Terrorismo de Estado
Farc denunciaron que guerrillero preso murió por negligencia
del Estado
Por Colprensa
René Nariño, vocero de los presos de las Farc, manifestó
el pasado viernes que el prisionero Jhon Jairo Moreno Hernández, alias
Róbinson, falleció en el hospital San Jorge de Pereira, al parecer esperando
una atención médica “que nunca llegó”.
Moreno Hernández hacía parte de la lista de 71
“prisioneros políticos” gravemente enfermos, a los que personalidades
internacionales y grupos de derechos humanos solicitaron su excarcelación
humanitaria, según manifestó Nariño.
El prisionero político falleció debido a una enfermedad
hepática que venía padeciendo desde el 2013. Según la Fundación de Solidaridad
y Defensa, Moreno no recibió los controles periódicos y tratamiento médico en
el penal.
Además, en su último ingreso al hospital de Pereira,
estuvo en el área de urgencias y “no fue remitido a la unidad de cuidados
intensivos o a otro espacio especializado para el adecuado tratamiento de sus
patologías”, informó la Fundación.
De igual manera, la EPS encargada de la atención del
Moreno, no respondió a la solicitud de un tratamiento especial realizada en
2013, sino hasta noviembre del año pasado hasta cuando su estado de salud era
grave.
La fundación también denunció la “negligencia del Estado
colombiano al negársele la atención médica eficaz y oportuna”, pues negó la
excarcelación de Moreno y no cumplió con el compromiso de que lo visitaría una
brigada de salud.
El vocero de las Farc informó el domingo pasado que los
presos políticos se encontraban en una huelga de hambre desde mediados de
enero, para exigirle al gobierno y al Instituto Nacional Penitenciario (Inpec),
cumplir con la creación de brigadas de salud para mejorar las condiciones de
los reclusos más afectados.
De acuerdo a las peticiones que las Farc han hecho para
indultar estos guerrilleros, el ministro de Justicia, Yesid Reyes, le dijo a
COLPRENSA el pasado 22 de enero, que para este tipo de casos “puede solicitarle
al juez de conocimiento o al de ejecución de penas que le cambie la reclusión
intramural por una en un centro de salud o por una domiciliaria; la decisión la
adopta en cada caso concreto la autoridad judicial correspondiente, y solo
cuando se demuestre que la enfermedad es incompatible con la permanencia en un
centro penitenciario” .
En el caso de Moreno, la fundación denunció que la orden
del juez encargado de caso, le dio la prisión domiciliaria hasta finales de
enero, para ellos “la medida llegó demasiado tarde”. Además, denunciaron la
inoperancia del Inpec, por no informar a las entidades correspondientes del
grave estado del prisionero.
Por último, la fundación solicitó a la mesa de
negociación de paz en La Habana un pronunciamiento sobre este hecho, que según
ellos confirma la crisis de salud que se vive en las cárceles y el riesgo que
corren los prisioneros políticos enfermos.