sábado, diciembre 19, 2009

Parauribismo/
El régimen despoja de tierra a los campesinos para entregarla a sus amigos
Para entregarle la tierra a una de las familias más ricas de Santa Marta, Dávila Abondano, beneficiada con más de 2.200 millones de pesos de Agro Ingreso Seguro, el régimen desplazó violentamente a 123 familias campesinas humildes
Por Camilo Raigozo. Voz

Una información de la Corporación Sembrar conocida el pasado 23 de noviembre, en la que destaca la denuncia y la solicitud que hacen las 123 familias afiliadas a la Asociación de Campesinos del Corregimiento de Buenos Aires Asocab, del municipio El Peñón, sur del departamento de Bolívar, las cuales fueron víctimas de un desalojo brutal de sus tierras por tercera vez el pasado 14 de julio por parte del régimen.

Los campesinos humildes de las 123 familias ejercieron posesión del predio las Pavas, en el municipio El Peñón desde 1997. Hoy siguen insistiendo en que se les permita permanecer en el territorio para trabajar la tierra y conseguir el sustento para sus familias y para tener derecho a la soberanía alimentaria, así como proteger el medio ambiente.

Los labriegos advierten que a pesar de la evidente ilegalidad, aceptaron desalojar el predio pacíficamente, sin ningún tipo de confrontación y sin que se les permitiera siquiera recoger los alimentos que con tanto esfuerzo habían sembrado.

Unas cosechas fueron consumidas por los trabajadores de las empresas Palmeras CI Tequendama y Aportes San Isidro del grupo Daabon, amigos del Presidente y aportantes a las campañas de reelección. Otras cosechas fueron quemadas o arrasadas con maquinaria pesada.

La empresa Daabon, de la familia Davila Abondano, de Santa Marta, suministra aceite de palma al grupo internacional de cosméticos The Body Shop.

Como se recuerda tristemente, en el acto de corrupción legalizada por parte del régimen uribista y su ex ministro de Agricultura y actual candidato a la presidencia Andrés Felipe Arias, regalaron mediante la coartada denominada agro Ingreso Seguro (léase Agro Robo Seguro), más-

de 2.200 millones de pesos, del dinero de los colombianos, a la familia Dávila Abondano, propietaria del grupo empresarial Daabon, a su vez propietario de las firmas C.I Tequendama y Aportes San Isidro, quienes le tienen el ojo encima a los terrenos de los cuales fueron desalojadas las 123 humildes familias con la complicidad del régimen.

Pancoger vs palma aceitera

“Estamos en completa inseguridad alimentaria y crisis nutricional, sin tener donde producir nuestros alimentos, viéndonos obligados a recurrir a la asistencia alimentaría que nos han brindado de manera puntual algunas organizaciones internacionales, con ausencia de intervención estatal.

"Esta situación no puede ser permanente pues ya escasea la comida. En nuestra comunidad hay 191 niñas y niños, mujeres embarazadas y adultos mayores, que están sufriendo por falta de alimentos. Queremos producir nuestros alimentos, porque eso es lo que hemos hecho toda la vida, pero no tenemos tierra para cultivar.

"Los cultivos de palma aceitera en las Pavas y en el municipio de Regidor, al fin de cuentas, están acabando con el pequeño campesino y han impuesto una vocación distinta a la vocación histórica del territorio, donde por años hemos cultivado como campesinos”, dice un aparte de la urgente denuncia de las familias desplazadas por el Estado de terror.

La crisis también es sanitaria porque estas familias no tienen acceso a los servicios de salud y el centro médico más cercano se encuentra a tres horas de navegación por río.

Cuando alguien de la comunidad se enferma no tienen manera de trasladarlo hasta un centro médico, entonces esperan con impotencia que no ocurra lo peor. Lo mismo ocurre en cuanto al acceso de los niños al aprendizaje.
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“Vemos con frecuencia a la fuerza pública, acompañando a las empresas palmeras y nos tratan como si nosotros fuéramos peligrosos delincuentes, o gente de otro país.

"Nos ven con desconfianza y no nos dejan acercarnos a lo que legítima y legalmente nos pertenece, nuestro territorio.

Cuando en realidad son ellos que andan con delincuentes, como es el caso de Mario Mármol Montero, reconocido paramilitar quién trabaja con las empresas de los Dávila Abondano, armado y cuando se emborracha-

en el pueblo de Buenos Aires intimida a la población disparando sobre ella”, cuentan las víctimas desplazadas, quienes agregan que sienten temor por sus vidas ya que en la zona hay fuerte presencia paramilitar.

Han aprendido que el que se atreve a denunciar arriesga la vida. En el pasado reciente estos grupos criminales del régimen los desplazó varias veces de sus territorios.

“La reconocida firma internacional de cosméticos The Body Shop enviará a nuestras tierras, en la Hacienda las Pavas, una comisión de verificación para comprobar la veracidad de nuestras denuncias y tomar acciones concretas, pues la empresa Daabon se ha beneficiado de las arbitrariedades y omisiones del Gobierno colombiano.

"Sin embargo desconfiamos de la imparcialidad y objetividad de tal comisión, pues será financiada precisamente por quienes nos han sacado de nuestras tierras, el poderoso grupo económico Daabon”, advirtieron los campesinos.


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