sábado, septiembre 29, 2012

Diálogos de paz/ Entrevista a las FARC-EP desde La Habana
Granda: "Intentar hablar bajo las balas y los bombardeos, es un riesgo muy grande
Por Carlos Aznárez

A muy pocos días de las conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, el integrante de la dirección de esa organización guerrillera,-
 
Comandante Ricardo Téllez (Rodrigo Granda), señaló que “el convencimiento del gobierno de Juan Manuel Santos de que no podían ganar la guerra en forma rápida los llevó a dialogar”.

Téllez, al que también se lo conoce como el “Canciller de las FARC”, lleva en la insurgencia desde 1980, y mucho antes ya había pasado a la clandestinidad por su militancia en el partido Comunista de su país.

Confesó que un momento muy difícil de las conversaciones exploratorias que comenzaron en 2010, se dio cuando primero fue asesinado el comandante Jorge Briceño (Mono Jojoy), y luego lo mismo ocurrió cuando cayó en combate el máximo referente de las FARC, Alfonso Cano.

“Allí nos vimos obligados a evaluar si tomábamos la decisión de seguir o pateábamos el tablero. Sin embargo, nos dimos cuenta que el objetivo era la paz, como siempre lo había definido nuestro Comandante Manuel Marulanda Vélez, y decidimos seguir intentándolo”.

Téllez, no tiene la menor duda, y así lo expresó en La Habana, que si se dan avances en el diálogo, esta vez podrían abrirse definitivamente las puertas de la pacificación.

Fue muy difícil llegar a este momento actual? ¿Cómo fueron las primeras conversaciones exploratorias?

Este camino no ha sido sencillo, porque venimos de una guerra bastante dura, de ocho años del señor Uribe y dos años de Juan Manuel Santos.
 
Una vez que el presidente Santos asumió el mandato, envió una carta al Secretariado de las FARC, diciendo que lo que nosotros proponíamos en la agenda de la Nueva Colombia bolivariana, podía ser discutido, pero que lo que le hacía mal al país eran las formas de lucha que nosotros utilizábamos.

De todas maneras, él reconocía que en Colombia había un conflicto, que era algo que no aceptaba Uribe.
 
A partir de allí comenzó un intercambio epistolar, que concluyó en una reunión que se hizo en Colombia, al que le siguieron algunos encuentros en otros territorios no colombianos, para después terminar en Cuba, en reuniones que denominamos “discretas y secretas” durante seis meses, hasta llegar al actual momento.

Ustedes durante un largo tiempo, insistieron, a diferencia del ELN, que las conversaciones tenían que ser en Colombia. ¿Qué los hizo cambiar de opinión?

Fíjese que desde tiempo atrás, en el gobierno de Gaviria, dialogamos en Caracas, y luego en México. Para nosotros el sitio nunca fue una cuestión de principios, sino que lo importante es tener la fundamentación y la confianza para encarar los diálogos.

¿Cuánto tiempo deliberarán en Oslo?

Lo de Oslo es solamente la instalación de la mesa, allá deliberaremos dos o tres días a lo sumo, y luego lo importante se discutirá en La Habana.
 
También acordamos que también se podrán realizar reuniones en otros países (N.de R.: No se descarta que una de esas sedes pueda ser Argentina o Brasil) de acuerdo a cómo se vayan dando las discusiones.

¿Cuáles son las razones que los lleva a pensar que el establishment colombiano tiene necesidad de encarar la paz precisamente en este momento?

Ellos llevaron adelante con todas sus fuerzas, el Plan Colombia. La idea era exterminarnos en cuatro años, en forma física. Es decir, demostrarle al mundo que la guerrilla podía ser derrotada por esa vía militar.

Esos primeros cuatro años del señor Uribe no fructificaron en lo que él pretendía. Logró otros cuatro años con su reelección, y en ese período se invirtieron más de 12.000 millones de dólares en la guerra en Colombia.

Está la presencia norteamericana, hay personal israelí y del Reino Unido y de otras potencias, metidas en la guerra contra el pueblo colombiano. Ellos habían hablado del post conflicto y resulta que eso que pretendían, no se ve por ningún lado.

Tenemos una guerrilla fuerte, bien equipada, que obviamente ha sufrido algunos golpes duros pero que supo adaptarse, con mucha facilidad, a las nuevas formas que asume la guerra en Colombia.

Ese aspecto, de no poder ganar la guerra en forma rápida, llevó al convencimiento del señor Santos y a sus patrocinadores, los EU, de que era mejor dialogar.

Nosotros somos abanderados de la paz y del diálogo. Y nos alzamos en armas precisamente porque se nos habían cerrado esos caminos.

Ahora bien, el establecimiento colombiano piensa incrementar al máximo todas las políticas neoliberales, ya que tienen 52 tratados de libre comercio firmados con diferentes países del mundo, una buena cantidad de proyectos agro-industriales y mineros, más proyectos energéticos multimillonarios.

No nos olvidemos que Colombia es uno de los países más ricos del continente: nosotros tenemos oro, plata, esmeraldas, a lo que hay que sumarle costas en los dos mares, y la selva amazónica.
 
Todos estos proyectos que las trasnacionales impulsan se chocan contra una resistencia armada.

A partir de allí, nuestros enemigos deducen que es mejor solucionar este conflicto por la vía dialogada.
 
Además, en función de la crisis que vive el mundo, y especialmente Europa, temen que sus consecuencias podrían generar un caldo de cultivo, para que a partir de la experiencia que tienen las FARC, surjan otras guerrillas en el continente.

Sin embargo, Juan Manuel Santos insiste en que las FARC están contra las cuerdas, que los últimos golpes los han debilitado, y que precisamente por eso ustedes se sientan a dialogar

De ninguna manera. Uno de los principios de la guerra, es que con los derrotados nunca se dialoga. Si yo gano la guerra y someto al enemigo, para qué me voy a poner a dialogar. Eso no tiene ningún sentido.

Esas suposiciones existen en la mente de ellos mismos, pero la realidad les demuestra día a día que están equivocados. La confrontación armada hoy, y esto lo saben los altos mandos militares y lo han dicho en reuniones de Palacio, puede durar otros 20 o 30 años más.

De allí es que han tenido que reflexionar sobre la necesidad de buscar otros caminos para terminar con la guerra.

En función de ello, nosotros nos hemos atrevido a insinuarle al gobierno, que lo importante sería parar la mortandad que acarrea la contienda, nuestro interés es construir la paz, pero una paz con dignidad, con justicia social, que se encaren los problemas del pueblo colombiano.

