viernes, marzo 27, 2009

Aberrante Presidente/ Bajan industria, construcción, agricultura y comercio
Economía cae -0,7% y se desploma el modelo Uribe
Por El Nuevo Siglo

Al confirmar el Dane que el país va rumbo a la recesión, los analistas creen que es urgente darle un giro de 180 grados al manejo de la actividad económica

Como ya lo había advertido El Nuevo Siglo, Colombia va camino a la recesión económica al conseguir un crecimiento negativo de -0.7 por ciento en el último trimestre del año pasado. Con ello, la economía nacional confirmó la profunda desaceleración en que está inmersa, demostrando así que el modelo impuesto por el Gobierno desde el 2002 está fracasando.

De acuerdo a las cifras oficiales dadas a conocer ayer por el Dane, el crecimiento del Producto Interno Bruto, PIB, fue de 2,5 por ciento, desplomándose en un año 5 por ciento.

En plata contante y sonante, significa que el país perdió alrededor de 8.958 millones de dólares con respecto al crecimiento que logró en el 2007, cuando el PIB total fue de 171.974 millones de dólares. Para el 2008 este resultado fue de 163.376 millones de dólares.

Con este resultado se confirma, que si el Gobierno no toma medidas urgentes para detener esta caída, el desplome será mayor como ya lo anuncian la caída de la producción industrial y las ventas por encima del 10 por ciento, y de la construcción con un 9 por ciento.

Sobre este pésimo resultado de la economía, el ex ministro y actual decano de la facultad de economía de la Escuela Colombiana de Ingeniería, Eduardo Sarmiento Palacio, dijo que “ésta es la hecatombe total. Yo ya lo había advertido, cuando en la última cita que tuve con el presidente Álvaro Uribe, le dije, presidente haga algo que ya estamos en recesión, pero no me hizo caso”.

Sólo hasta en diciembre del año pasado, el Ejecutivo ya había revisado la meta de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2009, al reducirla de 3.5 por ciento a 3 por ciento, luego de que un informe preliminar indicara que en 2008 el PIB había disminuido de 4 por ciento a 3,5 por ciento.

Y sólo hasta comienzos de esta semana, el presidente Álvaro Uribe reconoció que efectivamente el país ya estaba soportando una crisis económica, cuando todos los indicadores demostraban esta situación desde comienzos de año.

Al conocer el crecimiento del último trimestre del año pasado, el Gobierno anunció que para este año la meta prevista pasará del 3 por ciento inicial a un margen del 0,5 y el 1,5 por ciento. El ministro de Hacienda sostuvo que este año los ingresos tributarios caerán en 2,5 billones de pesos con lo que el déficit fiscal del país pasará de 3,2 por ciento al 3,7 por ciento.

Las cifras

De acuerdo al Dane, el crecimiento observado en la economía colombiana durante el año 2008 en 2,5 por ciento, fue drásticamente menor al de 2007 en el cual se registró una variación de 7,5 por ciento.

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En los años anteriores las variaciones del PIB fueron de 2,2 por ciento en 2001, 2,5 por ciento en 2002, 4,6 por ciento en 2003, 4,7 por ciento en 2004, 5,7 en 2005 y 6,9 por ciento en 2006.

“Tal como se ven los crecimientos de los últimos años, prácticamente con este Gobierno la economía ha permanecido estancada, ya que en el 2008 se presentó el mismo que el país tuvo en el 2002 cuando Álvaro Uribe llegó a la presidencia.

“ Lo peor de todo es que con estos pésimos crecimientos habrá sin duda un aumento del desempleo, lo peor que le puede suceder a Colombia”, sostuvo el analista de la firma Gesvalores, Gerardo Rojas.

Asimismo, los expertos reclaman al Gobierno que siga aplicando tozudamente medias en uno y otro sector, sin entrar de lleno a realizar reformas estructurales que le den un viraje definitivo a la economía.

Aunque es claro que esta caída del crecimiento coincide con una de las mayores crisis mundiales, lo cierto es que se requiere de un mayor esfuerzo para evitar una catástrofe como ya se prevé en el Producto Interno Bruto.

