Zonas de Reserva Campesina para el reconocimiento
político y social del campesinado en Colombia
Por Anzorc
El 15 de mayo de 2013 la Universidad Externado de
Colombia realizó un foro académico sobre las Zonas de Reserva Campesina (ZRC)
en el marco de la apertura de la Cátedra de Asuntos Rurales.
Ponentes y
asistentes al foro manifestaron su respaldo a las iniciativas que se
desprenden de las ZRC como estrategias de recuperación del sector rural y
construcción de paz.
En el foro participaron como ponentes Fernando Forero,
secretario general de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC); Rubén
Darío Lizarralde, presidente de Indupalma;-
Yenly Méndez y Luz Perly Córdoba, de Anzorc; Darío
Fajardo, docente investigador, Universidad Externado de Colombia y
Santiago Tobón especialista en temas rurales.
El espacio fue moderado por Juan Manuel Ospina Restrepo,
docente investigador, Universidad Externado de Colombia, y coordinador de la
Cátedra de Asuntos Rurales.
Con ocasión de este diálogo sostenido entre Anzorc,
gremios y académicos, se hicieron
importantes claridades sobre lo que son las ZRC en el marco jurídico nacional,
quiénes son los campesinas que las
promueven y cuáles son las propuestas y acciones de lucha por la tierra y el
territorio que sustentan la defensa de la ZRC.
Claridades que resultan necesarias debido a las ideas
erróneas y no siempre exentas de
perversidad, que se transmiten permanentemente sobre las ZRC y las
organizaciones que legítimamente las defienden.
Estas concepciones equivocadas surgen desde diversos
sectores y más que expresar argumentos
diversos y legítimos en un debate
público, se convierten en estigmatizaciones peligrosas que ponen en alto riesgo
el desarrollo de la figura, y principalmente la integridad de las comunidades
que ven en ellas alternativas de solución a la secular marginalidad, exclusión
y violencia oficial.
Así, la primera claridad que se hizo fue que a pesar de
que Colombia es un país culturalmente diverso, está en deuda con el
reconocimiento y respeto de diversas
expresiones de esa diversidad, por ejemplo reconociendo al campesinado como
actores políticos, culturales y económicos organizados que hacen importantes
contribuciones a la vida del país.
“Es hora de resaltar
que gracias al trabajo campesino los alimentos llegan a las ciudades,
los territorios habitados por ellos gozan de amplia conservación
ambiental, así como el desarrollo de
sistemas ecológicos de la tierra y del agua, y la preservación de la
identidad y la cultura colombiana”, fue
una de las declaraciones de Anzorc.
La Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina
(Anzorc), es un proceso organizativo en
el que actualmente convergen más de 50
organizaciones y procesos campesinos de todo el país, que luchan por la tierra
y la reforma agraria retomando la senda marcada por las históricas luchas
campesinas en Colombia,-
y que ponen en
evidencia la existencia de verdaderos territorios campesinos en los que
autónomamente se impulsan formas de vida y de desarrollo que se oponen a la
depredación perpetrada por del modelo actual radicalizado por los recientes y
actual gobierno nacional.
En este sentido Anzorc ha sido insistente en señalar que
la política agraria y el desarrollo rural
no deben concebirse solamente como crecimiento económico.
Desde la mirada de los campesinos y campesinas, el
desarrollo debe contribuir, a generar riqueza pero no solo económica, sino
ambiental, cultural, y política, en condiciones de dignidad para todos, y esa
riqueza debe ser justamente distribuida.
Desde esta perspectiva, se debe reconocer que la economía
campesina existe y juega un papel importante en las economías locales e incluso
a nivel nacional por lo que debe ser protegida, estimulada y fortalecida,-
el país no puede seguir siendo conducido al ritmo del
libre mercado, los tratados de libre
comercio o las locomotoras depredadoras, que solo traen destrucción y miseria
para amplios sectores en especial a las comunidades agrarias.
Las ZRC dan cumplimiento al mandato constitucional (art.
64 C. N.) de proveer el acceso a la tierra a los campesinos y
apunta a evitar la concentración de la tierra, a promover la economía
campesina, a proteger ecosistemas estratégicos, ordenar el territorio
rural, enfrentar mejor los conflictos
ambientales,-
y en general promover el desarrollo sostenible y
garantizar los derechos de los campesinos, así como lo señala su decreto reglamentario
(Decreto 1777 de 1996) que destaca la importancia de reconocer y fortalecer la
economía campesina, lo cual está en mora de cumplimiento por el Estado.
Pese a que para los representantes gremiales, la
iniciativa de las ZRC no es comparable a figuras como resguardos indígenas o
territorios ancestrales afrocolombianos, los procesos organizativos campesinos
que integran Anzorc sí aspiran a que las
ZRC tengan el reconocimiento político que se manifieste en la autonomía para la
gestión de sus territorios.
Autonomía que vienen ejerciendo desde hace décadas, y a
través de la cual han organizado sus territorios, construido normas
comunitarias de autorregulación que protegen recursos naturales, resuelven
conflictos, y promueven una convivencia pacífica.
Así mismo, han desarrollado formas organizativas
propias a través de las cuales
interlocutan con diversos sectores de la sociedad, entre ellos el Estado al que
históricamente han reclamado el cumplimiento de sus obligaciones.
