miércoles, junio 25, 2008

Willington por temor a la presencia paramilitar se lanzó al río Sanquianga para salvar su vida, cuando sacó la cabeza del agua para tomar aire le dispararon en la cabeza en varias ocasiones, causándole la muerte de manera inmediata. Su cuerpo fue arrastrado por la corriente sin que se haya logrado su recuperación..

Los paramilitares se dirigieron al joven conocido como el “Pipe” lo obligaron a salir de la canoa, lo golpearon con las culatas de los fusiles en el rostro y otras partes del cuerpo.

Luego lo embarcaron en la canoa en que se transportaban los jóvenes se lo llevaron río arriba en dirección a Cande. A la fecha no se sabe de la situación y la condición en que se encuentra el llamado “Pipe”.

Al otro joven lo dejaron en el lugar advirtiéndole que si quería vivir debía quedarse callado.

Jueves 05 de junio

hacia las 7:30 p.m. ingresaron al caserío San José de la Turbia, municipio de Olaya Herrera, conocido también como Bocas de Satinga, cerca de 15 hombres armados y vestidos de camuflado quienes se identificaron como Autodefensa Campesinas de Nariño, ACN, vestidos de camuflado y con brazaletes blancos con la sigla ACN en negro. Dos de ellos, estaban encapuchados.

Los paramilitares sacaron a la fuerza a los afrocolombianos varones de las casas y los reunieron en el patio del templo, luego de lanzar arengas en las que se anunciaban como “Autodefensas Campesinas del Nariño” sostuvieron que venían por los que están con las FARC, el que tenga relaciones que se entregue para no sacarlo.

“Colaboren, delaten y nosotros nos lo llevamos. La gente pensaba que nosotros no podíamos entrar a San José y ya llegamos, aquí estamos y vamos a tomarnos Satinga”.

Y agregaron: “No se les ocurra llamar al ejército porque nosotros lo sabemos, nosotros cooperamos con ellos y ellos nos dicen quiénes son los sapos, trabajamos juntos”.

Y agregaron: “Ustedes no vayan a hacer los que hicieron los de Cande de empezar a desplazarse, el que se desplaza es porque debe algo y tiene vínculos con la guerrilla.” Los afrocolombianos expresaron que en el pueblo no hay guerrilla.

Minutos después los paramilitares sacaron del grupo de hombres al afrodescendiente Francisco Hurtado, de cerca de 30 años de edad, a quien lo amarraron, lo colocaron boca abajo sobre el piso y lo empezaron a interrogar y lo acusaron de guerrillero

El afrodescendiente Francisco respondió que él era un aserrador y no estaba vinculado con la guerrilla.

Mientras presionaban a Francisco, los paramilitares impidieron que los demás pobladores lo ayudaran. Después de varios minutos de interrogatorios, los paramilitares manifestaron que quienes tuvieran armas deberían entregarlas so pena de ser asesinado “lo dejamos ahí, muerto” (…) “colaboren y entreguen las armas”.

Uno de los pobladores, Taylor Ortiz, manifestó públicamente que el tenía un un revolver y le ordenaron traerlo. Otros afrocolombianos entregaron su armas de caza. Los paramilitares expresaron que hacían eso para evitar muertes violentas entre los pobladores.

Los paramilitares luego de recoger todas las armas colocaron a Francisco amarrado, al frente de los demás pobladores, preguntaron por la ubicación de una gasolinera, al no escuchar una respuesta precisa golpearon a dos pobladores con las culatas de los fusiles. Al llegar a la gasolinera la saquearon totalmente

Antes de salir, se dirigieron a los pobladores manifestándoles: “ya nos vamos a ir. Vamos a contar hasta 3 y cuando termine de contar el que quede aquí lo matamos” Los afrodescendientes salieron corriendo hacia sus casas.

Hacia las 8:15 p.m. salieron del poblado los paramilitares llevándose a Francisco y desde esa fecha se encuentra desaparecido.

Sábado 7 de junio

A eso de las 6:30 p.m. los pobladores del caserío de San José de la Turbia vieron bajar por el río Sanquinaga un cadáver, que no supieron identificar.

