Comunidades indígenas y afrocolombianas del Río Naya denuncian
fumigaciones sobre sus parcelas de pancoger y viviendas
Por: Organizaciones sociales
Desde el pasado 11 de febrero de 2013 se iniciaron por
tercera vez fumigaciones aéreas en el Bajo Naya y se siguen realizando
actualmente.
Varias avionetas de la policía antinarcóticos han
aplicado sucesivamente un químico muy fuerte desde el lunes 11 de febrero y los
días 13 y 25 de febrero. La gravedad de estas fumigaciones es que se realiza
sobre todo el área, incluyendo gran cantidad de bosque y también áreas del
manglar en las bocanas del Naya.
El resguardo indígena eperara siapidaara de Joaquincito y
los grupos de mujeres productoras de las comunidades afrocolombianas de
Merizalde, Santa Cruz y Joaquín Grande habían establecido parcelas de
recuperación de semillas y de producción de arroz, plátano, papachina, banano,
piña, yuca, lulo, plantas aromáticas y medicinales, principalmente.
El recorrido que hicieron las autoridades del resguardo
indígena y miembros de la comunidad indígena y de las comunidades
afrocolombianas del Bajo Naya por las zonas afectadas por la fumigación, pudo
apreciar la magnitud del daño, estimando que en un 80% los cultivos de pan
coger fueron afectados por las fumigaciones.
Así mismo, fueron constatadas las fumigaciones al
manglar, donde se crían y crecen centenares de especies de peces, moluscos y
crustáceos en sus estados iniciales. Esto constituye un atentado grave a las
comunidades que viven en el manglar, del manglar, pero sobre todo con el
manglar.
Estas fumigaciones ponen en riesgo la vida de las
familias que viven del manglar y con el manglar, las cuales sienten amenazadas
su soberanía alimentaria, lo que puede generar un desplazamiento masivo.
Las autoridades indígenas y las comunidades
afrocolombianas de Merizalde, Santa Cruz y Joaquín Grande denunciamos estos
graves daños a los cultivos, a las fuentes de agua de consumo humano y a la
salud de las personas, pues en la comunidad de Santa Cruz dos agricultores fueron
afectados por las fumigaciones y presentan lesiones en el cuerpo.
Esta es la segunda vez en dos años que se destruye la
comida de las comunidades (ver comunicado de entonces en:
http://servindi.org/actualidad/23502. El 16 de marzo del 2010, se fumigaron las
parcelas de las mujeres indígenas, situadas a poca distancia de la Casa Grande,
centro religioso y ceremonial del pueblo siapidara.
También en esa ocasión fueron fumigadas las parcelas de
sus vecinas y hermanas afrocolombianas de la vereda Santa Cruz, que vienen
trabajando, conjuntamente con las mujeres esperará, en una experiencia
productiva agroecológica propia,-
para no caer en las redes de los cultivos de
uso ilícito que rondan los ríos del Pacífico, cultivos que llegaron también a
esta región para destruir las economías comunitarias y las formas sostenibles
de utilización de los recursos ambientales.
Estos daños se han cometido contra nuestras comunidades
indígenas y negras, a pesar de que siempre hemos abogado porque la erradicación
de los cultivos de coca se realice manualmente.
Hacemos un llamado a las comunidades vecinas, a los
Consejos Comunitarios del Pacífico, a las organizaciones sociales, a la
academia, a los amigos y defensores de los derechos de la naturaleza y a la
sociedad en general, para que se pronuncien contra estos hechos que atentan
contra la naturaleza y la comida de las comunidades negras e indígenas.
Llamamos a la Corporación Autónoma Regional del Valle del
Cauca (CVC) y al Ministerio del Ambiente, para que le expliquen al gobierno las
implicaciones ambientales y sociales que tiene fumigar los manglares y las quebradas de donde se toma el agua para
consumo humano y exijan la suspensión inmediata de estas acciones.