Los Fantasmas del río Guayabero (I)
Por: Kikyo
Por: Kikyo
Voz recorrió varios de estos caseríos del Bajo Guayabero
y habló con los pobladores que viven el día a día de una región rica en
recursos naturales y pobre en inversión, estigmatizada por un conflicto
fácilmente de resolver, y que sigue luchando a pesar de los contratiempos
A partir de las tres de la mañana, se escuchan pasos
acompañados de luces algunas blancas y otras azules, éstas causan temor ya que
apenas se oyen las voces de las ranas, y cientos de especies que-
aún quedan
(afortunadamente en la zona), claro el clamor del rio también le da un toque
misterioso a esas luces que parecen fantasmas caminando en Puerto Cachicamo en
el Guaviare.
Los fantasmas del río Guayabero no son más que pobladores
alumbrando sus caminos para iniciar labores desde tempanas horas.
Es común que todos tengan una linterna, ya que solo
tienen luz eléctrica 4 horas al día, desde las 6 de la tarde hasta las 10 de la
noche, sin embargo siendo esta una región tan pobre, esos fantasmas ya que no
existen para el Estado, pagan la luz más cara del país, un promedio de 180 mil
pesos mensuales.
Cuando se habla de la región del Bajo Guayabero se habla
de la zona conformada por los caseríos y veredas ubicadas a los dos costados
del rio Guayabero, desde la Macarena hasta el sector de Puerto Arturo en San
José del Guaviare.
Allí hay veredas del Meta como Bella Vista, el sector del
rio Cafre, La Tigra, Caño Carbón, Cabra, Nueva Colombia, Caño San José, El
Silencio, Tercer Milenio, y por el lado de Guaviare esta Puerto Arturo, La
Carpa, El Capricho, El Tigre, Puerto Nuevo,-
Puerto Cachicamo, veredas del
sector de la Macarena como la Catalina, Peñas Rojas, y otras 75 veredas mas,
que además se ha unido para conformar la Asociación de Campesinos y
Trabajadores del Rio Guayabero, Ascatragua.
Las Plantas Generadoras de Electricidad las presta la
Gobernación del Guaviare. “En el Guaviare”es una entidad privada que maneja
algunas regalías que van para las comunidades, avalada por la Gobernación.
El funcionamiento del servicio se sostiene en parte con
el recibo que paga la comunidad (establece los precios el comité de usuarios de
cada caserío) y otra parte con los tambores de combustible que llegan como
regalías.
Entonces se tiene que cobrar por puntos dependiendo de
los aparatos eléctricos y bombillos. Por ejemplo, si un campesino tiene 10
bombillos pagaría 150 mil pesos, es decir 15 mil por cada uno. En otros
caseríos cobran 20 por punto.
Todos los caseríos funcionan igual, aunque hay algunas
que no cuentan con redes como Nueva Colombia, pues la Alcaldía de San José no
ha ayudado con estas.
Entonces cada habitante debe tener su propia planta o
usar vela. Hay que decir que para el funcionamiento de las plantas se necesita
la gasolina y el precio del galón oscila entre 15 y 16 mil pesos.
La lucha por la supervivencia
En el sector del Guayabero hubo cultivo de coca, hoy en
día se ha exterminado al menos un 95% de estos.
En la actualidad los campesinos tienen cultivos de
pancoger, para consumo familiar y otros se dedican a la ganadería, sin embargo
no hay condiciones para que pueda producir, vender y vivir de eso, ya que no
cuentas con vías buenas de transporte y el costo por rio es exageradamente
alto.
Por ejemplo, a un campesino por la llevada de un racimo
de plátanos a San José del Guaviare en la voladora le cobran 5 mil pesos, y el
racimo lo puede vender en 6 mil a buen precio, eso sin contar el transporte de
la persona que le vale 75 mil pesos.
Esta situación deja al campesino anclado para que pueda
montar una producción, ajeno a la coca. Una cosa es hablar de la región del
Guayabero y de la coca, y otras muy diferente es estar en los zapatos del
campesino, que tiene que luchar para sobrevivir en un lugar abandonado del
Estado.
Mientras el Estado no brinde, un programa de sustitución
de cultivos, con las alternativas que se necesitan, que se garantice la compra,
buenos precios y estabilidad en estos, allí los habitantes se verán obligados a
tener su hectárea de coca como única alternativa de sobrevivir.
Anteriormente se podía explotar la madera, era permitida
la caza de animales y fue una zona dada a la venta de pieles de tigre. Hoy esto
es prohibido ya que la caza indiscriminada de animales ha llevado al riesgo de
extinción de muchos de ellos.
Pero los campesinos que se dedican a la ganadería, se ven
obligados muchas veces a asesinar a los tigres, ya que estos matan a la vacas,
y siendo esta su única forma de sustento, deben defender su supervivencia y la
de su familia. La gente tiene que comerciar con coca, hay problemas de
abastecimiento de remesas.
El tendero puede tener la mercancía, pero los negocios se
ven vacíos, porque le están pagando en mercancía, ¿quién le compra la
mercancía?
“Aquí han pasado épocas de casi un año sin ver un
billete”, le dijo a VOZ Ramiro Atehortua, encargado de prensa de Ascatragua.
Estigmatización y derechos humanos
Una de las cosas que tiene que sufrir la población de los
caseríos y veredas del Bajo Guayabero es la estigmatización por parte del
Gobierno Nacional y de algunos medios de comunicación que los señalan
frecuentemente de milicianos, guerrilleros o auxiliares de las FARC.
“Para nadie es un secreto que vivimos en zona roja, pero
eso no quiere decir que nosotros seamos guerrilleros. Debido a esto la Fuerza
Publica cuando llega, lo hace atropellando a las comunidades, sin importar la
edad de las personas.
En el 2008 el Ejercito hirió con sus balas a 4 niños en
Puerto Cachicamo cuando ellos estaban estudiando” añadió Ateorhotua.
El 9 de septiembre de 2009, el Ejército (Móvil 7 del
Batallón 63, que en ese entonces estaba dirigido por el Mayor Londoño) empezó a
disparar indiscriminadamente a 3 mecánicos provenientes de Bogotá quienes se
encontraban arreglando un carro, ellos fallecieron.
El Coronel Rojas del mismo Batallón aseguró que había
habido un enfrentamiento entre guerrilla y Ejército, lo que nunca sucedió ya
que los mecánicos estaban desarmados.
Denuncias de derechos humanos de la zona informaron que
en 2008 en el caserío de Nueva Colombia El Ejército asesinó al presidente de la
Junta de Acción Comunal de la vereda Puerto Nuevo.
También se habla de la violación de ancianos en la zona y
la manipulación de niños con dulces o regalos para que sean informantes. Muchos
campesinos le dijeron a VOZ que la Fuerza Pública se les llevó en varias
oportunidades, los plátanos la yuca, el ganado o los cerdos, sin permiso.
La idea según dicen los habitantes, es que quieren
aburrir a los habitantes para que desocupen las tierras ya que allí hay una
gran riqueza natural y una gran riqueza subterránea como Coltán y Petróleo.