¿Qué está pidiendo con urgencia la guerrilla?

La guerrilla no está pidiendo nada para ella, no necesitamos nada del establecimiento. A nosotros nos han movido cuestiones altruistas y que el país y el continente puedan vivir en paz.

Si estos 48 años de lucha armada permanente logran que se canalice una apertura democrática, que en Colombia se cambien las formas de hacer política y se respeten los derechos humanos-
 
y la integridad de las personas, y que nuestro país se inserte en la nueva realidad latinoamericana, y que aporte a la paz nacional y del mundo, creo que ha cumplido una misión muy importante.

Hay que recordar que nosotros en un momento dado quisimos cambiar esta forma de lucha. Ahora bien, si ahora se abren las compuertas que nos cerraron en 1964-
 
y se nos permite en pleno plan de igualdad con otras fuerzas ir a la plaza pública, estaríamos dispuestos a hacer eso, pero deben convencerse nuestros enemigos que no se va a dialogar con una guerrilla vencida.

Ese fue el error de los sucesivos gobiernos colombianos, creer que cada vez que se abría la posibilidad de un diálogo, era porque la insurgencia estaba derrotada. Esa es una estupidez, y saben que en el momento actual es insostenible para ellos.

No creen que pudiera haber otra manera de ver esto. Le explico: el presidente Santos enfrenta la posibilidad de una re-elección muy pronto,-
 
y él sabe que si estas conversaciones fructifican, se puede convertir en un abanderado de la paz y de esta manera revalida su idea de seguir gobernando.

La paz tiene muchos amigos y es indudable que en Colombia se ha despertado un fervor extraordinario hacia ella. Se respira el fervor de un verdadero plebiscito internacional que llevará adelante estos diálogos.

Tengamos en cuenta que este es el conflicto más largo del hemisferio occidental. Es indudable que quien tenga las banderas de la paz en este momento,-
 
puede aspirar no solamente a una reelección, sino a pasar a la historia como un hombre que hizo todo lo que tenía en sus manos para que su pueblo viviera mejor.

Ese es un desafío que tiene el Presidente. Si él quiere hacer historia, tiene la gran oportunidad, pero el establecimiento en su conjunto tiene que estar preparado a hacer algunas de las concesiones que siempre las FARC han buscado, porque se trata de dos partes en la cual ninguna ha derrotado todavía a la otra.

¿Qué diferencia hay entre estas conversaciones que van a empezar y las anteriores que se dieron en otros momentos de la confrontación?

El Presidente tiene en este momento un respaldo muy grande a nivel nacional, y un entorno latinoamericano diferente al que había en los diálogos del Caguán.

A la vez, se ve que hay un apoyo mucho más grande por parte de los Estados Unidos para evitar que continúe la guerra en Colombia.

No olvidemos que ellos han sido los promotores de esta guerra, y si ellos paran de echar leña al fuego, seguramente se podrá avanzar también.

Otra de las situaciones que se puede ver, es que ya el señor Presidente involucra al alto mando militar, incluyendo en las conversaciones a algunos oficiales de alta categoría.

Ahí hay también representantes de los gremios económicos, que saben que con un esfuerzo que se haga, y reconociendo toda la cantidad de factores que han originado el conflicto y solucionando esas causas, se puede avanzar hacia un proceso de paz.

De allí que nosotros consideramos que hay algunas variaciones que nos permiten que hagamos una experiencia mucho mayor que otras ocasiones.

En ninguno de los procesos anteriores había una real voluntad de paz por parte del gobierno colombiano.

Si el señor Santos va a utilizar esa bandera para la politiquería, él deberá pagar ese costo histórico frente al país.

Hoy se da una oportunidad, nosotros como FARC tenemos la voluntad política de avanzar, siempre y cuando se encare esto con seriedad, y que se pueda ir demostrando que hay ganas de solucionar el conflicto.

En estas conversaciones de ahora, nosotros le hemos dicho al gobierno que venimos a la mesa sin arrogancia, dispuestos a poner músculo, nervio, pensamiento, ideas, pero también somos conscientes que, tratándose de arreglar un problema tan grave, quien más tiene, más tiene que aportar.

El gobierno, el Estado, tienen mucho para darle al pueblo de Colombia. Las FARC, por nuestro lado, tenemos ideas para arrimar a la construcción de una Colombia digna, soberana y en paz, pero aquí quien tiene la plata es el gobierno…

¿Cuánta influencia puede tener en este contexto el discurso que viene lanzando Alvaro Uribe, oponiéndose a estas conversaciones?

Este sector es minoritario, en el momento actual, tiene alrededor de un 18 % de representación. Es un discurso exageradamente retardatario, lleno de odio, venganza y retaliación.

Son fanáticos de la guerra, pero eso a nosotros no nos preocupa demasiado, porque cada día que pasa, el pueblo colombiano va tomando conciencia de quiénes han sido los promotores de esta violencia.

Con Uribe están reubicándose esos sectores que son peligrosísimos. Los Estados Unidos, al apoyar los diálogos –por lo menos eso es lo que ha dicho el Departamento de Estado-, significa que se separan un poco del señor Uribe Vélez, y quien mejor que los gringos para dar esa señal.

Ellos tienen todos los expedientes de cuál ha sido el prontuario de Uribe desde que se inició en la política colombiana. Él figura en el puesto número 82 de una lista que tiene en su poder la DEA.

Volviendo al tema del cese del fuego: Si esto no se produjera, y se incrementan las acciones militares por parte del gobierno Santos, ¿no creen ustedes que se ponen en serio peligro estas conversaciones?

Siempre es peligroso dialogar bajo fuego. Intentar hablar bajo las balas y los bombardeos, es un riesgo muy grande. Nosotros no estamos pidiendo en estos momentos un cese del fuego, sólo hemos sugerido que deberíamos evitarle más muertos al país.

El gobierno respondió que no, que ellos van a seguir con los bombardeos y las operaciones militares. Entonces, es obligación de la guerrilla, defenderse.

Nosotros insistimos en que quisiéramos evitar más dolor, pero parece que el gobierno considera que así vamos a tener una ventaja militar.

Si no fuera por la tragedia que representa para el pueblo colombiano, esto llamaría a risa. Pero es indudable que al establecimiento parecen no importarle mucho la vida de sus propios soldados, y de la gente del pueblo, que toda guerra causa.

Ellos consideran que el alto el fuego debe producirse al final, y nosotros pensamos que la movilización permanente del pueblo y la misma presión internacional-
 
pudiera ayudar a que las partes cesáramos el enfrentamiento armado, sin ventajismos de carácter estratégico para ninguna de las dos partes.

