domingo, mayo 26, 2013

Zonas de Reserva Campesina para el reconocimiento político y social del campesinado en Colombia
Por Anzorc

El 15 de mayo de 2013 la Universidad Externado de Colombia realizó un foro académico sobre las Zonas de Reserva Campesina (ZRC) en el marco de la apertura de la Cátedra de Asuntos Rurales.

Ponentes y  asistentes al foro manifestaron su respaldo a las iniciativas que se desprenden de las ZRC como estrategias de recuperación del sector rural y construcción de paz.

En el foro participaron como ponentes Fernando Forero, secretario general de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC); Rubén Darío Lizarralde, presidente de Indupalma;-

Yenly Méndez y Luz Perly Córdoba, de Anzorc; Darío Fajardo, docente investigador, Universidad Externado de Colombia  y  Santiago Tobón especialista en temas rurales.

El espacio fue moderado por Juan Manuel Ospina Restrepo, docente investigador, Universidad Externado de Colombia, y coordinador de la Cátedra de Asuntos Rurales.

Con ocasión de este diálogo sostenido entre  Anzorc,  gremios y académicos, se hicieron  importantes claridades sobre lo que son las ZRC en el marco jurídico nacional, quiénes son los  campesinas que las promueven y cuáles son las propuestas y acciones de lucha por la tierra y el territorio que sustentan la defensa de la ZRC.

Claridades que resultan necesarias debido a las ideas erróneas y no siempre exentas de  perversidad, que se transmiten permanentemente sobre las ZRC y las organizaciones que legítimamente las defienden.

Estas concepciones equivocadas surgen desde diversos sectores  y más que expresar argumentos diversos  y legítimos en un debate público, se convierten en estigmatizaciones peligrosas que ponen en alto riesgo el desarrollo de la figura, y principalmente la integridad de las comunidades que ven en ellas alternativas de solución a la secular marginalidad, exclusión y violencia oficial. 

Así, la primera claridad que se hizo fue que a pesar de que Colombia es un país culturalmente diverso, está en deuda con el reconocimiento y respeto  de diversas expresiones de esa diversidad, por ejemplo reconociendo al campesinado como actores políticos, culturales y económicos organizados que hacen importantes contribuciones a la vida del país.

“Es hora de resaltar  que gracias al trabajo campesino los alimentos llegan a  las ciudades,  los territorios habitados por ellos gozan de amplia conservación ambiental, así como el  desarrollo de sistemas ecológicos de la tierra y del agua, y la preservación de la identidad  y la cultura colombiana”, fue una de las declaraciones de Anzorc.

La Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (Anzorc),  es un proceso organizativo en el que actualmente convergen más de  50 organizaciones y procesos campesinos de todo el país, que luchan por la tierra y la reforma agraria retomando la senda marcada por las históricas luchas campesinas en Colombia,-

y que  ponen en evidencia la existencia de verdaderos territorios campesinos en los que autónomamente se impulsan formas de vida y de desarrollo que se oponen a la depredación perpetrada por del modelo actual radicalizado por los recientes y actual gobierno nacional.

En este sentido Anzorc ha sido insistente en señalar que la política agraria y el desarrollo rural  no deben concebirse solamente como crecimiento económico. 

Desde la mirada de los campesinos y campesinas, el desarrollo debe contribuir, a generar riqueza pero no solo económica, sino ambiental, cultural, y política, en condiciones de dignidad para todos, y esa riqueza debe ser justamente distribuida.

Desde esta perspectiva, se debe reconocer que la economía campesina existe y juega un papel importante en las economías locales e incluso a nivel nacional por lo que debe ser protegida, estimulada y fortalecida,-

el país no puede seguir siendo conducido al ritmo del libre mercado,  los tratados de libre comercio o las locomotoras depredadoras, que solo traen destrucción y miseria para amplios sectores en especial a las comunidades agrarias.

Las ZRC dan cumplimiento al mandato constitucional (art. 64 C. N.) de proveer el acceso a la tierra a los campesinos  y  apunta a evitar la concentración de la tierra, a promover la economía campesina, a proteger ecosistemas estratégicos, ordenar el territorio rural,  enfrentar mejor los conflictos ambientales,-

y en general promover el desarrollo sostenible y garantizar los derechos de los campesinos, así como lo señala su decreto reglamentario (Decreto 1777 de 1996) que destaca la importancia de reconocer y fortalecer la economía campesina, lo cual está en mora de cumplimiento por el Estado.

Pese a que para los representantes gremiales, la iniciativa de las ZRC no es comparable a figuras como resguardos indígenas o territorios ancestrales afrocolombianos, los procesos organizativos campesinos que integran Anzorc sí aspiran a  que las ZRC tengan el reconocimiento político que se manifieste en la autonomía para la gestión de sus territorios.

Autonomía que vienen ejerciendo desde hace décadas, y a través de la cual han organizado sus territorios, construido normas comunitarias de autorregulación que protegen recursos naturales, resuelven conflictos, y promueven una convivencia pacífica.

Así mismo, han desarrollado formas organizativas propias  a través de las cuales interlocutan con diversos sectores de la sociedad, entre ellos el Estado al que históricamente han reclamado el cumplimiento de sus obligaciones.

