miércoles, febrero 26, 2014

Terrorismo de Estado
Acusan al Ejército de graves abusos contra campesinos en Tuluá, Valle
Por Camilo Raigozo. Notimundo

La Red de Derechos Humanos del Suroccidente Francisco Isaías Cifuentes, Reddhfic, denunció que el pasado 16 de febrero, soldados del Batallón de Alta Montaña 10, llegaron a la escuela San Francisco, del corregimiento Santa Lucia y allí instalaron un campamento militar, en el cual permanecen hasta la fecha.

Los habitantes del sector se abstienen de enviar a sus hijos a estudiar debido al temor de que les pueda suceder algo puesto que por toda la vereda transitan soldados que se mantienen bajo el influjo de sustancias psicoactivas, puesto constantemente se drogan inhalando pegante bóxer.

Igualmente –dice la denuncia- los militares de forma reiterada acosan sexualmente a las niñas que pasan por el lado a las que les dicen, entre otras ofensas, “venga mami que usted me gusta y no sabe lo placentero que puede ser”.

El 17 de febrero pasado en el corregimiento Monte Loro, cuando Dianelis Hoyos se dirigía a su vivienda, en el camino se encontró con un soldado del ejército el cuál le preguntó hacia donde se dirigía.

Ella le inquirió al uniformado por sus identificaciones a lo que el individuo contestó: “¿usted es la hija de puta que estaba en el paro con un chaleco y un carnet disque defendiendo los derechos humanos y no hacía nada por defendernos a nosotros? Por eso es que les pasa lo que les pasa”, acto seguido se fue.

El 23 de febrero anterior a las 12:30 del día, seis soldados llegaron al hogar de Reinaldo Muñoz y le solicitaron que los dejara ingresar a la vivienda.

El campesino accedió sin ver en ello ningún inconveniente, pero una vez los militares ingresaron a la casa hicieron salir a toda la familia incluido un niño de dos años.

Posteriormente los uniformados requisaron ilegalmente todos los enseres, debajo de las camas, el baño y le dijeron al campesino y a su familia que a donde tenían escondidos a los  guerrilleros del comandante guerrillero Víctor Saavedra.

Luisa Fernanda Vallejo, integrante de la familia ofendida, les contestó que “¿usted cree que en la casa de campesinos vamos a tener guerrilleros? Vayan búsquelos en el monte si los quieren encontrar”.

El soldado contestó, “nos dijeron que estaban acá, así que no los escondan”. Julián Vallejo, un joven de la familia, con indignación les manifestó a los agentes del régimen que “eso es falso y están perturbando a mi familia. Mi mamá está recién operada y mi sobrinito de 2 años está asustado”.

Un soldado sin ninguna identificación le contestó al joven de forma amenazante de que si no quería tener problemas mejor se callara y lo obligó a salir de la casa.

Otro de los delincuentes le dijo a Luisa Fernanda Vallejo, tocándose los genitales que, “a mí me encantan las mujeres bravas como usted”. No sin antes atacar a la familia con groserías y falsas acusaciones los militares se retiraron de la casa.

Luego ingresaron de manera violenta y abusivamente a la vivienda de Nelson Mejía, la cual se encontraba sola.

Cuando llegó el dueño a la una de la tarde encontró en el interior de su casa a cuatro soldados que estaban esculcando todo. Él les pidió la orden de Fiscalía para efectuar el allanamiento pero los militares le contestaron que si la tenían pero no se la iban a mostrar. Mejía les exigió que entonces salieran de su vivienda.



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