hoja de vida no figuraba ni experiencia ni contacto alguno con el campo de la inteligencia.

El nombramiento de Jorge Noguera había comenzado a gestarse al día siguiente de la posesión del Presidente Álvaro Uribe, ese día, 8 de agosto de 2002, el Presidente Uribe madrugó para irse a la ciudad de Valledupar (departamento del Cesar) donde se reunió-

con los políticos cercanos al bloque Norte y un asesor cercano de Jorge 40, el señor Sergio Araujo Castro quien además de asesor era uno de los principales testaferros de Jorge 40 y uno de quienes manejaba para este actividades de narcotráfico, este señor,-

adicionalmente, era el hermano del, en ese entonces, recién elegido senador Álvaro Araujo Castro y la Ministra de Cultura María Consuelo Araujo Castro. Fue Sergio Araujo quien le pidió al presidente Uribe, a nombre de Jorge 40, que le nombrara a un-

recomendado de ellos en algún alto cargo del sector de Seguridad y Defensa. Uribe en ese momento tenía la dificultad de no tener donde nombrar a Jorge Noguera, fue así como aprovechó la coyuntura y lo nombró en el DAS como cuota del Bloque Norte.

De lo anterior puedo dar fe puesto que gran parte de la gestión con los políticos del bloque norte para que lo recomendaran, la hizo Jorge Noguera a través de mí, aprovechando que yo había participado en sus campañas políticas y era cercano a ellos, sobre todo a Jorge Castro Pacheco (suplente del senador Dieb Maloof) y José Gamarra.

El día viernes 16 de agosto de 2002 tomó posesión de su cargo Jorge Noguera Cotes como director del DAS y 15 días después, el miércoles 4 de septiembre de 2002, me nombró y posesionó como Jefe Nacional de Informática, poniendo a disposición mía, y por supuesto de las autodefensas, toda la información de inteligencia del país, puesto que mi cargo me convertía en el custodio de esa información.

Aproximadamente quince días después, Jorge Noguera se trajo desde Santa Marta al abogado Giancarlo Auque D’Silvestri, oriundo del municipio de Ciénaga del Departamento del Magdalena, a quién designo como Secretario General del DAS.

Posteriormente, a finales de ese año 2002, ingresó a trabajar en el DAS un amigo de Jorge Noguera de nombre Jimmy Nassar, oriundo de la ciudad de Barranquilla, de quién, inicialmente, Yo no sabía qué cargo ocupaba en la entidad. Finalmente en el año 2003, Noguera lo nombró como asesor del Director.

De esta forma completaba Jorge Noguera el grupo de quienes seríamos sus más cercanos colaboradores, los cuales, en el inmediato futuro, terminaríamos formando parte de lo que en los círculos más íntimos de la mafia y del paramilitarismo se llegaría a conocer como “El Cartel De Las Tres Letras”.

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jueves, febrero 18, 2010

Aseguran a siete militares por triple ejecución extrajudicial
Por Camilo Raigozo

Este 18 de febrero en Villavicencio, Meta, un fiscal de la Unidad Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario profirió medida de aseguramiento en contra de siete soldados profesionales pertenecientes al Batallón 44 de Infantería de la Brigada 16, como presuntos responsables de los delitos de homicidio en persona protegida, desaparición forzada y fraude procesal, según un informe del ente investigador.

Según la Fiscalía los uniformados cometieron el triple homicidio el 27 de julio de 2007 en el municipio de Aguazul, Casanare, cuando los jornaleros Henry Melo Gutiérrez, Jhon Fabio Daza Domínguez y José Hernel Garzón Sánchez fueron obligados a abordar una camioneta.

Horas después los tres labriegos fueron reportados como guerrilleros muertos en combate en el sitio Los Mangos en Monterrey (Casanare).

Los presuntos criminales son: José Ornelio Gutiérrez Holguín, Uber José Segura Gutiérrez, Luis Alberto Montenegro Mora, Rogelio Alonso Puchigay Naranjo, Julio Roberto Castro Castro, Iván Alex Arias Alvarez y Julio César Carvajal Rodríguez, que fueron aprehendidos por agentes del CTI.

Los uniformados procesados se encuentran “privados de la libertad” en el Centro de Reclusión Militar de la Brigada 16 en Yopal, Casanare.

El presidente Uribe en vez de condenar estos actos criminales de la Fuerza Pública, ha manifestado en varias ocasiones su preocupación por la defensa eficaz de los militares implicados en ejecuciones extrajudiciales, mal llamados falsos positivos, contra la población civil.


