Raponazo a las cesantías
Por Oscar Hernando Correa Noreña
El otro 50% se consigna en una nueva cuenta, supuestamente para proteger al cesante. Esta última suma no será de libre disposición del empleado, tal como lo venía pidiendo Asofondos,-
sino que se entregará en seis contados cuando el empleado quede cesante. Pero si en ese tiempo encuentra empleo, se suspende el pago.
Por Oscar Hernando Correa Noreña
Mintrabajo acaba de presentar el Proyecto de Ley 241
Senado, por medio del cual se dispone una nueva regulación del derecho a las
cesantías.
En adelante, el 50% de estas se seguirán consignando en
la cuenta de cesantías que cada trabajador tiene en los Fondos de Cesantías.
El otro 50% se consigna en una nueva cuenta, supuestamente para proteger al cesante. Esta última suma no será de libre disposición del empleado, tal como lo venía pidiendo Asofondos,-
sino que se entregará en seis contados cuando el empleado quede cesante. Pero si en ese tiempo encuentra empleo, se suspende el pago.
Ahora, los intereses a las cesantías (12% anual) se
pagarán sólo sobre el 50% que queda en la cuenta tradicional.
Como ven, se pretende darle a los empleadores un buen
regalito de navidad, todos los años, pues en realidad se reducen los
intereses a las cesantías al 6% anual,
toda vez que se pagará el 12% pero sólo sobre el 50% de estas.
En consecuencia, se reducen las expectativas de conseguir
vivienda con las cesantías, o de reformarla o para pagar estudios, pues ahora
sólo se podrá contar para esos fines con el 50% de las mismas. Ello significa
que las expectativas en ese sentido se reducen en un 50%.
Observarán, entonces, que aquello de la protección de los
derechos sociales de los trabajadores que consagra el inciso final del artículo
53 de la Constitución es puro cuento para el Gobierno Nacional, al igual que la
prohibición de expedir normas regresivas en materia laboral.
En este caso, Asofondos y la Andi y demás gremios del
sector privado, nos ponen de manifiesto varias cosas: 1) Que estar organizados
es indispensable para defender los intereses;
2) Que el Estado es un instrumento instituido para
defender la voracidad de los intereses del capital y
3) Que, por ende, si los trabajadores no se movilizan
para defender sus intereses, el Estado no lo hará por ellos y, en consecuencia,
se merecen ese recorte de sus derechos, que existen sólo si se lucha por ellos,
como lo hacen los empresarios.