sábado, abril 12, 2008

Ejército - ‘paras’, alianza siniestra en Viotá, Cundinamarca
¿Meras coincidencias?
Por Colectivo de Abogados Alvear Restrepo

"Operativos militares grandes y exitosos del gobierno deAlvaro Uribe han coincidido con una fuerte expansión paramilitar en esaszonas”.
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Así titulaba la revista Semana en julio de 2003 un artículo en elque señalaba varios ejemplos en todo el país, de grandes operativos militaresrealizados con ocasión del Plan Colombia en los que el paramilitarismo habíapodido actuar a sus anchas.

“(…) cuando llegó la Fuerza Pública, en diciembre del año pasado, muchoshabitantes de Viotá respiraron con alivio. Pero la alegría duró poco.

El Ejército realizó allanamientos masivos, muchos sin orden judicial, e intimidóa la población anunciando que detrás de ellos venían los paras. Y en efecto,en marzo llegaron las autodefensas del Casanare”, señalaba el artículo.

Organizaciones sociales y no gubernamentales de derechos humanos denunciamosdesde el mes de marzo de 2003 la sucesiva y sistemática ocurrencia decrímenes de lesa humanidad contra los habitantes viotunos conforme íbamosteniendo conocimiento de ellos:

desapariciones forzadas, tortura, ejecucionesextrajudiciales, desplazamiento forzado, entre otros, y, desde entoncesvisibilizábamos la clara connivencia entre las Acc y las tropas del BatallónColombia con sede en La Mesa, bajo el mando del teniente coronel (r), (yprófugo), Rodrigo González Medina.

Por ello se afirmó que existía una campaña de deslegitimación de las FuerzasMilitares orquestada por la comunidad de derechos humanos, y como ahora, nopocos esfuerzos gubernamentales fueron desplegados con el fin de desmentir lodicho e invisibilizar a las víctimas, como actualmente lo pretende la PolíticaIntegral de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario formulada por el Ministerio de Defensa Nacional .

Hasta el momento, cinco años después de lo ocurrido, se había avanzado en elesclarecimiento de algunos de los hechos y el juzgamiento y sanción penal dealgunos de los responsables, la mayoría de ellos, de menor rango en susrespectivas estructuras.
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Por parte de las Acc, habían sido condenados Maer Isidro Arévalo y José Arnulfo Cortés Bustos y Claudia Patricia Amaya; y se habían sometido a sentencia anticipada por algunos de los delitos Rafael Antonio Chaparro, Luis Fernado Gómez Flórez, Angel Rodrigo Daza Ávila y Agapo Gamboa.

Por parte de los miembros del Batallón Colombia, había sido condenado enoctubre de 2006 el capitán Edgar Mauricio Arbeláez Sánchez a cuarenta años deprisión por los delitos de Homicidio Agravado y concierto para delinquir dedos personas del pueblo que hizo pasar como paramilitares muertos en combateporque “el hombre de arriba necesita un favor para salvar el pellejo ”,

tal y como se deriva de una llamada telefónica que sostuvo con un integrante de lasAcc, refiriéndose a la necesidad del Coronel, de mostrar resultados paraterminar con las sospechas y denuncias que se cernían en su contra. En lamisma sentencia se condenó al cabo Eduardo Enrique Márquez por concierto paradelinquir y como cómplice de los homicidios.

El Sargento Harold Pejendino fue condenado a cuarenta años por los delitos deHomicidio Agravado, concierto para delinquir agravado, desaparición forzada,desplazamiento forzado y secuestro simple el pasado 31 de marzo.
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Esta semana, se llevó a cabo la primera sesión de Audiencia Pública contra losmiembros de las Acc, Jhon Jairo Sánchez Roa, Oscar Andrés Huertas Sarmiento y Jair Madrigal Quintero y contra los miembros del Batallón Colombia, tenientecoronel González Medina y los mayores Alexander Lizarazu Parra y Alejandro Robayo Rodríguez,

ocurriendo que este último fue reconocido en medio de laaudiencia directamente por el comandante de las “especiales” de las Acc comouno de los participantes en la reunión de coordinación logística entre losmiembros del Batallón Colombia y las Auc, para cometer los crímenes de lesahumanidad. Pero no solamente este impresionante hecho fue conocido en la Audiencia.

Detalles escalofriantes de la coordinación entre las Auc y la Plana Mayor delBatallón Colombia y otros oficiales, salieron a la luz: las “Ordenes deBatalla” que eran entregadas directamente por miembros del Ejército a losparamilitares con los nombres y fotografías a color de los ciudadanos de Viotá

que debían ser asesinados, torturados o desaparecidos; los mecanismos decoordinación para que los retenes del Ejército, que en plena operaciónLibertad I, antesala del Plan Patriota, fueran levantados al paso de losparamilitares cuando ellos lo necesitaran;

la traición del Coronel González Medina a las Auc debido a la entrada a la región del grupo paramilitar de los“Urabeños” de Castaño y Mancuso, quienes habían puesto precio a la cabeza delos miembros del grupo del Casanare; la presencia de miembros de las ACC eninstalaciones de la Policía de Viotá y del Batallón Colombia en la Mesa,

con carnets que los acreditaban como oficiales del Ejército; el relato del propiocapitán Arbeláez de la utilización de encapuchados que señalaban a loshabitantes como auxiliadores de las FARC y muchas otras circunstancias queemergen a la luz después de cinco años de oscuridad.

Hoy podemos contestar a la pregunta que hiciera la revista: ¿Merascoincidencias? No, no fueron meras coincidencias. Los crímenes de lesahumanidad perpetrados en Viotá obedecieron a una impresionante coordinaciónentre las ACC y los más altos miembros del Batallón Colombia y otros oficialesy suboficiales. De esta manera nació el Plan Patriota.

Fecha: 13/07/2003. Edición: 1106. Disponible en: http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=71591

Disponible en: http://www.mindefensa.gov.co/descargas/Documentos_Home/Politica_DDHH_MDN.pdf Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Cundinamarca. Octubre30 de 2006. Causa 02-2004-0073

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