Otro tema difícil es el de los tiempos. El Presidente Santos habla de que a más tardar, en junio o julio del 2013 el conflicto debería tener ya soluciones, mientras que Timochenko ha planteado que esto va a ser un proceso largo.

Timochenko lo dijo, y no habría que ponerle a esto términos fatales. Solamente para llegar ahora a conformar una agenda nos demoramos dos años.

Esta guerra lleva 60 años, por eso nos parece que es muy precipitado lo dicho por el Presidente, que considera que el conflicto se puede arreglar de la noche a la mañana.

La vida es mucho más rica que cualquier cuestión que se proponga en la agenda. Los mejores planes, fallan.

Entonces, vamos a ir mirando cada uno de los puntos de la agenda, vamos a ir construyéndola, sin pausas pero sin prisas, como dijo un ex presidente de la República.

Aquí lo importante no son las carreras de cien metros, sino que se vayan llegando a acuerdos y que el país y el mundo vean, que vale la pena seguir dialogando.

Nosotros no estamos dispuestos a trabajar contra reloj, no somos parte de las Olimpiadas que acaban de terminar.

¿Qué significado le dan a la frase “dejación de armas”, que figura en el Acuerdo marco para empezar los diálogo?

La frase tiene muchas interpretaciones. Nosotros hemos dicho que si se abren las puertas a la paz, si se hacen un montón de cambios, si se respiran nuevos aires, las armas, al fin y al cabo, son simples hierros, que en un momento dado se pueden silenciar.

Lo que no se pueden ocultar son las ideas que cada combatiente tiene en la cabeza. Las armas, mientras no haya hombres dispuestos a dispararlas, por sí sola, no cumplen ningún papel.

Ellas sirven para defender al pueblo, de la tiranía, para evitar la esclavitud. Esas armas han posibilitado que ahora el país vislumbre, por fin, la anhelada paz.

Ustedes se alzaron en armas, para denunciar un orden injusto (así lo expresaban sus comunicados fundacionales). ¿Qué les hace pensar ahora que en esta mesa de negociaciones podrán obtener lo que se les negó en tantos años de insurgencia armada?

Nosotros hemos dicho que no vamos al diálogo para que nos hagan la Revolución por contrato. No se trata de hacer la Revolución en una mesa de negociaciones. Sostenemos que aquí hay dos partes enfrentadas, con criterios de carácter antagónico.

También decimos: ustedes nos obligaron a tomar las armas, buscaron por todos los medios eliminarnos y no lo han logrado.

La esencia de la guerra es someter la voluntad de lucha del contrincante, y eso tampoco lo ha podido hacer ni lo va a lograr el Estado colombiano.

Entonces le decimos al presidente Santos: si usted abre las compuertas y da pie a un nuevo país, las armas pueden ser silenciadas y buscar por otras vías que se cumplan nuestras reivindicaciones.

En 1964 lo dijeron nuestros fundadores, nosotros queríamos la vía pacífica para la toma del poder, pero nos respondieron violentamente.

Como somos revolucionarios, que de una u otra manera tenemos que cumplir nuestro papel, nos alzamos en armas hasta que haya cambios en el país.

Si los cambios comienzan a producirse, entonces nos insertamos en la política, porque las armas no van a cumplir allí ningún papel.

Es tan estrecho este sistema colombiano, que da vergüenza, comparado con otros países del continente y del mundo.

En otras partes no se asesina a una persona porque esté en contra de tal o cual posición del gobierno, o sencillamente por reclamar respeto a la dignidad humana, o defender la soberanía del país.

En otros países no se asesina a la gente que hace una manifestación o una toma de tierras. En Colombia, pensar diferente al establecimiento ha causado en la primera etapa de la violencia, 300 mil muertos, y en esta parte que llevamos, ya se pasa de 250 mil muertos.

¿Dónde se llevó una guerra más cruel y más bárbara contra un pueblo desarmado? ¿Qué no se ha empleado contra las FARC en este último tiempo?

La más alta tecnología de punta, los drones, aviones super Tucano, los globos, toda la inteligencia militar del enemigo, los micro chips, bombas inteligentes, para quebrar la voluntad de gente que pelea para que en el país haya justicia social, libertad y una verdadera democracia.

Uno de los puntos nodales del acuerdo marco que será discutido en las conversaciones es el tema de la tierra. ¿Cuáles son los planteos de las FARC para solucionar la situación de los campesinos colombianos?

Nosotros hicimos un pacto de caballeros, hay unos puntos que se van a discutir en la mesa. Con el tema de la tierra y el desarrollo agrario vamos a comenzar la discusión.

Por eso, por el momento no vamos a dar por micrófono lo que debe ser discutido en la mesa de diálogo.

Tenemos una visión muy concreta y propuestas que hacer, además de recoger el sentir de las organizaciones agrarias, campesinas, indígenas, afro-descendientes.

Igualmente tendrán que participar en las discusiones y darnos orientación, las organizaciones vinculadas a los problemas del campo, pero no solamente eso, sino que también hay que ver la cuestión de la salud, de la educación, de la vivienda, de la ecología y toda la cuestión de la tierra.

Exigirán la reforma agraria?

 Colombia es el único país de América Latina donde no se ha producido jamás una Reforma agraria.

El 87% de las mejores tierras del país están en manos del 4% de los poseedores. Las grandes haciendas de más de 500 hectáreas se han aumentado a costa de los pequeños campesinos.

El problema del latifundio en Colombia dio origen a las primeras guerrillas. Ahora soportamos la embestida de las trasnacionales que quieren apoderarse de las tierras, con grandes proyectos mineros y agrario-industriales.

Tengamos en cuenta que la tierra, en estos momentos y a nivel mundial, ha adquirido precios desorbitantes.

¿Cómo puede participar la sociedad colombiana actual en las conversaciones de paz?

En la mesa se acordaron algunos mecanismos. La gente que está en el país puede citar foros, asambleas, encuentros, mingas, donde puedan estar discutiendo, por ejemplo, el problema de la tierra.

Igualmente se pueden hacer encuentros nacionales para que allí se aporten y se recojan todas las ideas.

El problema de la tierra en Colombia, no ha aparecido de ayer para hoy, es un problema histórico, y las organizaciones campesinas, indígenas y afro-descendientes, han venido teniendo una trayectoria de combate, lo mismo ocurre con las FARC.

El 20 de julio de 1974 las FARC expidieron el programa agrario de los guerrilleros. Ahora actualizamos todo eso, y lo llevamos a la mesa para discutirlo.

