martes, julio 06, 2010

Sin prisa pero sin pausa
Lista la participación de Norte de Santander en la Marcha Patriótica
Por Camilo Raigozo

Salvo finiquitar algunos detalles de logística, las organizaciones sociales de Norte de Santander, entre las que se encuentran la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, la Alternativa Democrática Popular del Polo Democrático y el Departamento de Derechos Humanos de la Central Unitaria de Trabajadores de la, CUT, ya están listas para su participación en la Marcha Patriótica que se realizará del 19 al 21 de este mes.

Se tiene previsto que la salida hacia Bogotá se realizará el 18 de julio desde Cúcuta. Unas 450 personas formarán la expedición y se transportarán en 15 buses. Ascamcat además enviará otras 70 personas a participar en las actividades de la Marcha Patriótica en Barrancabermeja, Magdalena Medio.

Enrique Pertuz y Juan Carlos Quintero, quienes lideran a las organizaciones en los preparativos para la Marcha, le dijeron a Notimundo que las comunidades están muy optimistas y ansiosas por participar en los acontecimientos programados para la celebración de la Marcha Patriótica y el Cabildo Abierto por la independencia.


Visite la página de la Marcha Patriótica


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Unión Peneya, La Montañita, Caquetá
Comunidades denuncian actos criminales del Ejército
Varios campesinos han sido detenidos arbitrariamente, golpeados, torturados, amenazados y puestos como escudos humanos, entre otros abusos, por parte militares del Batallón Diosas del Chairá
Por Camilo Raigozo. Voz

Soy Humberto Medina, identificado con la cédula de ciudadanía número 96.341 974 expedida en La Montañita, Caquetá. Resido en la vereda Los Corazones, jurisdicción del municipio La Montañita, donde me desempeño en labores del campo.

Denuncio ante la opinión pública nacional e internacional, las autoridades competentes, el Ministerio Público y ante las organizaciones defensoras de derechos humanos, que el pasado martes 22 de junio, cuando me dirigía con los campesinos, Eimer Audor y Marcos Antonio Cardona, hacia donde Humberto Torres a negociar un trapiche, fuimos detenidos por tropas pertenecientes al Batallón Diosas del Chairá.

La detención se produjo a las dos y media de la tarde, en el momento en que transitábamos por un camino real. Los militares nos abordaron violentamente y nos acusaron de que éramos enviados por la guerrilla para espiar su ubicación.

“Perros, gonorreas, hijueputas”, nos decían entre otras groserías mientras nos pegaban y quitaban los documentos. Así nos hicieron permanecer hasta las seis de la tarde insistiendo en que teníamos que decirles qué guerrilleros nos habían mandado a localizarlos.

A las seis de la tarde nos hicieron internar en la montaña, a donde llegó un capitán quién nos saludó golpeándonos en el pecho, tumbándonos sin resuello. Nos quitaron las camisas y nos obligaron a caminar delante de ellos y a cada rato nos hacían tender y luego caminar.

Después nos separaron. A mí me obligaron a avanzar arrastrándome, casi desnudo. “¿Le estorba la ropa? gonorrea hijueputa”, me decían. Con mi propio machete me rompieron el pantalón por todos lados. Me dieron patadas por todo el cuerpo mientras me decían, “sapo guerrillero hijueputa”.

Más tarde me taparon la cabeza con una carpa. Se montaron encima de mí y halaban la carpa hacia atrás asfixiándome casi por completo, mientras que otro tapó mi nariz y también doblaba mi cabeza hacia atrás intensificando el método de tortura y acrecentando el dolor. Me sometieron a esos suplicios porque no les decía quién me había mandado a buscarlos.

Varias veces me dieron planazos en la cabeza con el machete. Otras veces me pasaban la trompetilla del fusil y el filo de la peinilla por la nuca y me preguntaban: “¿le huele a guerrilla?”. Como no les contestaba, entonces me golpeaban con saña y brincaban encima de mi cuerpo. Luego un uniformado cortó una vara y me encendió a garrotazos.

“Tiene cinco segundos para que se pierda o sí no lo llenamos de plomo”

Finalmente los soldados de la patria se quedaron con la carpa de la víctima lo hicieron ir para la casa en ropa interior, no sin antes destrozarle la jáquima y los aperos del caballo. “No se vaya a mover de la casa porque lo vamos a tener vigilado, a ver a quién es que le da la información”, le dijeron riéndose.

A los otros dos campesinos les fue peor en las manos de los militares. Esto fue lo que narró Marcos Antonio Cardona: Después de que nos separaron los maltratos físicos y verbales no pararon.

Me hicieron tender bocabajo y con los machetes despedazaron la ropa, botas y todo lo que tenía. Me pegaron planazos con machete, patadas y puños, mientras decían, “malparido, gonorrea guerrillero”. Me taparon la boca y la nariz para asfixiarme y amenazaron con abusar sexualmente de mí. Varias veces pusieron el cañón del fusil en mi cabeza y me obligaron a caminar con los ojos vendados.

Cuando me caía me arrastraban y me machacaban los dedos de los pies. Después hicieron que me levantara y acto seguido, sin dejar de pegarme con la peinilla, dispararon al pie de mis oídos, por lo que posiblemente pierda uno de ellos.

