miércoles, abril 16, 2008

Taoístas denuncian crímenes de Estado contra su comunidad
Por Camilo Raigozo. Voz

El taoísmo es la doctrina de la antigua religión de los chinos, según un diccionario de la lengua española. Edison Oswaldo Villalba Narváez, ciudadano colombo ecuatoriano, taoísta, le explicó a VOZ que la práctica moderna que su comunidad hace del taoísmo, “es una versión muy mejorada de la interpretación china” y lo denominan Tao Judío.

Según Villalba, su comunidad es un grupo social que se caracteriza por ser eminentemente ecologista, que busca con el respeto a la naturaleza la reconciliación del hombre con dios.

La comunidad taoísta reclama verdad, justicia y reparación. Aquí en la culminación de la marcha desde Cartagena en la Plaza de Bolívar en Bogotá

“Vivimos apartados de los vicios y del consumismo”, dice. “No consumimos productos industriales, ni carnes, pero en cambio comemos frutas, verduras y legumbres, en estado natural, en búsqueda de una salud integral que nos mejore como seres humanos”, agrega.

Ellos tienen la convicción de que el asiduo contacto y respeto a la naturaleza, produce un ser humano más íntegro, con mayor lucidez y mayor conciencia, con excelentes valores morales, éticos y espirituales, ya que su ser permanece renovándose constantemente.

En Colombia, el taoísmo es practicado por unas 30 mil personas y tiene presencia en todos los países latinoamericanos, según el taoísta Ricardo Lozano, quién también conversó con VOZ.

Villalba y Lozano denunciaron a VOZ que el 25 de noviembre de 2004, el principal templo que poseían en Colombia, una granja agrícola, fue intervenida violentamente por más de mil 800 miembros de la Fuerza Pública comandados por el general Hipólito Herrera.

La granja, o templo, en el que vivían más de 6.000 personas está ubicado en el kilómetro 58 de la vía Duitama, Charalá (Boyacá y Santander respectivamente) y según los denunciantes, fue destruida por las fuerzas del Estado en su totalidad, en un operativo desproporcionado en el que la fuerza pública utilizó morteros, tanques de guerra, aviones y lanza llamas.

“Bajo el señalamiento falso de que éramos terroristas, nuestras mujeres, niños y ancianos fueron brutalmente golpeados, quemadas nuestras cabañas, destrozadas nuestras viviendas, envenenadas nuestras aguas, quemadas las colmenas de nuestras abejas, utilizadas armas químicas que aún hoy están causando una secuela atroz entre los pobladores.

“La cifra de muertos pasa de 500 y la de desaparecidos de mil, entre los que se encuentran Luís Gustavo Morales Sierra y su hijo Luís Gustavo Morales Calderón, máximos líderes espirituales, en 12 años de persecución”, aducen los dos taoístas entrevistados.

Según las mismas fuentes, un oficial del ejército de apellido Lagos, pidió disculpas después a la comunidad por los atropellos, argumentando que lo que había encontrado era una comunidad espiritual y pacifista, pero había tenido que cumplir órdenes.

Para visibilizar ante la opinión pública su drama y como un tributo a sus muertos y desaparecidos, el 15 de enero de este año, más de 7 mil taoístas emprendieron una marcha de protesta pacífica que salió desde Cartagena, con llegada a Bogotá el 14 de marzo, recorriendo a pie los aproximadamente mil 200 kilómetros que separan a las dos ciudades.

“Por los atropellos brutales a los que estamos siendo sometidos, exigimos del Estado, verdad, justicia y reparación, así como también saber cual fue la suerte que corrieron las personas desaparecidas y que el presidente Uribe reconozca que se equivocó al ordenar el brutal allanamiento de nuestro templo que dejó ese saldo de barbarie”, Dijo finalmente Edison Oswaldo Villalba Narváez.


  • "



  • Publicidad
    Paute aquí
    Contáctenos


    Zona comercial