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Carta del profesor Miguel Ángel Beltrán desde la prisión

Más temprano que tarde la oligarquía colombiana cancelará con creces, la deuda de dolor y sangre que le adeuda al pueblo colombiano.

Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales, que lavándose las manos se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido, partido hasta mancharse: Paco Ibáñez.

Estimados (as) estudiantes, trabajadores (as) y colegas de las universidades públicas y estatales del país:

Desde mi nuevo sitio de reclusión en el pabellón de alta seguridad del complejo carcelario “La Picota” les hago llegar un cálido saludo, acompañado de renovadas esperanzas de éxito en las luchas universitarias que vislumbran el horizonte del 2010, año consagrado por la tradición oficial a la celebración del bicentenario de la independencia.

Son más de ocho meses que llevo privado de mi libertad en un juicio que se adelanta por los supuestos delitos de “rebelión” y “concierto para delinquir con fines terroristas”, en el cual ha brillado la flagrante violación de mis garantías procesales, admitiendo-

pruebas ilícitas e legales como el computador del abatido jefe de las FARC, “Raúl Reyes” e incorporando como intervinientes especiales víctimas de esa organización guerrillera que no han recibido daño concreto, real y especifico por parte mía.

No siendo suficiente estas arbitrariedades, el pasado 23 de diciembre fui sacado sorpresivamente de las instalaciones de la cárcel nacional “Modelo”, bajo extremas medidas de seguridad, sin que se me informara el sitio de remisión.

Durante dos días, tanto familiares como abogados y amigos desconocieron por completo mi paradero, al punto que se vieron precisados a alertar sobre esta situación a algunos medios de comunicación y ONGs Nacionales e internacionales.

Mi traslado se produjo el mismo día en que obtuve –tras numerosas trabas institucionales- la autorización para la visita de mi hijo, a quien no veía desde hace dos años y “coincidió” con las denuncias que días atrás había formulado contra un funcionario de la cárcel nacional “modelo” por hechos de corrupción.

El próximo 17 de febrero se adelantara mi “juicio oral” que constituye el paso previo a la promulgación de sentencia, en un proceso revestido de tintes claramente políticos donde se juzgará el pensamiento crítico y la libertad de cátedra, principios que consagraran el movimiento estudiantil de Córdoba (Argentina) hace ya cerca de un siglo.

Lo anterior en el marco de una cadena de ataques sistemáticos a la universidad pública, evidenciando no solo en el creciente recorte de recursos financieros que la vienen sometiendo a la implacable lógica del mercado del conocimiento y de los servicios, sino también de la violación de los principios fundamentales –que constituyen su esencia- como la libertad del pensamiento su autonomía institucional.

Así lo demuestran las detenciones arbitrarias, la intromisión de la fuerza púbica en el campus universitario, el asesinato y desaparición de estudiantes, las amenazas a profesores críticos, la solicitud por parte de la Fiscalía General de la Nación de los-

estudiantes pertenecientes a universidades públicas de Bogotá y la proliferación de acusaciones por rebelión a miembros de la comunidad universitaria, en juicios rápidos con restricción de acceso al material Luis Eduardo Sarmiento.

Esta situación que nos retrotrae a los oscuros años de las dictaduras militares en el cono sur , se torna aun más preocupante con a reciente propuesta del ejecutivo de vincular a mil estudiantes de Medellín como informantes de la fuerza pública, instrumentalizando-

para sus interés guerreristas las necesidades económicas de esta importante granja social, pretendiendo convertir a Colombia en un país de delatores y avivando, aun mas el conflicto armado y social que el mismo presidente Álvaro Uribe Vélez pretende ocultar.

La incorporación con cave de estudiantes a estas labores de inteligencia militar no solo denota una ausencia de proyecto educativo para sectores estratégicos en el desarrollo culturas y social de la nación, sino que conlleva altos riesgos para la integridad de los mismos, transformando el campus universitario en un campo de guerra.

Cabe recordar que la red de informante, como uno de los pilares fundamentales de la mal llamada política de “seguridad democrática” ha servido para sustentar “falsos positivos” y con ellos, la persecución a numerosos intelectuales, estudiantes, docentes, líderes-

sociales, populares, indígenas que actualmente inundaron las cárceles del país, no en vano se habla hoy de más de 7.000 presos (as) políticos (As) sometidos (as) a condiciones inhumanas y de hacinamiento, y que el Estado colombiano trata de ignorar con el sofisma e estar librando una batalla frontal contra el terrorismo.

