Terrorismo de Estado
El Inpec tortura aprisioneros políticos de la cárcel de Valledupar, entre ellos Aris Alberto Carrillo Pinto
Por Camilo Raigozo. Notimundo
El pasado 3 de febrero, aproximadamente la 7 de la noche,
cuando el prisionero político y de guerra Aris Alberto Carrillo Pinto se
encontraba acostado, preparándose para el descanso nocturno, guardianes del Inpec
le arrojaron por debajo de la puerta de su celda un frasco de gas pimienta.
Inmediatamente el prisionero se levantó aturdido para protegerse
de los efectos del gas, pero en su agonía se cayó de la cama y se lastimó la
pierna derecha, en la cual tiene incorporado varios tornillos de metal, debido
a una herida de guerra que durante un año y siete meses ha sido mal atendida.
La herida en su pierna comenzó a sangrar, por lo que a
gritos pidió ayuda y atención por enfermería, pero no le prestaron ni los
primeros auxilios.
Fue sometido a pasar el resto de la noche bajo el
sufrimiento ocasionado por el intenso dolor en su pierna herida y los efectos
del gas, denunció la Fundación Lazos de Dignidad.
Testimonios de varios reclusos comprometen a los guardias
José Carrascal y Pallares, por los actos de tortura consumados contra el
prisionero político y de guerra mientras se encontraba indefenso en su celda.
Los testigos señalan que las agresiones contra Carrillo
Pinto son venganzas contra el prisionero debido a las continuas denuncias que
ha presentado contra el penal por la negligencia médica a la que ha sido
sometido, ya que prácticamente ha perdido la funcionalidad de su pierna, por no
recibir oportunamente el tratamiento médico que requiere.
Además del flagelo a su integridad física, el prisionero
se vio afectado con el daño de su caminador, toda vez que su cuerpo cayó sobre
éste en el momento del angustioso hecho.
El 11 de agosto de 2013, Aris Alberto Carrillo Pinto fue
capturado herido en combate y hecho prisionero.
Posterior a su captura fue intervenido quirúrgicamente y
le fueron incrustados varios tutores de metal, pero no recibió atención post
operatoria efectiva, por lo que empezó a padecer fuertes dolores, fiebre y
drenaje de un líquido amarillo con mal olor en la pierna.
Ante la omisión médica, el prisionero interpuso varias
denuncias e instauró una acción de tutela que fue fallada a su favor. Sin
embargo, el penal ha omitido el cumplimiento de la tutela, agravando su estado
de salud, teniendo que padecer en la actualidad cuadros febriles, dolor intenso
continuo y pérdida de la funcionalidad de su pierna.
El pasado 12 de enero dos guardias agredieron físicamente
al recluso Leonardo Yepes. El cobarde abuso generó que sus compañeros de
prisión lo auxiliaran, siendo atacados por el Grupo de Reacción Inmediata,
resultando heridos y castigados con asilamiento siete prisioneros, de los cuales tres permanecieron cuatro días
en aislamiento total y atención médica.