jueves, julio 10, 2014

Los prisioneros políticos y de guerra son víctimas del Estado
Por: Wldarico Flórez-prña*

A los prisioneros políticos y de guerra, no solamente se le viola el derecho de defensa y debido proceso y al conocimiento de sus derechos.

También sus derechos consagrados en los marcos legales nacionales e internacionales. Los abogados defensores de DDHH, hemos podido comprobar en nuestro ejercicio que estas violaciones e infracciones son sistemáticas por parte del Estado Colombiano a través de instituciones como el Inpec, La Fiscalía General de la Nación, El Ministerio de Justicia entre otros.

Desconocen estos derechos como la vida, la prescripción de la pena de muerte, prohibición de las torturas y de la desaparición forzada, derecho a la intimidad, inviolabilidad de la correspondencia, libre desarrollo de la personalidad, libertad de conciencia, de opinión, de petición, de habeas corpus, prisión perpetua. (Constitución Política de Colombia del 91)

Queremos con este documento poner en conocimiento de las partes en los diálogos de la Habana, en este punto cuarto de las víctimas, precisamente como  un sector de la población colombiana que hoy se encuentra privada de la libertad y es una víctima que ha sido invisibilizada por la sociedad y el mismo Estado Colombiano.

Sabemos, sin embargo que el material que presentamos  es insuficiente, sino se enriquece con los aportes de los propios PPYG. No obstante es un paso inicial  en el camino que esperamos todos los colombianos para transitar hacia la Paz con justicia social y respeto a los DDHH en especial a la Dignidad de los Prisioneros.

La observancia de los DDHH para los PPYG, debe ser una importante conquista en los diálogos de la Habana, dado que su desconocimiento sistemático y reiterado  y menosprecio  han originado gravísimas violaciones e infracciones a los Convenios y tratados originando actos de barbarie ultrajes para la conciencia de la humanidad.

Son víctimas los prisioneros políticos y de guerra (PPYG), (Ley 1448/11) por parte del Estado por el trato inhumano y el respeto  debido a la dignidad inherente al ser humano, por el menoscabo de sus derechos humanos vigentes  en virtud de las leyes, convenios, reglamentos o costumbres.

Por ejemplo las valiosas normas rectoras de la Ley Penal Colombiana, (Ley 906 de 2004), como la dignidad humana, igualdad, las normas rectoras y fuerza normativa , que deben prevalecer sobre las demás; NO se aplican a los PPYG, para citar solo un caso como el de Simon Trinidad donde se le violo el Artículo 18 de la norma citada.

En el caso de las mujeres su condición especial de embarazo, madres lactantes, los niños y los jóvenes, las personas de edad, los enfermos y los impedidos son discriminados y su violación de derechos es más preocupante.

Es tan grave la situación de los PPYG, que son torturados y sometidos a penas crueles inhumanas y degradantes, las investigaciones disciplinarias por estas denuncias son archivadas por autos inhibitorios.

Los prisioneros políticos y de guerra, son mezclados con presos del paramilitarismo, colocando en grave riesgo su vida e integridad física, son ubicados también los sindicados y condenados en un mismo establecimiento carcelario y no están separados como es debido.

Los órdenes de captura y los derechos no son tramitadas legalmente en muchas circunstancias obedecen más a falsos positivos judiciales, a montajes, a falsos testigos y a todo una red de falsos testigos y pruebas por parte del ente investigador. Violando la cadena de custodia de elementos probatorios claves para la defensa y el debido proceso.

En muchos casos a los PPYG, se les asigna  de una manera “eficaz” un defensor público, que dado su cúmulo de trabajo, lo primero que le sugiere a su defendido es que acepte cargos, con lo cual se viola el derecho a una defensa técnica efectiva y profesional,-

según lo dispone el CPP en sus artículos 118 a 125 en especial los del articulo 124 sobre los derechos y facultades  que los tratados internacionales  relativos a los DDHH, que forman parte del bloque de constitucionalidad, la constitución política, y la ley reconocen a favor de los PPYG.

