Terrorismo de Estado
Acusan al Ejército de graves abusos contra campesinos en
Tuluá, Valle
Por Camilo Raigozo. Notimundo
La Red de Derechos Humanos del Suroccidente Francisco
Isaías Cifuentes, Reddhfic, denunció que el pasado 16 de febrero, soldados del
Batallón de Alta Montaña 10, llegaron a la escuela San Francisco, del
corregimiento Santa Lucia y allí instalaron un campamento militar, en el cual
permanecen hasta la fecha.
Los habitantes del sector se abstienen de enviar a sus
hijos a estudiar debido al temor de que les pueda suceder algo puesto que por
toda la vereda transitan soldados que se mantienen bajo el influjo de
sustancias psicoactivas, puesto constantemente se drogan inhalando pegante
bóxer.
Igualmente –dice la denuncia- los militares de forma
reiterada acosan sexualmente a las niñas que pasan por el lado a las que les
dicen, entre otras ofensas, “venga mami que usted me gusta y no sabe lo
placentero que puede ser”.
El 17 de febrero pasado en el corregimiento Monte Loro,
cuando Dianelis Hoyos se dirigía a su vivienda, en el camino se encontró con un
soldado del ejército el cuál le preguntó hacia donde se dirigía.
Ella le inquirió al uniformado por sus identificaciones a
lo que el individuo contestó: “¿usted es la hija de puta que estaba en el paro
con un chaleco y un carnet disque defendiendo los derechos humanos y no hacía
nada por defendernos a nosotros? Por eso es que les pasa lo que les pasa”, acto
seguido se fue.
El 23 de febrero anterior a las 12:30 del día, seis
soldados llegaron al hogar de Reinaldo Muñoz y le solicitaron que los dejara
ingresar a la vivienda.
El campesino accedió sin ver en ello ningún
inconveniente, pero una vez los militares ingresaron a la casa hicieron salir a
toda la familia incluido un niño de dos años.
Posteriormente los uniformados requisaron ilegalmente
todos los enseres, debajo de las camas, el baño y le dijeron al campesino y a
su familia que a donde tenían escondidos a los guerrilleros del comandante guerrillero Víctor
Saavedra.
Luisa Fernanda Vallejo, integrante de la familia
ofendida, les contestó que “¿usted cree que en la casa de campesinos vamos a
tener guerrilleros? Vayan búsquelos en el monte si los quieren encontrar”.
El soldado contestó, “nos dijeron que estaban acá, así
que no los escondan”. Julián Vallejo, un joven de la familia, con indignación les
manifestó a los agentes del régimen que “eso es falso y están perturbando a mi familia.
Mi mamá está recién operada y mi sobrinito de 2 años está asustado”.
Un soldado sin ninguna identificación le contestó al
joven de forma amenazante de que si no quería tener problemas mejor se callara
y lo obligó a salir de la casa.
Otro de los delincuentes le dijo a Luisa Fernanda Vallejo,
tocándose los genitales que, “a mí me encantan las mujeres bravas como usted”. No
sin antes atacar a la familia con groserías y falsas acusaciones los militares
se retiraron de la casa.
Luego ingresaron de manera violenta y abusivamente a la
vivienda de Nelson Mejía, la cual se encontraba sola.
Cuando llegó el dueño a la una de la tarde encontró en el
interior de su casa a cuatro soldados que estaban esculcando todo. Él les pidió
la orden de Fiscalía para efectuar el allanamiento pero los militares le
contestaron que si la tenían pero no se la iban a mostrar. Mejía les exigió que
entonces salieran de su vivienda.