“Actualmente el Gobierno no está haciendo nada para evitar el golpe final –asegura Eduardo Sarmiento-. No se ha dado cuenta que debe dar con urgencia prioridad al mercado interno, incrementando el déficit fiscal en 3 o 4 por ciento rápido, subir los aranceles de los bienes finales y bajar los de las materias primas.

Con ello se podría incrementar los salarios y así estimular la demanda y el consumo de productos nacionales. Pero otra medida adicional, sería intervenir la tasa de cambio, hay que evitar ya las fluctuaciones de la divisa, porque eso crea mucha incertidumbre”.

El experto asegura que las medidas que actualmente ha tomado el Ejecutivo son apenas unos ‘paños de agua tibia’ que no permitirán frenar el descalabro económico.

Gran parte de la culpa de esta situación, Sarmiento se las endilga al Banco de la República porque “prácticamente reventó la economía cuando subió las tasas de interés de forma desmedida hace año y medio, y ahora compensa su error al bajarlas, en el peor momento.

Mire que esa disminución de dos puntos en los últimos tres meses no ha logrado que reaccione el crédito, que también ha caído en este mismo periodo”.


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jueves, marzo 26, 2009

Crónica
Una semilla nace en medio de la violencia
Por: Karina Cordero S. Colectivo de comunicación Alerta Sur

“Las alegrías, mis sueños de ser abogado, un gran actor, han hecho que estos 15 años de mi vida no se dejen llevar por la tristeza y el veneno de la venganza; he aprendido en una academia de artes lo que es la solidaridad, el cariño y la importancia de obtener el gran conocimiento sobre alguna cosa que me sirva en un futuro; llevo 5 años aprendiendo danza, teatro, maquillaje artístico y efectos especiales, he aprendido a manejar cámara de video, construir guiones y saber toda la dinámica de la producción de televisión.

Con la voz entre cortada, Iván*, el joven que relata su historia, cuando sonríe muestra una sonrisa amplia que deja ver sus blancos dientes, un hombre que no pierde su acento demostrando sus raíces.

Él respira profundo, juguetea nerviosamente con sus manos, por la sensación del recuerdo, y con una mirada triste y miles de lágrimas que ya no pueden desgranar de sus ojos, Iván sigue contando la historia que dejó honda huella en su vida.

“Hasta mis 9 años viví en el Alto Magdalena, crecí con mi abuelo Fernando, mi tío Carlos, mi padre Alejandro y algunos otros familiares. Allí, fuera de respirar aire puro se huele la violencia, se ve la guerra y se quedó enredada mi vida, en la historia.

“Una historia que renace al igual que una semilla de mango que agarré una noche cuando mi abuela me sacaba del pueblo de manera incógnita para enviarme con mi madre a la ciudad de Bogotá; llevaba una ropa pequeña, “entre menos trapitos mejor” decía mi abuela un poco nerviosa y afanada, dolida y triste.

"En 1999 cuando regresamos de nuevo a nuestra finca todo era muy tranquilo en la casa, existía paz y las heridas habían sanado después de la muerte de mi tío cuatro años antes; un hombre que se casó con una mujer un poco mayor y con hijos, era dueña de varios terrenos, ellos se separaron y mi tío quedó con algunas tierras de su esposa, pero una mañana unos hombres vestidos de civil llegaron a su casa y lo sacaron de allí.

"Mi abuelo un gran negociante dueño de 40 reses y muy conocido en el municipio presintió lo que podía pasar, les pidió a los hombres que si lo pensaban matar que por favor no lo desaparecieran, ellos se lo cargaron y a la salida de la finca lo asesinaron.

El departamento del Alto Magdalena está rodeado por la violencia, donde se encontraba el frente 19 de las Farc, el bloque Norte de los paramilitares, con alias Jorge 40 y Mancuso, el Ejército y los diferentes entes del Estado de la seguridad nacional.

Allí, al igual que en varias regiones del país, existe una guerra que niega el gobierno, un conflicto armado que segundo a segundo perjudica a la gente de la población por el desplazamiento masivo, por la pérdida de sus tierras, de sus cultivos, de su ganado, de sus años de trabajo y lo más cruel, la pérdida de sus familiares.