Pero el gobierno Santos afirma que ya está encarando el problema de la tierra.

El gobierno está interesado en hacer algunos cambios a nivel de la tierra, porque tienen el interés de meter toda la cuestión del capitalismo en el campo.

El problema es que necesitan integrar esas dos terceras partes de Colombia que representan al país olvidado.

Allí, en ese territorio se encuentra la guerrilla y no se registra presencia del Estado. Por lo cual todo ello tendremos que discutirlo cuando toquemos el punto del desarrollo agrario.

Además, está el tema de las áreas con plantaciones de coca, y lo que significa a nivel de monocultivo.

Las plantaciones de coca no sólo están en áreas de la guerrilla sino en casi todo el país. Dentro del acuerdo marco, hay un punto para discutir el tema de los monocultivos.

Fíjese que ahora, en la Cumbre de Cartagena y en la Iberoamericana que se va a hacer en España, uno de los problemas que se discute es la lucha contra el narcotráfico.
 
En marzo de 1999, nuestro comandante Manuel Marulanda Vélez hizo un estudio sobre el Municipio de Cartagena del Chairá.

Ese estudio lo presentó a la primera reunión que se hizo sobre cultivos ilícitos y defensa del medio ambiente en el Caguán.

Este es un plan totalizador y tiene plena vigencia, para toda Latinoamérica, para que se discuta en la OEA y también en la ONU.

Es hora que el Departamento de Estado norteamericano vea que hay una forma diferente de atacar el tema de la producción y comercialización de narcóticos en el mundo.

Para eso no se necesita solamente la cuestión represiva, ya que este es un fenómeno económico, político, militar y social. Millonarias fortunas se mueven allí.

En este momento lo que circula en el mundo por narcóticos son 670 mil millones de dólares. Todo ese torrente de billetes está irrigando la cuestión financiera de los EEUU.

Para América Latina revierten 20 mil millones, y Colombia, que se dice que exporta el 80 % de la cocaína, recibe 4.500 millones de dólares.

¿Quién está haciendo el gran negocio? Pero además de ello, la coca está ligada al tema de los precursores químicos, producidos por el primer mundo.

Está ligado al tema de los armamentos. ¿Quién los fabrica? Ellos también, Occidente, el primer mundo.

Como se ve, son temas demasiado serios, y el Estado se ha dado cuenta que esa guerra, ya la perdió.

Por eso, los otros países están viendo como atacan este fenómeno, y en ese punto también las FARC tienen propuestas para encarar soluciones.

Es contradictorio, pero en ese aspecto podemos ser aliados de los Estados Unidos. Y con Europa también, ya que ellos están perjudicados en su juventud, y nosotros pagando los costos de una guerra que no es la nuestra.

Imaginemos que las conversaciones de paz funcionan, a base de cambios y algunas concesiones. ¿Qué se hace con las bases norteamericanas?

Ese es un problema de soberanía nacional y nosotros nos hemos opuesto por principio a que haya bases militares, con tropas extranjeras en Colombia.

Allí se metieron con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, haciendo luego la guerra contrainsurgente más devastadora.

Nosotros hemos recibido las bombas. Ningún narcotraficante ha muerto por culpa de ellas, cuando supuestamente eran el objetivo de estas bases.

Todo lo que hay en Colombia en función de las bases es para controlar el continente sudamericano, sino que también apuntar hacia el África.

Nosotros estamos firmemente convencidos que esas bases, asesores y tropas norteamericanas , le harían un gran favor a la paz, abandonando el territorio colombiano.

¿Cuánto puede influir en estas negociaciones el resultado de las elecciones norteamericanas?

Con eso se especula mucho, a pesar que la política exterior norteamericana es compaginada por los dos partidos.

Sugieren que el candidato republicano es mucho más duro que Obama, o que éste va a cambiar de posición, pero la realidad es que en política exterior marchan como un solo hombre.

Uno quisiera, pero son deseos, que el señor Obama tuviera una diferente forma de observar América Latina.

Que viera que ese bloqueo sobre Cuba es obsoleto y que él como un demócrata debería ayudar a levantar esto.

O esa cárcel de Guantánamo que aún mantienen, y que debería desaparecer. Lo real es que en política exterior, los EEUU han venido apretando cada vez más el cuello a América Latina, por eso se están quedando solos en el continente.

Valoran los cambios que se vienen produciendo en el continente a nivel de integración de los países?

Claro, ha surgido una nueva forma de hacer diplomacia, de los países latinoamericanos. El hecho de que la OEA esté tan desprestigiada, y que organismos como la CELAC y Unasur,-
 
hayan tomado impulso y no estén allí representados ni gringos ni canadienses, significa que su política exterior hacia Latinoamérica ha fracasado.
 
Para los pueblos ellos son un peligro, un monstruo sediento de nuestros recursos naturales.

¿Se imaginan participando de alguna forma en las próximas elecciones colombianas?

Ese es muy pronto para hablarlo. No hemos instalado aún la mesa de conversaciones. Nosotros estamos las 24 horas pensando en cómo vamos a asumir el reto de tratar de llegar a un acuerdo final y comenzar la construcción de una paz para Colombia.

No somos politiqueros de oficio, hay mucha gente a la que le gusta eso, nosotros tenemos otra manera de ver y entender la política.

No nos seduce el sistema electorero vulgar, y menos con esa forma que se hace en Colombia, que para llegar al Parlamento, si usted no tiene mil o dos mil millones de pesos no puede llegar.

Por eso, fíjese que quienes están allá, la mayoría están investigados (o incluso presos) porque la corruptela de ese Parlamento colombiano es asombrosa.

Lo mismo pasa con las gobernaciones y las alcaldías. Es que las clases gobernantes de nuestro país son todas corruptas, y han abusado de un pueblo que es bueno, sencillo y trabajador.

Ustedes creen que hubiera sido mejor contar en estas mesas que se están por abrir, con la presencia del ELN?

Nosotros ya hicimos una experiencia con ellos en la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. En Tlaxcala, estuvo el ELN, el EPL y también nosotros.

Desafortunadamente, eso no prosperó. Con el ELN veníamos teniendo algunas fricciones hace un tiempo atrás, esto por lo menos ya se paró, y estamos en un proceso de unidad bastante avanzada.

Nosotros comenzamos este proceso con el gobierno de forma separada, pero de todas formas siempre dijimos que las puertas están abiertas para sumarse, pero el ELN es una organización soberana, y ellos pueden hacer su propia experiencia.

Si en un futuro podemos coincidir, sería muy interesante compartir una mesa con ellos.