La autonomía que se demanda desde Anzorc no puede seguir
siendo objeto de burlas como la del Ministro de Agricultura Juan Camilo
Restrepo quien despectivamente se refiere a las ZRC como “republiquetas”
queriendo subvalorar las iniciativas de los campesinos, la autonomía que ya se ejerce en los
territorios campesinos y que se expresa en sus organizaciones sociales,
políticas, económicas y culturales.
En este foro académico Anzorc dio a conocer algunas de
sus planteamientos y propuestas de política agraria:
· La
reforma integral y las zonas de reserva campesina como uno de sus instrumentos
privilegiados.
· El
derecho al consentimiento previo, libre e informado de comunidades campesinas
para la implementación de proyectos y
actividades que afecten los territorios que han venido conservando
históricamente a través de sus iniciativas de autorregulación en el territorio.
· Las ZRC
buscanreparar el ordenamiento territorial desafortunado y dañino que se ha
venido configurando en el país, para Anzorc, las ZRC son un aporte a la
conservación del territorio, a la garantía de la soberanía alimentaria y las
generación de condiciones de vida digna no solo para el campesinado sino para
toda la sociedad.
· La visión
de la economía campesina de las ZRC va más allá del autoconsumo, para Anzorc es
una prioridad la soberanía alimentaria no solamente de sus territorios sino del
país entero.
Esto implica la articulación con mercados locales,
nacionales e internacionales, pero respetando los procesos de autonomía y las
dinámicas de la economía campesina, en articulación con otros sectores y actores de la ruralidad, incluso
con el sector empresarial en el marco de alianzas equitativas y respetuosas.
· Los campesinos y campesinas que impulsan
las ZRC, no son campesinos que esperen ser beneficiarios de prácticas
asistencialistas, por el contrario, son campesinos deliberantes, sujetos políticos activos con
propuestas concretas para sus territorios y para la política agraria del país,-
esto ha quedado claramente demostrado en los últimos
años, en que han hecho valer su voz haciendo que el país conozca su propuestas
y el gobierno tome acciones para el cumplimiento de lo que la ley consagra para
las ZRC, siendo aún muchos los pendientes por cumplir,-
como el
financiamiento de los Planes de Desarrollo Sostenible que autónomamente se han
construido en las 6 ZRC actualmente reconocidas legalmente, los ajustes a la
reglamentación para que la figura pueda dar cumplimiento a sus objetivos
planteados en el decreto 1777/96.
· Anzorc
plantea al país la necesidad de debatir frente al modelo de minería que
actualmente se aplica, con relación a esto los campesinos y campesinas se
oponen al esquema de locomotora minera
que ha generado degradación y ha acabado con
los recursos naturales.
Desde la apuesta de Anzorc, es posible desarrollar la
minería bajo un esquema sostenible y articulado a la agricultura, en el marco
de acuerdos con las comunidades que sobreviven de estos recursos, teniendo como
prioridad causar el menor impacto al medio ambiente.
· La
creación de un sistema nacional de ZRC, con el fin de constituir una
institucionalidad agraria adecuada, que articule el campesinado con otros
sectores de la sociedad como la academia, los sectores políticos, gremios
económicos, en aras de fortalecer y
hacer que todo su potencial sea aprovechado para beneficio de la sociedad
colombiana.
En esa dirección, Anzorc ya adelanta una interlocución
permanente con el Incoder entidad responsable del reconocimiento legal y apoyo
a las ZRC, universidades, movimientos sociales y políticos, y la cooperación
internacional, con el fin de explorar todos los saberes y conocimientos de los
campesinos y campesinas y aportar al desarrollo de soluciones para las
principales problemáticas que afectan al país.
· Así
mismo, Anzorc promueve que a través de las ZRC se generen espacios de diálogo
para contribuir a la solución de conflictos, interculturales e interétnicos que
tienen que ver con los diferentes usos del territorio.
Partiendo del principio que la complejidad por las
diferencias en la concepción del territorio, autonomía, se debe a la falta de
reconocimiento del campesino como sujeto político y social.
Es por eso que a través de los Encuentros Naciones de
Zonas de Reserva Campesina que se realizan cada año, se ha manifestado el
interés y la posibilidad de alianza con sectores indígenas y afrocolombianos,
para que a través del diálogo se resuelvan los conflictos en los territorios.
Para Anzorc es un mandato la disponibilidad para la
construcción de una figura territorial que permita la coexistencia y
convivencia que supere el
conflicto, respete la identidad, y promueve la armonía entre los diferentes grupos sociales.
Finalmente, Anzorc
reiteró que pese a que la guerrilla de
las FARC ha defendido las zonas de reserva campesina en la mesa de diálogos de
La Habana, y si bien los territorios campesinos que se reclaman como ZRC, como
en todo el territorio rural colombiano,-
tienen presencia de las guerrillas, estos hechos no
autorizan al Estado ni a otros sectores de la sociedad a señalar los procesos
organizativos como subordinados o integrantes de las mismas.
Estos señalamientos además de dar cuenta de un profundo desconocimiento
e irrespeto de la realidad, amenazan la integridad de los campesinos y la de dichos procesos organizativos. En este sentido, se
entiende que la reciente defensa que han hecho las Farc,
es un resultado del clamor ampliamente expresado por diversas
organizaciones campesinas en el foro política agraria y desarrollo rural
integral desarrollado para escuchar a la sociedad civil en la mesa de diálogos.