Marcha del 6 de marzo
Retaliación sangrienta del régimen
Cuatro personas asesinadas y más de 28 amenazadas por paramilitares en la última semana son la respuesta del régimen presidido por Uribe a las formidables manifestaciones contra el terrorismo de Estado
Por Camilo Raigozo. Voz
Después del éxito que tuvieron las manifestaciones en homenaje a las víctimas y contra el terrorismo de Estado en 102 ciudades del mundo y en 24 ciudades colombianas, las retaliaciones del régimen, por intermedio de la estrategia paramilitar no se hicieron esperar. Entre el 4 y el 12 de marzo último, asesinaron a cuatro líderes sindicales y amenazaron a 28 personas más. Según la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, en lo que va corrido del año ya han sido asesinados 10 sindicalistas.
Iván Cepeda, director del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, en rueda de prensa ofrecida el pasado 14 de marzo, dijo que los hechos graves empezaron desde el momento en que el consejero del presidente Uribe, José Obdulio Gaviria, primo de Pablo Escobar, manifestara a través de los medios de comunicación que ni él ni el Presidente estarían en la manifestación del 6 de marzo, por ser según Gaviria, convocada por las FARC. Aunque las organizaciones sociales le insistieron al alto Gobierno que rectificara las afirmaciones, esto nunca sucedió y –según Cepeda- los graves hechos que se están presentando, son las consecuencias.
Luego de las declaraciones del consejero, vinieron las amenazas contra las comunidades y los organizadores del homenaje a las víctimas en el departamento de Nariño. El 28 de febrero, sujetos desconocidos atentaron contra la vida de Adriana González, organizadora de la manifestación en Pereira, Risaralda y el mismo día de las marchas y luego de estas, se han registrado seguimientos contra varias de las personas organizadoras.
Entre los líderes sindicales, se registra un hecho particular y es el asesinato de Carlos Burbano, líder de la movilización en el municipio de San Vicente del Caguán, Caquetá. Burbano era el vicepresidente de la Asociación Nacional de Trabajadores Hospitalarios Anthoc, y había sido amenazado y hostigado previamente al 6 de marzo por su labor de organizador.
Previamente a este hecho tan grave, el general Oscar Naranjo comandante de la Policía Nacional, había convocado a una rueda de prensa en la cual hizo el anuncio de que en el computador del comandante de las FARC, Raúl Reyes, se había encontrado una invitación del Frente Sur del grupo subversivo, para participar en los actos de homenaje a las víctimas del 6 de marzo en el Caquetá.
El mismo 12 de marzo, paramilitares autodenominados “Águilas Negras” del Bloque Metropolitano de Bogotá, dirigieron sus amenazas ya no solo a organizaciones de derechos humanos nacionales, sino también a medios de comunicación y a organizaciones internacionales de derechos humanos. Dos días después, se conoció que los coordinadores del 6M en el Cauca, Darío Tote y en Sucre, Ingrid Vergara y Pedro Geney, miembros del Movice, fueron amenazados y se ha registrado un seguimiento sistemático contra ellos.
Las organizaciones afectadas han presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, un informe detallado de la grave situación que se viene presentando en el país y para varias personas puestas en alto riesgo, se ha solicitado medidas de protección cautelar.
También se ha informado a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza y a la Relatora de las Naciones Unidas, sobre la situación de los Defensores de los Derechos Humanos en el Mundo.
Igualmente, las organizaciones pusieron en conocimiento de los hechos a la Defensoría del Pueblo y a la Procuraduría, mientras que entablaron una denuncia penal ante la Fiscalía. Además, le presentarán al presidente Uribe un Derecho de Petición en el que le solicitarán la renuncia de José Obdulio Gaviria.
“Consideramos que es muy difícil que el Presidente pueda seguir manifestándole al mundo que en Colombia se acabó el paramilitarismo , cunado después de una manifestación multitudinaria se ha presentado esta lluvia de atentados, crímenes, amenazas y hostigamientos contra la población. Es muy sintomático que ni las personas, ni las organizaciones que intervinieron en las manifestaciones del 4 de febrero, estén siendo asesinadas, amenazadas u hostigadas, como lo están soportando quienes participamos en el homenaje a las víctimas el 6 de marzo”, dijo finalmente Cepeda.
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