¿Qué ha pasado con la idea que ustedes manifestaron, de que se incorpore a la mesa, Simón Trinidad?

Ese es un punto que nosotros llevamos a la mesa de diálogo. Ya hay experiencias, Mandela estaba en la cárcel 7 años, y desde allí logró incidir mucho para derrotar el Apartheid.

Simón está condenado por cosas de las que lo acusan, pero todo el mundo sabe que se trata de un montaje y una venganza por el solo hecho de pertenecer a las FARC.

Nosotros consideramos que él debe estar en la mesa y vamos a pelear por ello. Sugerimos que los EEUU, para remediar en parte tanto mal causado, deben facilitar las cosas, y esta sería una forma de hacerlo, permitiendo su presencia en las negociaciones.

Cuando se encaran este tipo de negociaciones, siempre aparecen palabras claves como “reconciliación”, “reparación”, “comisión de la verdad”. ¿Qué opinan de ello de cara al proceso que van a comenzar?

Nosotros creemos que en Colombia puede haber un gobierno de reconstrucción y reconciliación nacional.

Eso puede llegar en un momento dado, sin embargo no nos dejamos llevar por la palabrería vana ni tampoco necesitamos salir a copiar de otras partes.

Aquí ha habido una guerra, si el gobierno tiene la disposición política de arreglarla, y nosotros la tenemos, incluso podemos crear nuevos conceptos en muchas cosas.

Cada conflicto tiene sus particularidades, y el de Colombia ha sido extremadamente específico. Todos estos temas que usted plantea se irán tratando en la mesa de diálogo en su debido momento.

En los últimos años, varios de sus compañeros del Secretariado han resultado muertos en combate, producto de la ofensiva del Ejército. ¿Cómo han repercutido estas muertes en vuestra lucha?

Los compañeros caídos en combate están presentes en cada actividad de los hombres y mujeres de las FARC.

En cada uno de nuestros campamentos se tienen sus retratos, sino que todas las noches se les evoca en las obras culturales. Fueron nuestros guías, nuestros maestros, son hombres únicos que ofrendaron todo por la paz en Colombia.

Hombres indoblegables que han trascendido más allá de lo que ahora vemos, y que con el tiempo su imagen crecerá inmensamente.

Son verdaderos héroes de la Patria. En algún momento habrá que darles el reconocimiento que se merecen.

En muchos países del mundo ha pasado así, a la gente se le persigue, se le encarcela, se le denigra, y después, cuando las situaciones cambian,-
 
resulta que eran los hombres que portaban la verdad histórica, que ofrecieron todo su esfuerzo para cambiar la realidad de humillaciones que vivía nuestro país.

¿Cómo cree que recibirán las mujeres de Colombia estas conversaciones de paz, esas mujeres que son madres, que son hijas de guerrilleros como ustedes, o esas otras mujeres de la sociedad colombiana que han sufrido la violencia en todos estos años?

Las mujeres y todo el pueblo, han recibido esta noticia con mucho alborozo. La primera encuesta muestra que el 80% del pueblo colombiano está por la paz.

Cuando en febrero nos reunimos por primera vez con el gobierno, estos prácticamente decían que el país quería una guerra , que nos detestaban, y nosotros les decíamos, no señores, la paz es la que predomina en Colombia y ustedes tienen una distorsión total de las cosas.

Ahora nos han tenido que dar la razón, y si las cosas funcionan esto va a ir creciendo, y nuevos actores vendrán a integrarse, no solamente en la sociedad colombiana sino también del exterior.

Usted ve que el Papa ha apoyado los diálogos de paz, igual que Naciones Unidas o la Unión Europea, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, y la de Brasil.
 
Ojalá que quienes tenemos la responsabilidad de sacar este proceso adelante, podamos cumplir la misión que se nos ha dado.

¿Siguen teniendo el socialismo como meta?

Claro, ese es el único sistema que puede salvar al planeta Tierra. Nosotros hemos peleado por el socialismo con las armas en la mano porque no nos han dejado otra opción. Vamos, indefectiblemente, por la toma del poder para el pueblo.

Eso no lo hemos escondido jamás. O se nos permitía hacer política para exponer nuestros ideales y alcanzar nuestros objetivos por la vía legal, o nos cerraban el camino violentamente como hicieron todo este tiempo.

No negamos nuestras condición de socialistas. Las revoluciones las hacen los pueblos y nosotros somos parte de ese pueblo.

Podemos tratar de organizar militarmente a nuestro pueblo, pero también lo podemos organizar políticamente.

En el momento en que se respete la vida de esas personas que organizamos políticamente. Lo que no podemos repetir es la historia de la Unión Patriótica,-
 
el genocidio más grande de América Latina, con 5 mil muertos, cuando tratábamos de abrir un espacio político. Fue un costo extremadamente alto para un país como Colombia.

viernes, septiembre 28, 2012

Diálogos de paz
“Las FARC usamos las armas para que nos escuchen": Guerrillera Sandra Ramírez, compañera de Manuel Marulanda
Por: Patricia Grogg. Ips

La Habana. Cuesta imaginarla vestida de guerrillera, cargando una mochila de 25 kilogramos, repeliendo a tiros el ataque enemigo o buscando refugio para evadir los bombardeos aéreos.

Se la conoce como Sandra Ramírez y dejó el escenario de guerra colombiano para viajar a la capital cubana a hablar de paz.

Hasta ahora es la única mujer, conocida públicamente, envuelta en las conversaciones exploratorias entre delegados de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia,-

FARC y del gobierno de ese país, encabezado por Juan Manuel Santos, para iniciar un diálogo destinado a "la construcción de una paz estable y duradera".

Cuando se la vio llegar al primer encuentro con la prensa ofrecido en agosto en La Habana por representantes de las FARC, no todos los periodistas sabían quién era. Pronto el dato recorría el salón:

entre los negociadores iniciales figura la compañera de "Manuel Marulanda", nombre de guerra de Pedro Antonio Marín, fundador y líder de la guerrilla más longeva de América Latina.

Una de las interpretaciones de su presencia en estas pláticas es que se reafirma la continuidad de un proceso iniciado por Marulanda, muerto de un paro cardiaco en marzo de 2008.

"Es su legado el que está presente. Durante sus 60 años de lucha estuvo buscando una salida política al conflicto, y esa ha sido siempre nuestra vocación", afirmó Ramírez en una entrevista exclusiva con IPS.

"Al lado del comandante Marulanda aprendí el amor a esta causa que llevamos, lo cual definitivamente implica un compromiso mucho mayor.

