domingo, marzo 10, 2013

Comunidades indígenas y afrocolombianas del Río Naya denuncian fumigaciones sobre sus parcelas de pancoger y viviendas
Por: Organizaciones sociales

Desde el pasado 11 de febrero de 2013 se iniciaron por tercera vez fumigaciones aéreas en el Bajo Naya y se siguen realizando actualmente.

Varias avionetas de la policía antinarcóticos han aplicado sucesivamente un químico muy fuerte desde el lunes 11 de febrero y los días 13 y 25 de febrero. La gravedad de estas fumigaciones es que se realiza sobre todo el área, incluyendo gran cantidad de bosque y también áreas del manglar en las bocanas del Naya.

El resguardo indígena eperara siapidaara de Joaquincito y los grupos de mujeres productoras de las comunidades afrocolombianas de Merizalde, Santa Cruz y Joaquín Grande habían establecido parcelas de recuperación de semillas y de producción de arroz, plátano, papachina, banano, piña, yuca, lulo, plantas aromáticas y medicinales, principalmente.

El recorrido que hicieron las autoridades del resguardo indígena y miembros de la comunidad indígena y de las comunidades afrocolombianas del Bajo Naya por las zonas afectadas por la fumigación, pudo apreciar la magnitud del daño, estimando que en un 80% los cultivos de pan coger fueron afectados por las fumigaciones.

Así mismo, fueron constatadas las fumigaciones al manglar, donde se crían y crecen centenares de especies de peces, moluscos y crustáceos en sus estados iniciales. Esto constituye un atentado grave a las comunidades que viven en el manglar, del manglar, pero sobre todo con el manglar.

Estas fumigaciones ponen en riesgo la vida de las familias que viven del manglar y con el manglar, las cuales sienten amenazadas su soberanía alimentaria, lo que puede generar un desplazamiento masivo.

Las autoridades indígenas y las comunidades afrocolombianas de Merizalde, Santa Cruz y Joaquín Grande denunciamos estos graves daños a los cultivos, a las fuentes de agua de consumo humano y a la salud de las personas, pues en la comunidad de Santa Cruz dos agricultores fueron afectados por las fumigaciones y presentan lesiones en el cuerpo.

Esta es la segunda vez en dos años que se destruye la comida de las comunidades (ver comunicado de entonces en: http://servindi.org/actualidad/23502. El 16 de marzo del 2010, se fumigaron las parcelas de las mujeres indígenas, situadas a poca distancia de la Casa Grande, centro religioso y ceremonial del pueblo siapidara.

También en esa ocasión fueron fumigadas las parcelas de sus vecinas y hermanas afrocolombianas de la vereda Santa Cruz, que vienen trabajando, conjuntamente con las mujeres esperará, en una experiencia productiva agroecológica propia,-
 
para no caer en las redes de los cultivos de uso ilícito que rondan los ríos del Pacífico, cultivos que llegaron también a esta región para destruir las economías comunitarias y las formas sostenibles de utilización de los recursos ambientales.

Estos daños se han cometido contra nuestras comunidades indígenas y negras, a pesar de que siempre hemos abogado porque la erradicación de los cultivos de coca se realice manualmente.

Hacemos un llamado a las comunidades vecinas, a los Consejos Comunitarios del Pacífico, a las organizaciones sociales, a la academia, a los amigos y defensores de los derechos de la naturaleza y a la sociedad en general, para que se pronuncien contra estos hechos que atentan contra la naturaleza y la comida de las comunidades negras e indígenas.

Llamamos a la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) y al Ministerio del Ambiente, para que le expliquen al gobierno las implicaciones ambientales y sociales que tiene fumigar los manglares y  las quebradas de donde se toma el agua para consumo humano y exijan la suspensión inmediata de estas acciones.


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