Las FARC EP rechazan el ultimatum del Gobierno y lo
instan a devolver lo que le ha despojado
a las víctimas
Por Camilo Raigozo
En un comunicado la delegación de paz de las FARC EP conocido
este sábado, rechaza los cometarios del ministro del Interior, Fernando
Carrillo, de quien afirma, trivializa las propuestas de las FARC EP a la mesa
de diálogos, las cuales representan el anhelo de la mayoría de los
colomabianos.
A continuación transcribimos en su integridad el
comunicado emitido en La Habana hoy 25 de mayo de 2013:
La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, mayo 25 de
2013
El arbolito de
Navidad del Ministro de Gobierno
EL NUEVO ULTIMÁTUM del Ministro Fernando Carrillo,
pareciera revelar una falta de compromiso frente al proceso de diálogos, que
ante todo expresa desconfianza respecto a las mismas capacidades que la
Delegación gubernamental tiene para hacer posible el propósito de la
reconciliación.
Sus desafortunadas comparaciones “navideñas”, que
trivializan las propuestas que las FARC-EP han hecho a la Mesa de la Habana
interpretando los intereses de las mayorías, en nada se sintonizan con el
ambiente de optimismo que reina entre los colombianos que le apuestan y tratan
de aportarle ideas positivas al objetivo de encontrar una salida incruenta al
conflicto político, social y armado que padece Colombia.
Nuestras formulaciones recogiendo las reivindicaciones
populares, no son una “lista de regalos” sino el registro de los derechos que
le han sido conculcados al pueblo y es deber del Estado garantizarlos sin más
demora.
Al gobierno es a quien corresponde abrir los espacios
políticos y devolver lo despojado a las víctimas de su terrorismo secular, para
que el soberano pueda expresarse en un escenario de democracia verdadera.
Con esperanza, Ad portas de un acuerdo parcial sobre el
primer punto de la Agenda del Acuerdo general para la terminación del conflicto
y la construcción de una paz estable y duradera, con enfoque territorial, la
Delegación de Paz de las FARC-EP-
reitera su invitación a la organización y la lucha de los
sectores populares en función de una Reforma Agraria estructural que se sume a
la realización de los cambios profundos que requiere el país para lograr el
establecimiento de la verdadera democracia y de la justicia social.
NUESTRO PROPÓSITO DE POTENCIAR al máximo la producción
campesina y de las comunidades rurales, en función de la soberanía alimentaria
y el mejoramiento pleno de las condiciones de vida de la empobrecida población
del campo y de los desplazados como consecuencia del conflicto impuesto por las
élites en el poder,-
puede ser ahora una realidad, si entre todos logramos que
la restitución de la tierra se dé en favorecimiento de los verdaderos
despojados, la formalización para quienes la poseen de manera precaria o
insuficiente, -tal como ocurre con los hombres y mujeres que con sacrificios
adelantan los procesos de construcción de Zonas de Reserva Campesina- y,
en fin, la redistribución se produzca en el sentido de
superar el latifundio, limitar la propiedad y entregar la tierra de manera
equitativa, justa y en fortalecimiento de la economía interna y la soberanía.
El cierre de la frontera agrícola deberá implementarse
pensando en la sostenibilidad socio-ambiental, la preservación de nuestros
recursos naturales, nuestra biodiversidad y nuestras fuentes hídricas,
considerando que cualquier sustracción que se haga para poner límites a la depredación
de nuestras áreas-
y conservar así los cerca de 89 millones de hectáreas de
bosques que sobreviven , deberá ser para mejorar las condiciones de vida de
nuestro pueblo, y no para llenar las arcas de las transnacionales de la
explotación minero-energética o de la extracción agroindustrial y de los
agro-combustibles.
Urgente y necesario será que, aun teniendo Colombia una
relación potencialmente favorable en la ecuación “tierra-población”, acabemos
ya con la gran concentración de la propiedad territorial que se ha traducido en
la profundización de una desigualdad extrema, expresa en un coeficiente de Gini
superior al 0.89, el más escandaloso e injusto del continente.
COLOMBIA DEBE ASISTIR sin más demora a la cesación del
sometimiento respecto a las comunidades por parte de las élites, sobre las que
se aplican métodos de explotación, de extracción de rentas o de violencia para
el despojo, que potencian la acumulación y se establecen como causa fundamental
de la historia de los conflictos agrarios desde los orígenes de la república;-
una historia en que la apropiación de los baldíos, para
el Estado ha significado su principal fuente de activos fiscales, para los
comerciantes y latifundistas fuente de sus principales rentas, pero para las
comunidades agrarias ya sean campesinas, indígenas, afros-descendientes o
raizales y palenqueros empobrecidos, era y sigue siendo su fuente esencial de
supervivencia.
No hay mejor medio para alcanzar la paz que luchar por
ella.
DELEGACION DE PAZ DE LAS FARC-EP