Guerra fratricida/
Tres militares y un guerrillero murieron en combates
El doloroso hecho ocurrió en enfrentamientos entre tropas del Ejército Nacional y la insurgencia de las Farc-EP en Tumaco, Nariño
Por Camilo Raigozo
El pueblo colombiano sigue poniendo una cuota muy alta de sangre y dolor en el marco de la guerra fratricida que la oligarquía criolla y el imperio le han impuesto desde hace cinco décadas.
Tres humildes soldados nariñenses y un guerrillero perdieron la vida en enfrentamientos armados ocurridos en esta zona del suroccidente colombiano, informó la agencia Efe.
El país perdió de esta manera absurda a otros cuatro jóvenes, víctimas de los designios de la rancia oligarquía criolla, el imperio estadounidense y las transnacionales, quienes sedientos de la sangre de los humildes, tanto soldados como guerrilleros, se empeñan en mantener la guerra fratricida que desangra al país desde hace casi medio siglo.
Otros cinco infantes de Marina, hijos del pueblo, quedaron gravemente heridos en la confrontación, defendiéndoles los intereses a los poderosos criollos, al imperio y al capital transnacional.
Muy seguramente el presidente Uribe, su ministro de guerra, Gabriel Silva y el generalato, observarán en los medios estos luctuosos hechos desde sus cómodas poltronas.
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Sus vástagos tienen un destino trazado muy diferente al que hay para los hijos del pueblo. Ellos están exentos de prestarle este “servicio a la patria” y por lo tanto no hay de qué preocuparse.
Los cadáveres de las desdichadas víctimas fueron trasladados a Tumaco y desde allí serían enviados a sus lugares de origen. Sus ataúdes –como es costumbre- serán cubiertos con el tricolor nacional y se les rendirá “honores patrios”, si acaso.
Se les hará creer a sus familias que fueron héroes de la patria y como constancia recibirán una medalla y una mención a cambio de su dolor.
En cuanto al joven guerrillero que perdió la vida en los mismos hechos, los medios se encargarán de depositar en la opinión pública la creencia de que solo fue un "terrorista abatido". Su cuerpo -como es costumbre- será exibido como trofeo de guerra.
En el caso de los soldados, jamás se mencionará que es la exclusión social, económica, política y cultural, la causante de que cientos de miles de jóvenes, sin oportunidad alguna, se vinculen a una guerra que no es suya, a defender unos intereses que no son los suyos, ni de sus familias, ni de su pueblo.
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