viernes, marzo 15, 2013

El ministro Agricultura Juan Camilo Restrepo miente sobre las Zonas de Reserva Campesina
Por: Camilo Raigozo

El pasado10 de marzo, la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, Anzorc, le envió una carta abierta a la Mesa de Diálogos de La Habana, pidiéndoles al Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC-EP, que le permita su participación directa en la mesa de conversaciones, por ser los campesinos las principales víctimas del conflicto y  potenciales beneficiarios de la paz.

Además, Anzorc invitó a las dos partes sentadas en la mesa para que asistan e intercambien criterios con el campesinado en el marco del Tercer Encuentro Nacional de Zonas de Reserva Campesina que se va a realizar los próximos 22 y 23 de marzo en el municipio de San Vicente del Caguán, Caquetá.

Las Zonas de Reserva Campesina, ZRC, están consagradas en la ley 160 de 1994, como figura de ordenamiento territorial y tienen la finalidad de: contener la extensión de la frontera agrícola; evitar la concentración de la propiedad de la tierra; garantizar la soberanía alimentaria del país; regular la ocupación de la tierra;-

aprovechar las tierras baldías; desarrollar y ejecutar propuestas integrales de desarrollo rural; crear las condiciones para la consolidación de la economía campesina; facilitar la ejecución integral de las políticas de desarrollo rural; fortalecer los espacios de concertación social, política, económica, ambiental y cultural, entre el Estado y las comunidades rurales, entre otros beneficios.

En la actualidad hay seis ZRC constituidas: Cabrera (Cundinamarca), Calamar (Guaviare), El Pato (Caquetá), el sur de Bolívar (Bolívar), el valle del Río Cimitarra (Antioquia y Bolívar) y en el alto Cuembí y Comandante (Putumayo).

Sin embargo las comunidades campesinas de todo el país han venido organizándose y están construyendo al menos otras cincuenta ZRC en 9.5 millones de hectáreas de tierra. Sobresalen de estos proyectos: Catatumbo, Lozada- Guayabero, las cuencas de los ríos Güejar y Cafre en San Juan de Sumapaz, Montes de María y el Cesar, entre otras.

El tema sobre las ZRC ha sido incluido como aspecto central de la agenda sobre desarrollo rural y acceso y uso de la tierra, en el marco del Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, suscrito entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP.

En su respuesta a la carta de Anzorc, las FARC EP no solo apoyan la iniciativa de los campesinos de querer participar directamente en los diálogos de paz, sino que también defienden las iniciativas populares de exigir que la sustracción territorial a las Zonas de Reserva Forestal sean  destinados a dar acceso gratuito a la tierra a quienes no la tienen o poseen muy poca.

Al mismo tiempo las FARC- EP coinciden con el campesinado en que las Zonas de Reserva Campesina son una iniciativa agraria de paz y por ende merecen todo el respeto y apoyo institucional y el compromiso inmediato del Gobierno Nacional de formalizar el total de las 9.5 millones de hectáreas de tierra que hoy comprenden los procesos organizativos a nivel nacional.

Por su parte el Gobierno por intermedio del ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, en contestación a la misiva de Anzorc dijo que, “las Zonas de Reserva Campesina no son para crear republiquetas independientes” y rechazó de plano el anhelo del campesinado de crear nuevas Zonas de Reserva Campesina en 9.5 millones de hectáreas de tierra.

“El Gobierno no comparte, de ninguna manera,  la opinión presentada desde La Habana, por algún vocero de Las FARC,  de instalar  zonas de reserva campesina  en 9 millones de hectáreas. Esto no solo sería un disparate, sino que de ninguna manera se le podría dar autonomía o soberanía a dichas zonas.

"Esto iría contra la Ley, contra Constitución misma de Colombia y contra el espíritu con el que fueron creadas”, dijo entre otras apreciaciones Restrepo en el marco de un foro realizado por El Tiempo y la Universidad El Rosario.

Según algunos medios, el ministro también señaló que al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos  no se le ha pasado por la cabeza ni aceptará lo sugerido en La Habana porque, entre otras consecuencias, supondría fraccionar el  país como si fuera un mosaico.

Igualmente mencionó que aunque hay muchas solicitudes no ha autorizado nuevas ZRC y agregó que sólo se consideraría la creación  de otras cuando estén dadas a satisfacción todas las condiciones de seguridad requeridas.

En cuanto a la invitación de los campesinos para que el Gobierno esté presente en el Tercer Encuentro de Zonas de Reserva Campesina que se realizará el 22 y 23 de marzo en San Vicente del Caguán, Juan Camilo Restrepo dijo que Gobierno no asistirá.

Resulta contradictorio que el Gobierno por intermedio del ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, continúe atacando y estigmatizando a las comunidades campesinas que conforman las  Zonas de Reserva Campesina existentes, así como a las organizaciones campesinas que las están construyendo, y al mismo tiempo sostenga ante la opinión pública que sus deseos de alcanzar la paz con la insurgencia son sinceros.

Es mentira que hayan sido las FARC EP quienes pidieron la creación de ZRC en 9.5 millones de hectáreas de tierra. Esta iniciativa proviene directamente del campesinado en diferentes regiones del país, que de hecho las han venido construyendo, amparados en la Ley 160 de 1994, la cual se puede perfeccionar de común acuerdo entre las partes.

Tampoco es comprensible que mientras por un lado el Gobierno se niega a escuchar a las comunidades, a debatir con ellas, a intercambiar ideas y llegar a acuerdos, ya sea en la Mesa de Diálogos de La Habana, en el foro de San Vicente del Caguán o en otros escenarios,  continúe satanizando a las ZRC de manera caprichosa y perversa.

Eso en el fondo no es otra cosa que falta de voluntad política para construir la paz con justicia social perdurable.

Dado que la implementación de las ZRC subsanan en gran medida las causa que generaron el conflicto social y armado, el Gobierno por intermedio de sus voceros, en este caso el ministro de Agricultura, no debería atacarlas, sino por el contrario, concertarlas, apoyarlas, agilizarlas, fortalecerlas, extenderlas por todo el país, para garantizar la tan anhelada paz con justicia social estable y duradera.


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