Pero más grave es que cuando el PPYG tiene su defensor se le restringe al abogado las visitas, entrevistas,  comunicación y confiabilidad y se le confunde con su defendido, criminalizando la defensa.

Las visitas por parte de los familiares y correspondencia son violadas sistemáticamente, las distancias a que son llevados no son razonables como una forma más de castigo y violación del derecho a la unidad familiar y procesal.

Los exámenes médicos de ingreso son irregulares y el derecho a la salud se ha convertido en un verdadero calvario y carrusel de la muerte, pues ya son muchos los casos donde los PPYG mueren por falta de atención médica.

Lo cierto es que la inobservancia  de los DDHH, parece más una política pública, por parte del Estado, tanto así que las altas cortes reiteradamente han hecho serios pronunciamientos para que ese “estado de cosas inconstitucionales” (Sentencia  T-153/98), no se repitan, más aun los organismos internacionales también han llamado la atención al estado Colombiano por estas gravísimas violaciones a los DDHH.

En conclusión aquí se ha violado el más mínimo de los derechos como es el de la presunción de inocencia y los derechos  definidos  en el  PIDCP. En el caso de los Prisioneros de Guerra, se les desconoce este estatus(Prisionero de Guerra), establecido en el iusbellum, el derecho de Ginebra, consuetudinario, el DIH y el derecho internacional de los DH,-

aquí las infracciones por parte del Estado colombiano, no solamente son violadas, sino que desconoce tal normatividad, con lo cual pone en grave riesgo  a los prisioneros de guerra, como víctimas no solamente al violarles el Derecho interno, sino los convenios y protocolos internacionales que hacen parte del Bloque de Constitucionalidad.

Por eso los PPYG,  solicitan ser escuchados para que haya verdad, justicia, reparación, no repetición y cesen definitivamente las violaciones a los DDHH por parte del Estado en las cárceles y penitenciarias del País.

* Presidente Brigada Jurídica Eduardo Umaña Mendoza


lunes, julio 07, 2014

La Macarena, Meta
Alcalde amenaza con desalojar por la fuerza a 27 familias desplazadas
Por Camilo Raigozo. Notimundo

El alcalde y el inspector de policía de La Macarena, Herminson Cárdenas Montealegre y Edgar Ojeda Bona, respectivamente, les comunicaron a 27 familias en condición de desplazamiento forzado que serán desalojadas por la fuerza de un predio en el que levantaron sus ranchos.

Las 76 personas, entre las que hay 52 menores de edad, cuatro mujeres embarazadas y varios adultos mayores, el pasado 27 de junio tomaron por vías de hecho un pedazo de terreno a orillas del caño Morrocoy para levantar sus cambuches , denunció el defensor de derechos humanos José Samuel Rojas Mora.

Según la denuncia, el pasado 28 de junio el alcalde Herminson Cárdenas Montealegre, acompañado de varios funcionarios de su despacho, el inspector de policía, un teniente y varios agentes de policía, llegaron hasta el sitio en el que se encuentran las humildes familias y procedió a estigmatizarlas y a amenazarlas con que si no se iban a las buenas, se iban a las malas.

Rojas Mora interpuso una acción de Tutela en favor de las 27 familias para protegerles sus derechos fundamentales ante las amenazas del alcalde y del inspector, logrando de esa manera que la jueza, mediante una medida provisional frenara por el momento el desalojo violento prometido por el alcalde.

Rojas Mora también denunció a Notimundo que el alcalde Cárdenas Montealegre está cobrando hasta dos millones de pesos para adjudicar las viviendas gratis prometidas por el presidente Santos, las cuales ni siquiera se han empezado a construir.