“Trabajamos juntos muchos años, compartimos muchísimas cosas", agregó en un momento de la conversación en que las emociones pusieron en riesgo su hablar pausado y sosegado.

Ramírez es hija de una familia campesina numerosa –"fuimos 15 hermanos, las opciones de vida eran escasas, sobre todo para nosotras", las mujeres– y se unió a la guerrilla con 17 años. En mayo cumplió 48 y aún no se arrepiente del camino escogido.

En la montaña aprendió enfermería y comunicaciones e integró el cuerpo de guardia de los "camaradas" de la dirección nacional de las FARC.

Al parecer, así fue como se acercó sentimentalmente a Marulanda, a quien acompañó y cuidó en los últimos años de su vida.

La prensa colombiana recuerda haberla visto junto a él, 10 años atrás, en las conversaciones de paz entre las FARC y el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), en el municipio sureño de San Vicente del Caguán.

IPS: Aquellos diálogos fracasaron. ¿Cuál es su expectativa con este que comenzará en Oslo el 8 de octubre y que se prevé continúe en La Habana?

Sandra Ramírez: Estamos iniciando este nuevo proceso de conversaciones, a ver si con el esfuerzo de todos, de la guerrilla, el gobierno y el pueblo colombianos, logramos una solución política al conflicto.

Las posibilidades de éxito (en este empeño) siempre han estado presentes, el problema es que la oligarquía colombiana siempre se ha negado a ceder un milímetro de su estatus de poder, desde el cual elimina a tiros al opositor.

IPS: ¿Cree posible conversar de paz sin cese de hostilidades?

SR: El gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) se caracterizó por ejercer la violencia extrema, no abrió las puertas a la paz.

Ahora la correlación de fuerzas es diferente, tanto dentro del país como en el entorno latinoamericano de Colombia, con gobiernos democráticos como los de Venezuela, Bolivia o Ecuador.

Los pueblos están adquiriendo otras formas de lucha y eso incide en el pueblo colombiano. La decisión es sentarse a conversar, pero la lógica y el mismo escenario nos dirán si hay o no cese del fuego que, de darse en algún momento, tiene que ser bilateral.

IPS: A comienzos de los años 90, el líder cubano Fidel Castro, quien comandó la insurrección armada que lo condujo al poder en 1959, comenzó a desaconsejar ese camino e insistió-

en las posibilidades de la lucha de masas, especialmente del "pueblo unido, el pueblo coordinado, el pueblo luchando en una misma dirección". ¿Qué le pareció a usted esa declaración?

SR: Las condiciones en Colombia son muy diferentes. No hay libertades para la participación política.

Aferrada al poder, la ultraderecha elimina (físicamente) a sus opositores; ha cerrado todas las vías y no nos dejó otra opción que el uso de las armas para que nos escuchen. Porque se trata de eso, usamos las armas para que nos escuchen.

IPS: Se dice que las FARC quieren negociar porque están debilitadas.

SR: Las FARC buscan la paz desde que se fundaron y esta es una nueva oportunidad.

Claro, como organización que enfrenta toda la tecnología de punta suministrada por Estados Unidos, no podemos negar que hemos sido golpeados y perdido cuadros valiosos. Pero eso no significa debilidad.

IPS: ¿Usted considera que hay condiciones para que el pueblo colombiano acompañe este proceso?

SR: Claro que sí, este diálogo responde al deseo de indígenas, afrodescendientes, de todos los movimientos y sectores sociales del país. No es un capricho del gobierno de Santos ni de las FARC.

IPS: En los acuerdos que ustedes consideran hoja de ruta de las pláticas de paz no se menciona la situación de la mujer. ¿A qué se debe?

SR: La situación de la mujer en Colombia es tan difícil como la de todo el pueblo colombiano, por eso no se menciona específicamente.

IPS: Alrededor de 40 por ciento de la tropa de las FARC son mujeres; sin embargo ellas no están en el Secretariado de la organización…

SR: Nosotros calculamos que en este momento somos más de 40 por ciento. No hay mujeres en la dirección nacional, pero sí en el Estado Mayor Central y en escalones intermedios. A nivel de compañías, las hay integrando los comandos de dirección.

IPS: También en Colombia las mujeres sufren violencia doméstica y el machismo que las discrimina. ¿Existen esos problemas en la guerrilla?

SR: Nuestra organización brotó de las entrañas de la sociedad colombiana y no está ajena a esas realidades.

Pero en su seno se contribuye a la preparación de los combatientes para que se expresen, participen, tomen decisiones y hagan valer sus derechos. Tenemos normas disciplinarias y no se permiten riñas y menos violencia contra la mujer.

IPS: ¿Es verdad que hay niños en la guerrilla?

SR: Ha habido casos excepcionales, con hijos o hijas de guerrilleras o guerrilleros muertos en combate.

A veces sus abuelitos no pueden cuidarlos y son muy vigilados y perseguidos por la policía o el ejército. No queda más remedio que llevarlos con nosotros.

Les damos una educación, se designa a algún combatiente para que los atienda, tratamos de darles la mejor atención.

IPS: ¿Qué pasa si ese niño o niña quiere marcharse?

SR: Se analiza la situación. Generalmente optan por quedarse por un problema de seguridad. Ha habido muchos casos de niños que hoy son excelentes combatientes y hasta comandantes.

IPS: ¿Hay presión o coacción sobre los jóvenes para que ingresen a la guerrilla?

SR: De ninguna manera. El ingreso es por voluntad propia de cada persona, sea hombre o mujer. La edad mínima para integrarse a las FARC es 15 años. Foto 1: Ips.

Parauribismo/
Policía tendrá que pedir perdón por crimen cometido por  "Los 12 apóstoles", banda paramilitar presuntamente creada por Santiago Uribe
Por Camilo Raigozo

El Consejo de Estado ordenó a la Policía Nacional pedir perdón a la sociedad por el asesinato de un ciudadano a manos del grupo paramilitar “Los 12 apóstoles”.

Según varios cabecillas paramilitares y un oficial d la Policía, este grupo paramilitar fue creado por el hermano del expresidente Uribe, Santiago Uribe Vélez y cometió varias decenas de crímenes en Antioquia.

El Consejo de Estado determinó que miembros de la Policía participaron conjuntamente con los paramilitares en el crimen ya que pertenecían a la organización criminal.

El alto tribunal expresó además que los agentes estatales no actuaban frente a las acciones terroristas de “Los 12 apóstoles”.

Al menos 33 asesinatos fueron cometidos por el grupo paramilitar en complicidad con la Policía y el Ejército, según las pruebas acumuladas hasta el momento.