Sus dedos entre lazados se movían afanados entre sus manos, parecía que sentía escalofrío cada vez que hablaba, se tocaba sus brazos con fuerza y pasaba varias veces saliva haciendo unas pequeñas pausas para proseguir con esta historia que lleva cada segundo en su memoria.

“Mi abuelo Fernando comienza a presentir muchas cosas “que esto era el principio de un gran dolor y el final de una familia”, él decide que todos nos desplacemos hacia Bogotá. Entonces, en 1997 dejamos 40 reses y parte de la vida viniéndonos con mi abuela, unos tíos, primos y mi papá.

“Cuando llegamos a la capital vivimos 12 en una casa con 2 habitaciones, dos baños, sala y comedor. Mi abuelo comenzó a conseguir trabajo y duramos dos años con problemas de dinero; era muy difícil mantenernos, entonces él decidió en el 99 que nos devolviéramos para la finca: pa´la tierrita; se rebuscó 200 mil pesos e iniciamos el regreso.

“En la finca la pasaba muy bueno, era muy bacano, jugaba en el campo, ayudaba a mi abuelo quien consiguió un cerdito y se volvió a contactar con la gente que le compraba ganado; poco a poco obtuvo un vivero, un billar restaurante, tenía matadero en la finca y a las afueras del pueblo una venta de cerveza.”

Iván se sentía tranquilo en esa época, vio de nuevo una luz que día a día sanaba las heridas de lo que habían vivido; en sus ojos se ve el brillo cuando evoca aquellos momentos, y en un minuto su rostro comienza a cubrirse de gestos dolorosos, agarra sus piernas un poco nervioso y su mirada se torna como vengativa.

“Un día mientras el sol se veía en la mitad del cielo para anunciar la llegada de la tarde, mi primo y yo jugábamos canicas, yo tenía aproximadamente 9 años y mi primo 7; mi padre Alejandro y mi abuelo Fernando que era mi gran amigo y mi pana, veían el noticiero esa tarde de marzo del 2003; en ese momento dos hombres llegaron en un auto rojo, golpearon a la puerta y preguntaron por Don Fernando.

“Mi abuelo les dijo que era él, entonces sacaron revólveres y le apuntaron a mi abuelo y a mi papá, quien quedó en estado de shock. Recuerdo bien a uno de ellos, era alto, mono, de ojos claros, fue este quien comenzó a golpear a mi abuelo en la nuca con el mango del revolver; luego le descargó todo el tambor y volvió a recargarlo varias veces hasta matarlo con 24 tiros en su cabecita.

“Yo observaba aquel cuadro dantesco y en un momento me le lancé por la espalda y lo agarre del cuello; mi primo y yo les gritábamos que lo dejaran en paz, les pedía que me mataran a mí. En uno de esos momentos el mono me disparó pero la bala sólo rozó mi rodilla.

“Salí corriendo en busca de los machetes de matar el ganado pero mi abuela los había lavado y había guardado en otro lugar, entonces corrí y corrí hacia la casa de mi tía, que estaba cerca, dentro de la misma finca; le conté lo que estaba pasando y salimos en busca de esos tipos que ya estaban montados en el carro y que apuntándonos con sus armas se fueron; mi padre quiso perseguirlos en la moto pero le habían averiado las llantas a balazos; luego vino el levantamiento del abuelo, el entierro y el novenario que marcaron mi vida a los 9 años.

“A la siguiente noche del novenario mi abuela me vistió de manera que no me reconocieran y me envió con mi mamá nuevamente para Bogotá, pues estos hombres habían amenazado con matarme.

“Mi abuelo nunca le fió ganado a la guerrilla, ni a los paracos, algunos de los cuales fueron amigos de infancia de mis tíos, pero mi abuelo tampoco les fiaba. Yo pienso que quizás por eso lo mataron. Más que la policía, “el Chirrido” era el que mandaba en el pueblo y de ahí hacia arriba la cadena de mando seguía con “el Grillo”, “el Flaco” y “Tolemaida”, aunque siempre en la cúpula, Mancuso.