Frente a estos hechos, la universidad no puede evadir su responsabilidad esgrimiendo una supuesta “neutralidad” debe, por el contrario, asumir el compromiso social de liderar, desde la académica, la generación de propuestas que coadyuven a dar salidas a la problemática social.

Es a través del debate abierto y pluralista de ideas-no del silencio y la consagración del pensamiento único- que la universidad puede garantizar el cumplimiento de su función social y erigirse en un verdadero medio de construcción y transformación social, en el contexto de un mundo cada vez más cambiante.

Esto se hace aun más necesario en un país como e l nuestro donde –como nos lo recordaba un colega de la Universidad de Antioquia- la gente “se amordaza, se tapona y se venda para no hablar nada, no oír nada y no ver nada “, porque –en una sociedad

atravesada por el conflicto interno resulta conveniente guardar silencio para no equivocarse y mucho más cómodo hablar el lenguaje de lo que en detentan el poder, para no convertirnos en objeto de sus represalias.

Mi vida académica ha estado estrechamente ligada a la lucha por los ideales democráticos, primero como estudiante, luego como docente y ahora como preso político de un*stablichment*que criminaliza el trabajo docente e investigativo comprometido.

Agradezco a todos y todas los (as) estudiantes, trabajadores (as) y colegas de la universidad pública y de algunas universidades privadas que con sus palabras y acciones –ya sea de manera abierta o silenciosa- me han brindado su valiosa solidaridad.

Así mismo agradezco a la Asociación de Profesores Universitarios, a la Asociación de profesores de la Universidad de Antioquia, a las organizaciones y grupos de trabajo estudiantiles, así como a sus medios alternativos de información por su incansable compromiso en pro de mi libertad, que no es otro que el compromiso con la libertad de pensamiento y opinión y el respeto por el que hacer científico e intelectual.

Tengan la certeza de que la labor que ustedes han desarrollado no ha sido en vano, y aunque estos barrotes y guardia armados pretenden atemorizarme y debilitar mis convicciones democráticas, pueden estar seguros (as) de que mantendré incólume mi voz crítica, mi compromiso con la defensa de la universidad pública y la búsqueda de salidas políticas al conflicto armado y social que vive Colombia.

Fraternalmente,
Miguel Ángel Beltrán Villegas
Profesor Asociado Sociología, Universidad Nacional de Colombia
Desde el pabellón de “Alta Seguridad” cárcel “la Picota” febrero 1 de 2010


Multitudinaria protesta contra el régimen de Uribe
Por Camilo Raigozo

Al menos 35 mil personas marcharon pacíficamente en Bogotá por la carrera 7ª hasta la Plaza de Bolívar y con consignas rechazaron al gobierno de Uribe por las criminales medidas contra la salud de los colombianos.

Los marchantes pidieron a la Corte Constitucional la derogatoria de las nefastas medidas del Presidente en materia de salud, ya que violan el derecho fundamental a la vida.

También pidieron que al menos el ministro de “Protección Social”, Diego Palacio, renuncie a su cargo por atentar contra la vida de la mayoría de colombianos en complicidad con su jefe, el presidente Álvaro Uribe.

Para tratar de lavarse las manos el mandatario colombiano ha “regañado” públicamente al ministro y a sus colaboradores tratando de hacerle creer a la opinión pública que él no tiene responsabilidad en los exabruptos, indudablemente craneados en la “Casa de Nari”.

En las protestas realizadas en las principales ciudades del país, participaron la comunidad médica y científica, estudiantes universitarios, educadores, pacientes y las centrales obreras.

Además de Bogotá, los colombianos marcharon masivamente por las calles de Medellín, Cali, Barranquilla, Neiva, Bucaramanga, Pereira, Manizales, Cartagena, Ibagué, Tunja, Armenia y Santa Marta, entre otras ciudades.

Según los organizadores las protestas se seguirán realizando en el país a medida que el Gobierno insista en sacrificar la vida de los colombianos con sus decretos arbitrarios.

Los marchantes también protestaron por la demencial política de Uribe de querer involucrar al estudiantado en el conflicto social y armado al ofrecerles incentivos económicos por volverse informantes de la Fuerza Pública.

También le reclamaron al Presidente por los continuos escándalos de corrupción y narco-paramilitarismo en que se ha visto inmerso su gobierno y por la entrega de la soberanía nacional al militarismo gringo. Fotos Camilo Raigozo.