Igualmente la Policía tendrá que pagarle a la familia de la víctima 691 millones de pesos como indemnización por el crimen de su ser querido.

“(…)‘vea, el grupo tiene un jefe que se llama Santiago Uribe Vélez, que es el hermano del (entonces) senador Alvaro Uribe.
 
"Él es un ganadero de la región que tiene la hacienda cerca de Yarumal, la hacienda La Carolina. Él es el jefe de este grupo paramilitar’”, dice un aparte de la denuncia del exoficial de la Policía Juan Carlos Meneses (1).
 
Lea también:

jueves, septiembre 27, 2012

Seguridad narcocrática/
Condenado oficial del Ejército por asesinato a sangre fría
Por Camilo Raigozo

Oscar David Jalabe Saldaña, oficial del Ejército, fue condenado a 16 años de “cárcel” por el asesinato a sangre fría de un campesino.

La sentencia fue proferida por el Juzgado Tercero Penal de Valledupar, Cesar, informó la Fiscalía.

El bandido, perteneciente al Batallón de Artillería No. 2, La Popa, fue hallado culpable como coautor del asesinato de Orlando Antonio Beleño Rangel.

El homicidio tuvo lugar el 10 de marzo de 2007, en la vereda La Gran Vía, corregimiento Villa Germana de Valledupar.

Luego del asesinato los criminales presentaron a la víctima como “guerrillero abatido en combate” por tropas del Batallón de Artillería No.2, La Popa.

Los agentes del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, realizaron inspecciones judiciales, entrevistas y recuperaron documentos relacionados con esa operación militar y pudieron establecer que los bandidos mantuvieron secuestrado a Beleño Rangel durante dos días antes de ser asesinarlo.

El condenado está “recluido” en el Batallón de Policía Militar No.13 de Puente Aranda en Bogotá, lo cual es una burla a la víctima y a sus familiares, por ser ese “centro de reclusión”, sinónimo de impunidad.

Actualmente el gobierno del presidente Santos, el ministro de Defensa, altos mandos militares, el procurador Alejandro Ordoñez, congresistas inescrupulosos y la extrema derecha, entre otros,-

impulsan una reforma al fuero militar, con lo cual los crímenes y violaciones a los derechos humanos cometidos por miembros de la fuerza pública quedarán en la impunidad.

Parauribismo/
Según Fiscalía, crímenes de paramilitares han dejado alrededor de 50 mil víctimas
Por Página 12 

La Fiscalía informó que desde que los ex integrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia, Auc, comenzaron a entregar información, las autoridades encontraron 4767 cuerpos. En total se calculan cincuenta mil víctimas.

La Fiscalía General de Colombia reportó ayer que grupos de paramilitares que se desmovilizaron entre 2003 y 2006 en ese país confesaron los delitos de homicidio, desaparición forzada y desplazamiento. Estos hechos dejaron más de 50 mil víctimas.

El informe de la Fiscalía añadió que desde que los ex integrantes de las Auc comenzaron a entregar información sobre fosas clandestinas,-
las autoridades han encontrado 4.767 cuerpos, en su mayoría en los departamentos de Antioquia, Magdalena, Meta, Putumayo, Santander y Norte de Santander.

La información, revelada por la cadena de radio RCN, señala que las confesiones de los ex integrantes de las bandas de ultraderecha mencionan en total a 50.509 víctimas.

Entre los casos referidos por los delincuentes en las indagatorias se encuentran 25.083 asesinatos, 10.925 casos de desplazamiento y 3459 de desaparición forzada.

El director del Instituto de Medicina Legal, Carlos Valdés, indicó que se calcula que alrededor de 50 mil cuerpos de víctimas de los paramilitares permanecen enterrados en fosas comunes.

Las AUC reunieron a varios grupos paramilitares que se crearon en los años ’80 mediante la financiación de terratenientes y narcotraficantes con la supuesta intención-
de combatir a la guerrilla, aunque terminaron involucrados en negocios de tráfico de drogas y cometiendo múltiples delitos de lesa humanidad contra campesinos.

Esos grupos se desmovilizaron entre 2003 y 2006 en el marco de un proceso de diálogo con el gobierno del ex presidente Álvaro Uribe, que pidió al Congreso aprobar una ley por la cual los paramilitares no pueden recibir penas superiores a ocho años de prisión.

Según la administración Uribe, unos 32 mil integrantes de esa organización se desmovilizaron.

En tanto, Uribe anunció que demandará a dos ex congresistas que aseguraron que los grupos paramilitares apoyaron su elección en 2002.

El ex mandatario adelantó en su cuenta en Twitter que sus abogados entablarán una “denuncia penal” contra Eleonora Pineda y Miguel Alfonso de la Espriella, ex legisladores que fueron condenados por haber mantenido nexos con las desaparecidas AUC.

En un comunicado, divulgado el martes a la noche, Uribe sostuvo que Pineda y De la Espriella recibieron presiones de Saltavore Mancuso,-
uno de los antiguos jefes máximos de las Auc que fue extraditado a Estados Unidos en mayo de 2008 junto a otros doce mandos paramilitares, para que declararan en su contra en esta causa.

Los dos legisladores participaron el martes como testigos en un proceso judicial contra Mancuso, quien ha intervenido en la audiencia por medios virtuales.

Este ex paramilitar confirmó el apoyo a la elección de Uribe e, incluso, aseguró que financió un mitin político realizado en una localidad del noroeste del país.

Pineda y De la Espriella afirmaron el martes en un tribunal de Bogotá que esa organización ultraderechista apoyó la elección de Uribe en 2002. Según ellos, el apoyo lo ordenó Mancuso.

Los ex legisladores de origen liberal aseguraron que ambos, por decisión de Mancuso, hicieron de interlocutores ante Uribe, quien fue reelecto en el 2006, año de la disolución de las Auc, dentro de un proceso de paz con su gobierno.

Como consignó el diario colombianoEl Tiempo, los ex legisladores declararon que ellos le comunicaron a Uribe, a principios del 2002, el apoyo de las autodefensas a su campaña.

Según informó el periódico, De la Espriella fue uno de los primeros políticos condenados por las alianzas con los “paras”, y hasta su captura en el 2006 era uno de los congresistas más cercanos al gobierno de ese momento.

El ex congresista indicó que las autodefensas supuestamente financiaron algunos de los gastos, como la compra de 50 mil camisetas,-
que encargaron directamente a China y a Panamá, e incluso, habrían manejado la logística de transporte y seguridad, incluidas las giras de Uribe en Córdoba.

