Catatumbo, Norte de Santander
El gobierno abandonó los diálogos antes que cumplirle a los campesinos
En medio de constantes incumplimientos con los compromisos pactados y en una actitud arrogante la gobernación de Norte de Santander, la Vicepresidencia de la República y los alcaldes municipales se retiraron de la Mesa de Interlocución y Acuerdo pactada con los campesinos
Por Camilo Raigozo. Voz
Momentos en que la secretaria de gobierno de Norte de Santander Margarita Silva lee el comunicado en el que anunciaba el retiro del gobierno de la mesa de diálogo. Foto Camilo Raigozo.
El pasado 4 de diciembre en el municipio de Teorama, Norte de Santander, en el marco de la tercera sección de la Mesa de Interlocución y Acuerdo pactada entre los gobiernos municipales, departamental y nacional y las comunidades campesinas del Catatumbo,-
fueron rotas de manera unilateral por los representantes de las diferentes esferas de los gobiernos, quienes adujeron para ello el supuesto irrespeto por parte de los labriegos a las instituciones.
Así lo manifestó la secretaria de gobierno de Norte de Santander, Margarita Silva de Uribe, en un comunicado leído ante los dirigentes de la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat y los representantes de unas 70 veredas de la región.
Luego de que la funcionaria leyera el documento abandonó el recinto seguida por Fernando Ibarra, delegado de la Vicepresidencia de la República y de los alcaldes de Teorama y Hacarí, quienes de esta manera se pusieron del lado del gobierno dándole la espalda al campesinado catatumbero.
El 29 de agosto anterior, ante uso 500 campesinos e indígenas de 60 veredas, entre ellos los líderes de la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat y de la comunidad indígena Barí, firmaron los compromisos, el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar;-
la secretaria de gobierno, Margarita Silva; los alcaldes de Convención, Tibú, Teorama, El Carmen y San Calixto; los personeros municipales de El Tarra, San Calixto, Durania, Tibú, Teorama, Hacarí; la secretaría de Desarrollo Rural de Convención; delegados de los concejos municipales de Tibú, Teorama, El Carmen, San Calixto y Hacarí; Acción Social;-
Centro de Coordinación de Desarrollo Integral de la Presidencia de la República; Corponor; Defensoría del Pueblo; Diócesis de Tibú; Incoder; Parque Nacional Natural Catatumbo Barí; Procuraduría Regional de Norte de Santander y la Vicepresidencia de la República.
Los campesinos continuaran su lucha
Tres meses después los diferentes entes del Estado firmantes de los compromisos no habían cumplido casi nada de los puntos pactados con los labriegos, quienes tienen que hacer enormes esfuerzos para llegar hasta los sitios de las audiencias.
El punto álgido fue el concerniente a los mercados de ayuda urgente a las familias damnificadas por las erradicaciones forzadas y sin un plan alternativo, las cuales quedaron en la ruina y al borde del desplazamiento forzado.
Según el líder campesino Juan Carlos Quintero, algunas familias tuvieron que irse a Venezuela con la esperanza de conseguir allá lo que su país les ha negado.
La gobernación se había comprometido a darle a cada una de las familias arruinadas por las erradicaciones sin concertación ni ayudas, un mercado mensual de 350 mil pesos por cuatro meses.
Sin embargo, después de 90 días de incumplimiento, la gobernación envió a cada familia una bolsa que contenía algunos productos por valor de 12 mil 500 pesos, lo que ofendió la dignidad de los campesinos, quienes en su mayoría optaron por devolver las bolsas.
Hay que mencionar que algunas familias tuvieron que caminar un día o más para recibir el “mercado”. Otras tuvieron que pagar hasta 100 mil pesos de transporte, lo que hizo que la ofensa fuera mayor, con el agravante de que la gobernación, envió un emisario a vigilar que los campesinos no le entregaran los “mercados” a la guerrilla.
Cuando los campesinos le hicieron un duro pero respetuoso reclamo a la secretaria de gobierno, Margarita Silva, esta adujo que había sido un error no haberles avisado a tiempo de que estos no eran los mercados convenidos, sino un anticipo, pues aún no hay plata para dar cumplimiento a lo pactado.
Después del almuerzo Silva leyó el comunicado en el que oficializaba el retiro unilateral por parte de las diferentes instituciones del gobierno de la Mesa de Interlocución y Diálogo que venía desarrollando con el campesinado del Catatumbo.