A Eimer Audor: Me hicieron quitar la ropa y me propinaron una golpiza brutal de planazos, patadas y puños, por todas partes del cuerpo. Me metieron la camisa a la boca, me envolvieron un cable en el cuello y dijeron que me iban a ahorcar, sin dejar de pegarme con el machete y darme puntapiés y puños.

Despedazaron mi ropa, botas y todo. Me obligaron a caminar con los ojos vendados y me dijeron que me iban a vestir con sus ropas militares para decir que era un guerrillero dado de baja. También pusieron una granada en mi mano e hicieron que permaneciera con ella apretada.

Los militares nos robaron los machetes, y un millón quinientos mil pesos que llevábamos para negociar el trapiche. Igual que a mis compañeros, como a las 8 y 30 de la noche me dijeron: “Tiene cinco segundos para que se pierda o sí no lo llenamos de plomo”.

La ampliación de estas denuncias, respaldadas por la juntas de acción comunal de las veredas Los Corazones y Horizonte, de La Montañita, donde residen las víctimas, fueron puestas en conocimiento de la Defensoría Regional del Pueblo, Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, El Comité Internacional de la Cruz Roja y el Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos.

En el Primer Foro por los Derechos Humanos realizado el pasado 27 de febrero en el caserío San Isidro del mismo municipio, las comunidades hicieron al menos 30 denuncias de violaciones a los derechos humanos similares al anterior caso, las que fueron sumadas a otras 88 debidamente documentadas.


Comunicado de prensa de la Cruz Roja
Entrega de una persona en poder de las FARC-EP en Arauca

Bogotá (Cicr), 5 de julio de 2010. En la tarde de hoy, una persona en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) fue entregada a una comisión de la Defensoría del Pueblo y de la Iglesia, en presencia de una delegada del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en la zona rural del departamento de Arauca.

El CICR hizo presencia en el sitio de entrega a pedido de las FARC-EP y de la familia de la persona liberada. La persona liberada fue trasladada a la ciudad de Arauca por representantes de la Defensoría del Pueblo.

El CICR seguirá trabajando para brindar protección y asistencia a todas las víctimas del conflicto armado.


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lunes, julio 05, 2010

Terrorismo made in USA/
Consejo de Estado rechazó demanda contra las bases militares estadounidenses en Colombia

La importante y muy sustentada demanda instaurada el 15 de diciembre de 2009 por el abogado Luis Carlos Domínguez Prada en nombre del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos para que se declarara la nulidad del “Acuerdo Simplificado” suscrito entre los gobiernos de Colombia y de los Estados Unidos para instalar en el país siete bases militares norteamericanas, fue rechazada por el Consejo de Estado, máximo tribunal de lo Contencioso Administrativo.

No obstante lo fundamentado de la acción interpuesta en la cual se demuestra que el Acuerdo es un verdadero tratado internacional que debió cumplir los requisitos y surtir los trámites constitucionales e internacionales propios de este tipo de instrumentos -ausentes todos en el acuerdo demandado-, el Consejo de Estado se pronunció después de seis meses rechazando la demanda por improcedente.

La Corporación no entró a considerar los argumentos expuestos por el abogado Domínguez Prada, ni se pronunció sobre si el acto cumplía o no los requisitos constitucionales para una derogatoria tan trascendental de la soberanía nacional, sino que reprodujo en extenso lo que la Corporación dijo hace cuarenta años al decidir las numerosas demandas presentadas contra la nota diplomática de la Cancillería que le entregó a Venezuela los islotes de Los Monjes.

“Este tribunal -dijo entonces-, carece en absoluto de jurisdicción y de competencia para conocer o pronunciarse contra cualquier acto gubernamental calificado como de gobierno o político, que concierna a su potestad de dirigir las relaciones internacionales e involucre la voluntad de otro Estado”.

Es decir, el Consejo de Estado rechaza de plano la demanda pues considera que el acto no cae bajo la jurisdicción del derecho interno, con lo cual el agravio a la soberanía nacional queda sin posibilidad de reparación o desagravio.

Consultado el abogado Luis Carlos Domínguez sobre la suerte corrida por esa acción acerca de la cual había justificada expectativa en amplios sectores jurídicos y políticos del país, manifestó que lamentaba el pronunciamiento de la alta Corporación, teniendo en cuenta que la demanda partía de la base indiscutida de que no se había formalizado un Tratado, caso en el cual podría tener razón el Consejo de Estado o al menos la jurisdicción para conocer de él sería de la Corte Constitucional.

Pero además, darle apariencia de Tratado –o Acuerdo simplificado basado en uno anterior- a lo que era un simple acto administrativo de la Cancillería, no debería impedir el control de legalidad y de constitucionalidad sobre él, por cuanto ello implica una verdadera derogatoria del Estado de Derecho: el gobierno cede la soberanía nacional y entrega el territorio de un departamento a una nación vecina; pero como no lo hizo mediante un tratado, pues no tiene control de la Corte Constitucional.


Y como es un acto de gobierno concerniente a las relaciones internacionales y compromete la voluntad del estado agraciado, pues tampoco tiene control del Consejo de Estado esa donación. En fin, el peor de los escenarios; que por lo absurdo de las posibilidades que él permite como en el caso ejemplificado, debe, tiene que ser replanteado más temprano que tarde. “Panamá y Los Monjes son dos heridas que no se pueden repetir” concluyó el jurista.


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