Por: Camilo Raigozo. Notimundo
En horas de la mañana de ayer domingo, unas 200 personas y
varios medios de comunicación, entre ellos Notimundo, se hicieron presentes en
el Parque Nacional para rendirle un homenaje a Rosa Elvira Cely, salvajemente
violada y asesinada hace un año en ese mismo lugar.
Doña María Aurora y Adriana, madre y hermana de Rosa
Elvira, respectivamente, le dijeron a este medio que “el dolor aún es muy
grande y lo peor es que con cada nueva agresión contra las mujeres y los niños,
profundizan nuestras heridas”.
Simultáneamente al homenaje se conocía las noticias de
que una joven de 16 años en condiciones de desplazamiento forzado había sido
agredida sexualmente el pasado 28 de marzo por cuatro agentes de la Sijin en
Ibagué.
Y de que en campos de explotación minera un gran número
de niñas y jóvenes son víctimas de poderosas redes de trata de personas para la
prostitución.
La periodista Jineth Bedoya, quién también fue víctima de
la brutalidad de la estrategia paramilitar del régimen, instó a justicia actuar
para que los crímenes contra las mujeres y los niños no queden en la impunidad.
La periodista también invitó a la sociedad a no ser indiferente ante estos
crímenes.
Igualmente intervino la madre de la estudiante Estefany
Carolina Garzón Ardila, desaparecida el año pasado en Ecuador. Ella denunció la
indiferencia que el gobierno colombiano ha mantenido frente al caso. “Nos ha
dejado solos en la búsqueda de mi hija”, dijo.
A renglón seguido presentaron sus amargas experiencias dos damas, víctimas de
ataque con ácido, a las que no sólo les destrozaron sus rostros, sino también
sus familias y sus vidas. Ambas coincidieron en que estos crímenes no deben ser
catalogados por la justicia como simples “lesiones personales. La legislación
debe endurecer las penas para estos victimarios”, dijeron.
Una vez finalizada esta sección del homenaje, los
asistentes caminaron hasta el sitio donde sucedió la agresión a Rosa Elvira
Cely y allí se descubrió una placa en su memoria, con el objetivo de recordarle
al Estado y a la sociedad la necesidad apremiante de proteger a las mujeres y a
los niños.