Igualmente afirmó la fuente que hay unas 300 familias en condiciones de vulnerabilidad que aspiran a conseguir las viviendas gratis ofrecidas por el gobierno. Fotos: Samuel Rojas.


domingo, julio 06, 2014

Catatumbo, Norte de Santander
Movimiento de víctimas se solidariza con los pobladores damnificados del conflicto en la región
Por Movimiento Nacional de Víctimas Capítulo Norte de Santander

Ante la grave crisis humanitaria y de derechos humanos que actualmente afronta la región del Catatumbo, debido a los permanentes bombardeos y ametrallamientos indiscriminados, que desde hace aproximadamente tres meses, se vienen dando en la zona, producto del incremento de acciones militares por parte del Ejército Nacional,-

contra de los grupos armados ilegales, ELN, EPL Y FARC, sembrando temor y zozobra entre la población civil y generando el desplazamiento forzado de las comunidades campesinas en los Municipios de Hacarí, San Calixto y El Tarra.

El Movice Capítulo Norte de Santander, expresa su solidaridad y hace un llamado al gobierno Nacional, para que cesen inmediatamente los hostigamientos contra el campesinado y se proteja su vida e integridad, garantizándoles los Derechos Constitucionales consignados en la Carta Magna.

Durante más de medio siglo, las comunidades campesinas de la región del Catatumbo, han debido soportar de manera sistemática, la barbarie de la guerra en su territorio, sufriendo incluso la pérdida sus seres queridos, que siendo inocentes, han sido víctimas de crímenes atroces que aún permanecen en la impunidad y a la espera de verdad, justicia y reparación. 

Hoy, una vez más, se han visto obligados a conformar un Campamento de Refugio Humanitario, a fin de salvaguardar sus vidas, garantizar su permanencia en el territorio y evitar convertirse un una estadística más de pobreza y desplazamiento en el país.

  
Haciéndole honor a los planes del actual gobierno, de alcanzar una paz estable y duradera para el pueblo colombiano, es menester y de suma urgencia, que el Presidente Juan Manuel Santos Calderón, siendo consecuente con su discurso, asuma una posición más acorde a esas promesas de paz, y así.

La que fue su bandera electoral, pase de ser sólo una estrategia de campaña y se convierta, en una realidad palpable para quienes históricamente, ha sufrido los horrores del conflicto interno en Colombia. 

No es posible alcanzar la paz, mientras la mayoría del pueblo colombiano se debate entre la injusticia, el abandono estatal y la guerra, no se puede tener un país en paz, mientras las balas cobran la vida de miles de inocentes y la tierras es saqueada, destruida y cubierta de sangre, dolor y muerte por la codicia uno pocos. 

Es necesario que el gobierno nacional, empiece a trabajar por la justicia social, evidenciando acciones reales de paz y no de guerra.

Presidente Santos: los campesinos del Catatumbo depositaron su confianza en usted y le dieron su respaldo en las urnas, con la esperanza de poder tener una vida digna y en paz en su territorio, es hora de retribuirles su apoyo. 

Es el momento de cumplir con sus promesas campaña, pero también, es el momento de otorgarles el derecho a la tierra y al sueño de un nuevo país, bajo la premisa de que la tierra es para quien la trabaja. 

La Zona de Reserva Campesina del Catatumbo, no es el capricho de una organización, sino el mandato y el sueño de un pueblo pacifista, honesto y trabajador y una propuesta ajustada a la Ley.   

Por ello, como defensores de derechos humanos y constructores de paz, reiteramos nuestro apoyo al campesinado norte santandereano y a la Asociación Campesina del Catatumbo, que durante 10 años y en medio de la violencia, ha trabajado incansablemente por el bienestar de la región y por la dignidad del pueblo catatumbero. 

También, le hacemos un llamado a la comunidad nacional e internacional y a las Organizaciones Sociales y Defensoras de Derechos Humanos, para se solidaricen con la comunidad del Catatumbo y sumen esfuerzos en la búsqueda de una solución inmediata, que redunde en brindarle paz y tranquilidad a esta abatida región del país y sus habitantes.

Así mismo, les convocamos a acompañar la Comisión Humanitaria hacia la vereda La Estación, en el Corregimiento de Mesitas, del municipio de Hacarí, a realizarse del 17 al 19 de julio del presente año, y contribuir de esta forma, en la defensa y protección de los derechos de los campesinos y campesinas del Catatumbo.



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