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Parauribismo/ Día del Periodista
Uribe es responsable de las acciones criminales del DAS
El Presidente debe aclarar y pedir perdón públicamente por los ataques que durante su gobierno y desde el DAS se han cometido contra periodistas en Colombia
Por Camilo Raigozo. Voz

El pasado martes 9 de febrero se celebró el Día del Periodista, fecha que en el caso colombiano, no había nada que celebrar y sí mucho que denunciar. En una rueda de prensa ofrecida por los periodista Hollman Morris y Claudia Julieta Duque, en Bogotá,-

los dos comunicadores acusaron, con pruebas suficientes, al máximo responsable del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS y presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, como el mayor responsable de las actividades criminales de la policía secreta en contra de periodistas, defensores de derechos humanos y sindicalistas y magistrados, entre otros.

Las dos víctimas mostraron documentos del llamado G-3 del DAS, en los que se evidencia que las informaciones sobre los seguimientos, amenazas y hostigamientos, contra críticos del Gobierno, eran enviados al propio mandatario.

Morris y Duque, dos de las víctimas más brutalmente perseguidas por el DAS, empresa criminal del régimen, como han denominado algunas personalidades a esta institución, dijeron que “las pruebas y testimonios judiciales que hoy están en poder de la Fiscalía-

“General de la Nación y la Corte Suprema de Justicia son contundentes en señalar la responsabilidad del jefe de Estado, por acción y omisión, en la persecución contra más de 300 personas entre miembros de ONGs, periodistas, magistrados y líderes de la oposición”.

Uribe ordenó hacerle inteligencia al “terrorismo”

Los dos comunicadores recordaron que según los artículos 208 y 189 de la Constitución Nacional, el DAS está bajo la dirección directa del Presidente de la República quien es el responsable del nombramiento de quién lo dirija.

Cuatro de los cinco directores del DAS nombrados por Uribe han tenido que salir de la entidad en medio de graves escándalos de paramilitarismo, persecución política y espionaje ilegal. Ante la tozudez de los hechos y el resultado de las investigaciones, la semana antepasada, Uribe tuvo que admitir que le había ordenado al DAS “hacerle inteligencia al terrorismo”.

Las víctimas fueron sindicalistas, defensores de derechos humanos, periodistas, magistrados y opositores políticos entre otros. Muchas personas vigiladas han sido asesinadas y cuando menos amenazadas.

A su vez el ex director de esa desprestigiada institución, Jorge Noguera, quién está siendo procesado por paramilitarismo y homicidio, confesó hace dos semanas, que había recibido órdenes del presidente Uribe para el nombramiento del siniestro personaje José Miguel Narváez como subdirector del DAS y principal gestor y asesor del G-3.

Este sujeto está vinculado además a la investigación por el asesinato del periodista Jaime Garzón y del senador Manuel Cepeda Vargas.

Las siete personas llamadas a juicio por los actos delictivos del DAS han coincidido en que todo lo actuado siguió las órdenes y directrices emanadas de la Presidencia en el marco de la “seguridad democrática”.

Uribe debe explicarle al país

Contra Hollman Morris, el DAS diseñó estrategias de desprestigio a nivel nacional e internacional y elaboró un video en el que lo señalaba de ser miembro de la guerrilla. Le enviaron coronas fúnebres que anunciaban su muerte.

De acuerdo con las pruebas en poder de la Fiscalía, al parecer serían ejecutadas en coordinación con el Ejército y los paramilitares.


El DAS tenía planeado bloquear la financiación internacional del programa Contravía y la obtención de visas para otros países, así como el robo de sus documentos para sabotear el trabajo del periodista, al igual que el espionaje contra su familia y equipo de trabajo.

Morris ha sido víctima de dos detenciones arbitrarias e incautación ilegal de material periodístico, entre toda una cadena de agresiones.

Mientras tanto, contra Claudia Julieta Duque, se ha comprobado la existencia de órdenes por parte del DAS para “finalizar urgente” con la periodista, amenazar a su hija en forma directa y demandarla por injuria y calumnia.

El DAS es responsable de innumerables llamadas intimidatorias y de otras torturas psicológicas contra la periodista durante el año 2004; de seguimientos e informes de inteligencia, incluso cuando la periodista se encontraba en el exilio, y de la infiltración de informantes para vigilarla de cerca.

Existen pruebas de que el DAS la persiguió desde el año 2001, cuando fue secuestrada y robada, hasta al menos el año 2008.

Los periodistas Morris, Duque y Carlos Lozano, le exigieron a Uribe, entre otras cosas, que le explique al país cuáles fueron los mecanismos y las razones por las cuales puso a Noguera y a Narváez al frente de la institución de inteligencia del Estado, la cual terminó siendo convertida en un aparato criminal del régimen en manos del paramilitarismo, el narcotráfico y las mafias. Fotos Camilo Raigozo.



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