“Un familiar supo que entre los autores intelectuales de la muerte de mi abuelo estuvo el Grillo y otro que aún parece que está vivo y que dice ser inocente, pero prefiero no mencionarlo porque me da miedo; al famoso “Grillo” lo mataron de una forma espantosa, lo torturaron, le quitaron uña por uña, lo abrieron y lo dejaron tirado en el municipio del Plato en el Magdalena.”

Después de un largo suspiro, Iván continúa narrando su tristeza en medio de un café que nos alienta y nos calienta en una fría noche bogotana.

“Yo llegué a vivir en la habitación donde vivía mi mamá, pero ella trabajaba de interna en otra casa, entonces me dejaba solo toda la semana con lo necesario para que viviera. A mi mamá le tocaba trabajar muy duro para poderle enviar dinero a mis hermanos que estaban viviendo en la costa.

“Mi mami sabía de mis sueños por ser actor y ella trabajaba para una señora que a su vez trabajaba para Caracol Televisión; entonces esta señora le dio varios contactos y entre esos, un Taller de producción de Televisión para niños y allí mi mamá me inscribió.

“Vivíamos en Candelaria la Nueva, muy lejos del taller de producción que quedaba en el norte, y como no tenía plata me iba caminando dos horas todos los sábados en la mañana, hasta la academia, para poder recibir mis clases de actuación, manejo de cámaras, creación de historias y grabación de películas, que hacíamos cada semestre.

“Ya me gradué y me estoy especializando en actuación con la ayuda de los directores del taller; ya voy en mi tercer montaje de un musical y ahora quiero volver al colegio para que al terminar pueda estudiar Derecho”.

Iván y su familia llegaron a Bogotá a causa de un desplazamiento forzoso por una guerra que parece no tener fin.

Ellos se acercaron a Acción Social, una entidad del Estado que es para la ayuda de los desplazados; allí les ayudaron para tener casita y algunas otras cosas, pero quizás esto no es suficiente; Iván no perdona ni olvida, él espera que aquellos que hicieron el daño paguen por sus delitos, aunque no le revivan a su gran amigo, a su maestro abuelo que aún recuerda y llora; Iván espera poder regresar un día a su finca y enterrar su pepa de mango que carga como el recuerdo de su abuelo, donde guarda un pasado que envenenó su corazón y que no le dejó ser niño.

Él espera sembrarla para que renazca, enfrentando los obstáculos para cumplir con sus sueños, quizás ayudando a muchos que siguen pasando por experiencias similares en un País que se niega a que la memoria permanezca, enrutando el olvido y el perdón para que se institucionalice la impunidad.

*Por seguridad la identidad de los protagonistas de esta historia son ficticios.

martes, marzo 24, 2009

Mortandad narcocrática/ Urgente
Acusan al Ejército de amenazar y amedrentar a la población de Puerto Rico, Meta

El pasado 6 de marzo, en el sitio conocido como Charcón, en la vereda Caño Cafra, municipio de Puerto Rico, Meta, unidades del Ejército Nacional al mando del Capitán Roldan, detuvieron a Arley Dezga Tabares y a Neider Arena González, defensores de derechos humanos, miembros del Comité Regional de Derechos Humanos del sector del Río Guayabero.

Según Arley Dezga, ellos iban hacia la vereda Caño Limón, cuando tropas del Ejército Nacional los detuvieron, los golpearon, hicieron desnudar a Neider Arenas y lo acostaron sobre un hormiguero por alrededor de 40 minutos.

Luego, los amenazaron con seguir golpeándolos sino se reinsertaban. Los dos defensores fueron dejados en libertad el mismo día, después de ser brutalmente golpeados y amenazados.

Tanto Dezga, como Arenas, tuvieron que desplazarse forzadamente de su territorio por presión del Ejército.


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Uribe en caída libre

Según Datexco, la intención de voto por Uribe en una segunda reelección, bajó de 56,8% en febrero a 35,2% en marzo.
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Todos los sátrapas de la humanidad han tenido el mismo final y este no será la excepción; las cortes internacionales lo esperan.
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La población colombiana, a pesar de la complicidad de los poderosos medios de desinformación, está descubriendo al verdadero monstrio que gobierna desde la "Casa de Nari".


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