De la Espriella también habló de una reunión que se habría realizado cuando Uribe era presidente.

Parauribismo/
Nuevos hostigamientos contra dirigentes de Federación de sindicatos agrarios
Por Fensuagro

La Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria, Fensuagro, filial de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT y de Vía Campesina denunca que:

El pasado 20 de septiembre, aproximadamente las 2:30 de la tarde, en el momento que los escoltas de Aidée Moreno, secretaria nacional de solidaridad y derechos humanos de Fensuagro,-
 
se encontraban en la calle 18 entre carrera 13 y 14 de Bogotá, dos sujetos en dos motos, la primera de color blanco marca Suzuky de placa QQP73A-
 
y la otra, azul de placa NCK86C, le tomaron fotos al carro de placa RCV263, asignado por el Ministerio del Interior.

De igual manera los escoltas fueron fotografiados por los sujetos quienes se retiraron luego.

Diálogos de paz
“Colombia no puede depender de los intereses ruines de la oligarquía": FARC  y ELN

Así lo manifiestan los dos ejércitos insurgentes en una declaración pública conjunta conocida este jueves 26 de septiembre.

A continuación Notimundo trascribe en su integridad dicha declaración pública:

Declaración pública
FARC –EP / ELN

Septiembre de 2012

El Ejército de Liberación Nacional (ELN) y Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC-EP), inspirados en los más profundos sentimientos de hermandad, solidaridad y-
 
camaradería, con optimismo y elevada moral de combate, estrechados en un fuerte abrazo de esperanza en el cambio revolucionario, nos hemos reunido para analizar la situación política-
 
nacional e internacional, los problemas de la guerra y de la paz en Colombia y avanzar en el proceso de unidad que desde el año 2009 venimos forjando paso a paso, con el propósito de hacer-
 
converger ideas y acciones que permitan enfrentar junto al pueblo a la oligarquía y al imperialismo como elementos que imponen la explotación y la miseria en nuestra patria.

Indoblegable determinación nuestra, es continuar la búsqueda de una paz que para Colombia y el continente signifiquen el establecimiento de la verdadera democracia, la soberanía popular, la justicia social y la libertad.

Realizamos esta reunión, en momentos en que se desarrolla la más profunda crisis del sistema capitalista mundial, caracterizada por una desaforada carrera de guerras de invasión,-
 
saqueo y sobreexplotación de los recursos de la naturaleza, precarización de las condiciones de trabajo, que condenan al hambre y la muerte a millones de seres humanos en un planeta conducido por la voracidad del imperialismo, hacia el caos y la destrucción.

En nuestra patria las calamidades generadas por este sistema de inhumana sobre-explotación y exclusión de las pobrerías, ha escalado la desigualdad y profundizado la confrontación de clases en dimensiones nunca antes vistas,-
 
las cuales derivan directamente de la aplicación sostenida y desbocada de políticas neoliberales que favorecen a los grandes grupos financieros y grandes corporaciones transnacionales, en detrimento de las mayorías nacionales.

Dentro del panorama internacional de crisis sistémica del capital, que muestra sus rostros múltiples de debacle financiera, económica,-
 
ambiental, urbanística, energética, militar, política, institucional, moral y cultural, Colombia se configura como un país de economía reprimarizada y financiarizada.

A esa condición la han llevado los detentadores del poder, para permitir el saqueo que significa la extracción desaforada, el robo de sus recursos naturales y la especulación financiera.
 
Millones de compatriotas han sido lanzados a la miseria y la guerra, impuesta por las élites para acallar la inconformidad de las mayorías frente a esta iniquidad.

El gobierno de Juan Manuel Santos fue instaurado para garantizar la continuidad de los planes de desposesión por despojo que sobre el pueblo colombiano impone el imperialismo.

Una nueva espacialidad del Capital acompañada de ordenamientos jurídicos y disposiciones militaristas de seguridad y defensa inmersas en la vieja-
 
Doctrina de la Seguridad Nacional y terrorismo de Estado, se afianza en nuestro país para blindar los "derechos" del capital, el bienestar de los ricos a costa de los trabajadores y del pueblo más humilde.

Dentro de esa perspectiva se define la nueva etapa de despojo de tierras que hoy se disfraza con el falso nombre de restitución.

En la práctica, a los millones de desplazados y víctimas de las sucesivas etapas de despojo violento auspiciadas por el Estado, se suman ahora nuevas legiones de campesinos, indígenas, y gente sencilla en general,-
 
a los que se les arrebatará o se les niega ya la tierra mediante procedimientos de engañosa legalidad, engrosándose aún más las cifras de pobreza y de indigencia que colocan a Colombia en el rango del tercer país más desigual del mundo.

Es este el sentido cruel de la seguridad inversionista y de la prosperidad que difunde el presidente Juan Manuel Santos, mientras se sigue encarcelando, asesinando y reprimiendo a sus opositores.

Frente a esta realidad no puede haber otro camino para los revolucionarios que la unidad y la lucha, la acción de masas en las calles, el levantamiento popular en el campo y las ciudades,-
 
retando la criminalización de la protesta y exigiendo al gobierno reales hechos de paz, que no pueden ser otra cosa que hechos de solución a los problemas sociales y políticos-
 
que padecen las mayorías por cuenta del terrorismo Estado de la casta gobernante cuyas tendencias más guerreristas han conducido los destinos del país durante la última década.

No es con demagogia y amenazas de represión y más guerra que se pondrá fin al conflicto. No es con más compra de material bélico ni entregando el país al pentágono que se alcanzará la paz;-
 
no es con planes guerreristas y de tierra arrasada, como el "Plan Patriota" o el "Espada de Honor" como se logrará la reconciliación de los colombianos.

Mucho menos dando ultimátums a la insurgencia a partir de la idea vana de que la paz sería el producto de una quimérica victoria militar del régimen, que lleve de rodillas a la insurgencia, rendida y desmovilizada, ante ese adefesio llamado marco jurídico para la paz.

Nuestra voluntad de paz radica en el convencimiento de que el destino de Colombia no puede depender de los intereses ruines de la oligarquía.
 
Los cambios políticos y sociales con la participación y decisión plenos del pueblo son una necesidad y un requerimiento inevitable.

Por ello la unidad y la movilización del pueblo en favor de los cambios estructurales para, sobre la base de la justicia, construir la paz, son la verdadera llave de su conquista.

Con pasos firmes de unidad en el pensamiento y en la acción, fraternalmente,

Comando Central, ELN
Secretariado del Estado Mayor Central, FRAC-EP
Montañas de Colombia, septiembre de 2012


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