“Colombia no puede depender de los intereses ruines de la
oligarquía": FARC y ELN
Montañas de Colombia, septiembre de 2012
Así lo manifiestan los dos ejércitos insurgentes en una
declaración pública conjunta conocida este jueves 26 de septiembre.
A continuación Notimundo trascribe en su integridad dicha declaración pública:
Declaración pública
FARC –EP / ELN
Septiembre de 2012
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) y Las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC-EP), inspirados
en los más profundos sentimientos de hermandad, solidaridad y-
camaradería, con
optimismo y elevada moral de combate, estrechados en un fuerte abrazo de
esperanza en el cambio revolucionario, nos hemos reunido para analizar la
situación política-
nacional e internacional, los problemas de la guerra y de la
paz en Colombia y avanzar en el proceso de unidad que desde el año 2009 venimos
forjando paso a paso, con el propósito de hacer-
converger ideas y acciones que
permitan enfrentar junto al pueblo a la oligarquía y al imperialismo como elementos
que imponen la explotación y la miseria en nuestra patria.
Indoblegable determinación nuestra, es continuar la
búsqueda de una paz que para Colombia y el continente signifiquen el
establecimiento de la verdadera democracia, la soberanía popular, la justicia
social y la libertad.
Realizamos esta reunión, en momentos en que se desarrolla
la más profunda crisis del sistema capitalista mundial, caracterizada por una
desaforada carrera de guerras de invasión,-
saqueo y sobreexplotación de los
recursos de la naturaleza, precarización de las condiciones de trabajo, que
condenan al hambre y la muerte a millones de seres humanos en un planeta
conducido por la voracidad del imperialismo, hacia el caos y la destrucción.
En nuestra patria las calamidades generadas por este
sistema de inhumana sobre-explotación y exclusión de las pobrerías, ha escalado
la desigualdad y profundizado la confrontación de clases en dimensiones nunca
antes vistas,-
las cuales derivan directamente de la aplicación sostenida y
desbocada de políticas neoliberales que favorecen a los grandes grupos
financieros y grandes corporaciones transnacionales, en detrimento de las
mayorías nacionales.
Dentro del panorama internacional de crisis sistémica del
capital, que muestra sus rostros múltiples de debacle financiera, económica,-
ambiental, urbanística, energética, militar, política, institucional, moral y
cultural, Colombia se configura como un país de economía reprimarizada y
financiarizada.
A esa condición la han llevado los detentadores del
poder, para permitir el saqueo que significa la extracción desaforada, el robo
de sus recursos naturales y la especulación financiera.
Millones de
compatriotas han sido lanzados a la miseria y la guerra, impuesta por las
élites para acallar la inconformidad de las mayorías frente a esta iniquidad.
El gobierno de Juan Manuel Santos fue instaurado para
garantizar la continuidad de los planes de desposesión por despojo que sobre el
pueblo colombiano impone el imperialismo.
Una nueva espacialidad del Capital acompañada de
ordenamientos jurídicos y disposiciones militaristas de seguridad y defensa
inmersas en la vieja-
Doctrina de la Seguridad Nacional y terrorismo de Estado,
se afianza en nuestro país para blindar los "derechos" del capital,
el bienestar de los ricos a costa de los trabajadores y del pueblo más humilde.
Dentro de esa perspectiva se define la nueva etapa de
despojo de tierras que hoy se disfraza con el falso nombre de restitución.
En la práctica, a los millones de desplazados y víctimas
de las sucesivas etapas de despojo violento auspiciadas por el Estado, se suman
ahora nuevas legiones de campesinos, indígenas, y gente sencilla en general,-
a
los que se les arrebatará o se les niega ya la tierra mediante procedimientos
de engañosa legalidad, engrosándose aún más las cifras de pobreza y de
indigencia que colocan a Colombia en el rango del tercer país más desigual del
mundo.
Es este el sentido cruel de la seguridad inversionista y
de la prosperidad que difunde el presidente Juan Manuel Santos, mientras se
sigue encarcelando, asesinando y reprimiendo a sus opositores.
Frente a esta realidad no puede haber otro camino para
los revolucionarios que la unidad y la lucha, la acción de masas en las calles,
el levantamiento popular en el campo y las ciudades,-
retando la criminalización
de la protesta y exigiendo al gobierno reales hechos de paz, que no pueden ser
otra cosa que hechos de solución a los problemas sociales y políticos-
que
padecen las mayorías por cuenta del terrorismo Estado de la casta gobernante
cuyas tendencias más guerreristas han conducido los destinos del país durante
la última década.
No es con demagogia y amenazas de represión y más guerra
que se pondrá fin al conflicto. No es con más compra de material bélico ni
entregando el país al pentágono que se alcanzará la paz;-
no es con planes
guerreristas y de tierra arrasada, como el "Plan Patriota" o el
"Espada de Honor" como se logrará la reconciliación de los
colombianos.
Mucho menos dando ultimátums a la insurgencia a partir de
la idea vana de que la paz sería el producto de una quimérica victoria militar
del régimen, que lleve de rodillas a la insurgencia, rendida y desmovilizada,
ante ese adefesio llamado marco jurídico para la paz.
Nuestra voluntad de paz radica en el convencimiento de
que el destino de Colombia no puede depender de los intereses ruines de la
oligarquía.
Los cambios políticos y sociales con la participación y decisión
plenos del pueblo son una necesidad y un requerimiento inevitable.
Por ello la unidad y la movilización del pueblo en favor
de los cambios estructurales para, sobre la base de la justicia, construir la
paz, son la verdadera llave de su conquista.
Con pasos firmes de unidad en el pensamiento y en la
acción, fraternalmente,
Comando Central, ELN
Secretariado del Estado Mayor Central, FRAC-EPMontañas de Colombia, septiembre de 2012