La autonomía que se demanda desde Anzorc no puede seguir siendo objeto de burlas como la del Ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo quien despectivamente se refiere a las ZRC como “republiquetas” queriendo subvalorar las iniciativas de los campesinos,  la autonomía que ya se ejerce en los territorios campesinos y que se expresa en sus organizaciones sociales, políticas, económicas y culturales.

En este foro académico Anzorc dio a conocer algunas de sus planteamientos y propuestas de política agraria:

·         La reforma integral y las zonas de reserva campesina como uno de sus instrumentos privilegiados.

·         El derecho al consentimiento previo, libre e informado de comunidades campesinas para la implementación de  proyectos y actividades que afecten los territorios que han venido conservando históricamente a través de sus iniciativas de autorregulación en el territorio.

·         Las ZRC buscanreparar el ordenamiento territorial desafortunado y dañino que se ha venido configurando en el país, para Anzorc, las ZRC son un aporte a la conservación del territorio, a la garantía de la soberanía alimentaria y las generación de condiciones de vida digna no solo para el campesinado sino para toda la sociedad.

·         La visión de la economía campesina de las ZRC va más allá del autoconsumo, para Anzorc es una prioridad la soberanía alimentaria no solamente de sus territorios sino del país entero.

Esto implica la articulación con mercados locales, nacionales e internacionales, pero respetando los procesos de autonomía y las dinámicas de la economía campesina, en articulación con otros  sectores y actores de la ruralidad, incluso con el sector empresarial en el marco de alianzas equitativas y respetuosas.

·         Los campesinos y campesinas que impulsan las ZRC, no son campesinos que esperen ser beneficiarios de prácticas asistencialistas, por el contrario, son campesinos  deliberantes, sujetos políticos activos con propuestas concretas para sus territorios y para la política agraria del país,-

esto ha quedado claramente demostrado en los últimos años, en que han hecho valer su voz haciendo que el país conozca su propuestas y el gobierno tome acciones para el cumplimiento de lo que la ley consagra para las ZRC, siendo aún muchos los pendientes por cumplir,-

 como el financiamiento de los Planes de Desarrollo Sostenible que autónomamente se han construido en las 6 ZRC actualmente reconocidas legalmente, los ajustes a la reglamentación para que la figura pueda dar cumplimiento a sus objetivos planteados en el decreto 1777/96.

·         Anzorc plantea al país la necesidad de debatir frente al modelo de minería que actualmente se aplica, con relación a esto los campesinos y campesinas se oponen al  esquema de locomotora minera que ha generado degradación y ha acabado con  los recursos naturales.

Desde la apuesta de Anzorc, es posible desarrollar la minería bajo un esquema sostenible y articulado a la agricultura, en el marco de acuerdos con las comunidades que sobreviven de estos recursos, teniendo como prioridad causar el menor impacto al medio ambiente.

·         La creación de un sistema nacional de ZRC, con el fin de constituir una institucionalidad agraria adecuada, que articule el campesinado con otros sectores de la sociedad como la academia, los sectores políticos, gremios económicos,  en aras de fortalecer y hacer que todo su potencial sea aprovechado para beneficio de la sociedad colombiana.

En esa dirección, Anzorc ya adelanta una interlocución permanente con el Incoder entidad responsable del reconocimiento legal y apoyo a las ZRC, universidades, movimientos sociales y políticos, y la cooperación internacional, con el fin de explorar todos los saberes y conocimientos de los campesinos y campesinas y aportar al desarrollo de soluciones para las principales problemáticas que afectan al país.

·         Así mismo, Anzorc promueve que a través de las ZRC se generen espacios de diálogo para contribuir a la solución de conflictos, interculturales e interétnicos que tienen que ver con los diferentes usos del territorio.

Partiendo del principio que la complejidad por las diferencias en la concepción del territorio, autonomía, se debe a la falta de reconocimiento del campesino como sujeto político y social.  

Es por eso que a través de los Encuentros Naciones de Zonas de Reserva Campesina que se realizan cada año, se ha manifestado el interés y la posibilidad de alianza con sectores indígenas y afrocolombianos, para que a través del diálogo se resuelvan los conflictos en los territorios.

Para Anzorc es un mandato la disponibilidad para la construcción de una figura territorial que permita la coexistencia y convivencia que supere el  conflicto,  respete la  identidad, y promueve la armonía  entre los diferentes grupos sociales.

 Finalmente, Anzorc reiteró que pese a que  la guerrilla de las FARC ha defendido las zonas de reserva campesina en la mesa de diálogos de La Habana, y si bien los territorios campesinos que se reclaman como ZRC, como en todo el territorio rural colombiano,-

tienen presencia de las guerrillas, estos hechos no autorizan al Estado ni a otros sectores de la sociedad a señalar los procesos organizativos como subordinados o integrantes de las mismas.

Estos señalamientos además de dar cuenta de un profundo desconocimiento e irrespeto de la realidad, amenazan la integridad  de los campesinos y la de dichos  procesos organizativos. En este sentido, se entiende que la reciente defensa que han hecho las Farc,

es un resultado del clamor ampliamente expresado por diversas organizaciones campesinas en el foro política agraria y desarrollo rural integral desarrollado para escuchar a la sociedad civil en la mesa de diálogos.



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