De izquierda a derecha Miguel A.
Caro, Jaime Caycedo, Gloria Ramí
rez y Teresa Martínez a la salida
de La Picota.
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Cárcel La Picota
Deplorable situación de los presos encontraron Gloria
Inés Ramírez y Jaime Caycedo
Por Camilo Raigozo. Notimundo
Este 26 de febrero la senadora Gloria Inés Ramírez en compañía
del candidato de la Unión Patriótica a la Cámara de Representantes, Jaime
Caycedo, así como de Teresa Martínez y Miguel Antonio Caro, visitó el interior
de la cárcel Eron Picota en Bogotá y lo que encontró fue “deplorable y
aterrador”.
“Constatamos que a pesar de las reformas al Inpec el hacinamiento
continúa con cifras asombrosas. Por ejemplo en el pabellón 1 de La Picota, el
cual tiene una capacidad máxima para 887 presos, hoy hay allí 4.506 personas
privadas de la libertad.
“Es decir que hay un hacinamiento superior al 419 por
ciento. Y así otros pabellones. Algo absolutamente inhumano que viola
astronómicamente los más elementales derechos humanos”, expresó la senadora con
visible indignación.
Ramírez denunció que encontraron a varios prisioneros con
enfermedades terminales, quienes a pesar de que poseen desde hace un buen
tiempo el concepto de Medicina Legal para ser beneficiados con cárcel
domiciliaria, este beneficio todavía no se ejecuta por la lentitud de los
jueces.
“Comprobamos una vez más la negligencia suprema de la EPS
Caprecom. Hay muchos internos en condiciones graves de salud que desde hace uno
o dos años tienen órdenes de tratamiento médico urgente sin que hasta el
momento hayan sido atendidos”, dijo Ramírez Ríos.
La legisladora también expresó que para esta visita le
había solicitado a Caprecom la lista de los enfermos terminales, pero no fue
posible obtenerla porque no la tenían, lo cual es muy grave porque se demuestra
que no hay el mínimo control de la salubridad en las cárceles.
“Lo que hace Caprecom es mandar un equipo de médicos y
personal cuando hay una inspección de control ocular, para mostrar que si están
atendiendo, pero tan pronto termina la inspección, también termina la visita
médica a las cárceles por parte de la EPS”.
Igualmente hay prisioneros con enfermedades como la
diabetes y otras que requieren una dieta alimenticia especial, pero llevan
esperando varios años para ser remitidos al nutricionista.
La congresista citó otro ejemplo de la saña y la venganza
del régimen y del Inpec, quienes infringen gravemente con estos hechos el
Derecho Internacional Humanitario, contra los prisioneros de guerra y
políticos.
Es el caso de Wilson Jerez, de 20 años de edad, quién está
cuadrapléjico. A pesar de que dese hace tiempo Jerez tiene concepto favorable
de Medicina Legal para ser beneficiario con cárcel domiciliaria, el Inpec le ha
negado sistemáticamente ese derecho por ser un prisionero de guerra de la
subversión.
“Este caso es una infamia y una gran tragedia porque no
existe la menor sensibilidad de parte de los jueces para cumplir la nueva ley de
reforma al sistema carcelario y penitenciario del país”, dijo la legisladora
Otro de los graves problemas que aquejan a los
prisioneros es la falta de abogados defensores. No tienen juristas para que los
defienda de las arbitrariedades del régimen en cabeza del Inpec.
Hay por ejemplo más de 300 casos de peticiones de
libertad porque tienen ese derecho, pero no tienen abogados que las tramiten.
Solo hay cuatro abogados para tantos casos en los que se necesitan por lo menos
otros 15 juristas.
Los cuatro visitantes en cabeza de Gloria Inés Ramírez se
reunieron con David Ravelo, Huber Ballesteros y Francisco Toloza, prisioneros
políticos víctimas de la persecución del régimen criminal y violento que padece
Colombia.
Encontraron que el dirigente campesino Huber Ballesteros
tiene problemas graves de diabetes pero no ha sido posible que el Inpec y mucho
menos por Caprecom le presten atención médica adecuada, por lo que el Estado es
responsable de lo que pueda pasar con la salud de la víctima.
Los prisioneros de las cárceles piden urgentemente que se
trabaje por el Movimiento Amplio Carcelario y la Mesa de Diálogo de las
Cárceles para que su voz sea escuchada y por la defensa de los derechos la
población carcelaria.