No obstante, las comunidades continuaron su trabajo en la Mesa hasta el día siguiente como estaba previsto y le dijeron a VOZ que persistirán en ella para forjar la unidad, defender su territorio, los recursos naturales y energéticos, así como también para construir un Catatumbo en paz y una vida digna para cada uno de los habitantes de esta región del país.
También exigieron a los alcaldes, a la gobernación y a las demás instituciones del Estado cumplir con sus compromisos.
fueron rotas de manera unilateral por los representantes de las diferentes esferas de los gobiernos, quienes adujeron para ello el supuesto irrespeto por parte de los labriegos a las instituciones.
Así lo manifestó la secretaria de gobierno de Norte de Santander, Margarita Silva de Uribe, en un comunicado leído ante los dirigentes de la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat y los representantes de unas 70 veredas de la región.
Luego de que la funcionaria leyera el documento abandonó el recinto seguida por Fernando Ibarra, delegado de la Vicepresidencia de la República y de los alcaldes de Teorama y Hacarí, quienes de esta manera se pusieron del lado del gobierno dándole la espalda al campesinado catatumbero.
El 29 de agosto anterior, ante uso 500 campesinos e indígenas de 60 veredas, entre ellos los líderes de la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat y de la comunidad indígena Barí, firmaron los compromisos, el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar;-
la secretaria de gobierno, Margarita Silva; los alcaldes de Convención, Tibú, Teorama, El Carmen y San Calixto; los personeros municipales de El Tarra, San Calixto, Durania, Tibú, Teorama, Hacarí; la secretaría de Desarrollo Rural de Convención; delegados de los concejos municipales de Tibú, Teorama, El Carmen, San Calixto y Hacarí; Acción Social;-
Centro de Coordinación de Desarrollo Integral de la Presidencia de la República; Corponor; Defensoría del Pueblo; Diócesis de Tibú; Incoder; Parque Nacional Natural Catatumbo Barí; Procuraduría Regional de Norte de Santander y la Vicepresidencia de la República.
Los campesinos continuaran su lucha
Tres meses después los diferentes entes del Estado firmantes de los compromisos no habían cumplido casi nada de los puntos pactados con los labriegos, quienes tienen que hacer enormes esfuerzos para llegar hasta los sitios de las audiencias.
El punto álgido fue el concerniente a los mercados de ayuda urgente a las familias damnificadas por las erradicaciones forzadas y sin un plan alternativo, las cuales quedaron en la ruina y al borde del desplazamiento forzado.
Según el líder campesino Juan Carlos Quintero, algunas familias tuvieron que irse a Venezuela con la esperanza de conseguir allá lo que su país les ha negado.
La gobernación se había comprometido a darle a cada una de las familias arruinadas por las erradicaciones sin concertación ni ayudas, un mercado mensual de 350 mil pesos por cuatro meses.
Sin embargo, después de 90 días de incumplimiento, la gobernación envió a cada familia una bolsa que contenía algunos productos por valor de 12 mil 500 pesos, lo que ofendió la dignidad de los campesinos, quienes en su mayoría optaron por devolver las bolsas.
Hay que mencionar que algunas familias tuvieron que caminar un día o más para recibir el “mercado”. Otras tuvieron que pagar hasta 100 mil pesos de transporte, lo que hizo que la ofensa fuera mayor, con el agravante de que la gobernación, envió un emisario a vigilar que los campesinos no le entregaran los “mercados” a la guerrilla.
Cuando los campesinos le hicieron un duro pero respetuoso reclamo a la secretaria de gobierno, Margarita Silva, esta adujo que había sido un error no haberles avisado a tiempo de que estos no eran los mercados convenidos, sino un anticipo, pues aún no hay plata para dar cumplimiento a lo pactado.
Después del almuerzo Silva leyó el comunicado en el que oficializaba el retiro unilateral por parte de las diferentes instituciones del gobierno de la Mesa de Interlocución y Diálogo que venía desarrollando con el campesinado del Catatumbo.
No obstante, las comunidades continuaron su trabajo en la Mesa hasta el día siguiente como estaba previsto y le dijeron a VOZ que persistirán en ella para forjar la unidad, defender su territorio, los recursos naturales y energéticos, así como también para construir un Catatumbo en paz y una vida digna para cada uno de los habitantes de esta región del país.
También exigieron a los alcaldes, a la gobernación y a las demás instituciones del Estado cumplir con sus compromisos.