Detención arbitraria de un minero afectado por Hidroituango y otros abusos de la Policícía
Por: Camilo Raigozo
Por: Camilo Raigozo
El Movimiento Ríos Vivos denunció la detención arbitraria
de Héctor Javier Paneso Carvajal, minero artesanal del sector Sardinas del
municipio de Ituango, por parte de la Policía del Valle de Toledo.
El abuso de la Policía se presentó el pasado 1 de febrero
cuando se realizaba una protesta pacífica adelantada por las familias afectadas
por la represa Hidroituango.
Paneso Carvajal le dijo un funcionario de Empresas
Públicas de Medellín, EPM, que por respeto a la movilización ciudadana no
trabajara. En ese momento los agentes de policía de la estación El Valle de
Toledo, a punta de empujones llevaron a la víctima hasta el comando.
Allí le arrebataron el celular, le tomaron fotos en
diferentes posturas, le quitaron todos los documentos personales y demás
pertenencias.
De forma grosera le preguntaron insistentemente cuales
eran los líderes de la movilización,
ante lo cual Paneso explicó a las autoridades que en el Movimiento Ríos
Vivos todos eran líderes porque son afectados por la hidroeléctrica.
La Policía Nacional lo señaló de ser miliciano de las
FARC e insistió en que mencionara de donde era miliciano, además de afirmar que
detrás del barequero había gente muy peligrosa.
Los policías le dijeron al detenido que no se podía meter
contra las EPM porque ellos eran los
encargados de todo lo de esa empresa.
Los agentes del “orden” amenazaron al minero advirtiéndole
que no se volviera a aparecer por la zona porque lo golpearían y que no se
metiera con esa gente de EPM porque ellos eran los encargados de “Todo lo de
EPM”.
Además le dijeron que lo meterían a la cárcel, si seguía
participando en ese tipo de manifestaciones. Los agentes por último le
dijeron que de continuar protestando “ustedes
son los que van a perder”.
No obstante todos los abusos a los que sometieron a la víctima,
los policías también le robaron 260 mil pesos. Lo anterior fue denunciado por
la comunidad ante las autoridades competentes sin muchas ilusiones de que se
haga justicia.
El 20 de enero de 2013, cuando se realizaba en El Valle
de Toledo una asamblea del Movimiento Ríos Vivos, miembros de la Policía
Nacional filmaron y fotografiaron a los asistentes, especialmente a los
líderes.
Cuando Héctor Javier dirigió su cámara a los agentes de
policía estos se acercaron de inmediato a requisarlo. Le expresaron que no podía tomarles fotos, y
al preguntarles sobre por qué ellos si registraban a los asistentes a la
reunión, contestaron que era permitido por la ley que la Policía tomara fotos a
quien quisiera.