Martes 10 de junio

En las horas de la mañana aguas arriba del río Sanquianga, se observaron cinco pirañas de la Infantería de Marina adscritas a la Brigada 70 con sede en Tumaco, al mando del militar Javier Barbosa.

Los efectivos regulares se ubicaron en el caserío El Cedro, municipio Roberto Payan, departamento de Nariño, ubicado a menos de cinco minutos del corregimiento de Cande, donde los paramilitares mantienen una base de operaciones con reten permanente.

Sábado 14 de junio

Hacia las 7:45 p.m. incursionaron nuevamente al caserío de San José de la Turbia, cerca de 15 paramilitares de las “Autodefensas Campesinas de Nariño, ACN. Los paramilitares sacaron a los pobladores de sus viviendas, cuando estos se encontraban viendo televisión esperando la transmisión del partido de fútbol Colombia – Perú.

Los afrodescendientes fueron obligados a reunirse frente a la Iglesia en dos grupos, uno de mujeres y otro de hombres, preguntaron por los pobladores que se habían ido. Los paramilitares expresaron:

“Ustedes saben que somos autodefensas y no le hacemos mal a nadie, solo a quien las debe. Acá arriba está la armada en El Cedro y si nosotros no cooperáramos con ellos nos estaríamos dando plomo, así que tranquilos que estamos juntos.

“Necesitamos que todos entreguen sus documentos de identidad, el que no le entregue se muere ya”. Los pobladores entregaron sus cédulas de ciudadanía y los que no la tenían consigo, fueron hasta sus casas a buscarlas.

Revisaron una a una las cédulas y ordenaron a los hombres hacer una fila y les ordenaron entregar todas las armas.

“Nosotros las quitamos por su propio bien, para que no se hagan daño entre ustedes, entréguenlas. Vamos a contar hasta cinco y al que le toque el número 5 lo sacamos y lo matamos”.

Empezaron a contar y cada vez que a alguien le tocaba el número cinco lo sacaban de la fila, lo arrojaban al piso y lo amenazaban con los fusiles. A dos afrocolombianos le apuntaron en la cabeza, mientras gritaban: “¿Quién tiene armas?”

Luego preguntaron “¿quién es Taylor Ortiz y Marcelo?”. Tailor levantó la mano. Los paramilitares lo sacaron de la fila y dijeron “a este lo matamos ya”. Buscaron una cabuya y lo amarraron.

Los paramilitares se dirigieron por cada una de las 100 casas del caserío, las requisaron hurtando dinero, joyas, y otros objetos de valor.

Después de la requisa casa a casa colocaron a Tailor frente a los demás hombres, a las mujeres les ordenaron que regresaran a su casa, incluyendo a la esposa del afrocolombiano.

A Tailor lo obligaron a tirarse al piso boca abajo, y uno de ellos se acercó a él, sacó un revolver y delante de todos, le disparó en tres ocasiones en la cabeza. Luego el paramilitar expresó:

“Ahí se lo dejamos, ustedes deciden si lo recogen a hora o mañana. Esto es para que aprendan que no estamos jugando con nadie, hablamos en serio. Cada vez que vengamos vendremos por alguien más”.

Los paramilitares devolvieron las cédulas y ordenaron al resto de pobladores que se fueran a su residencia.

Cuando estaban entregando las cédulas se escucharon dos embarcaciones tipo “Piraña” que bajaban río arriba desde El Cedro con dirección hacia Bocas de Satinga y al pasar al frente del caserío de San José de la Turbia pararon los motores por un par de minutos, como si fueran a arrimar a la orilla y luego siguieron río abajo.

Los paramilitares se dirigieron a la casa de Tailor y le dijeron a su esposa “Usted se tiene que ir de aquí, piérdase, rápido”. Luego tomaron de la casa de Tailor una planta, la licuadora y un motor fuera de borda.

Hacia las 9 p.m., cuando iba a iniciar el segundo tiempo del partido de fútbol que trasmitían por televisión, los paramilitares se fueron en dos embarcaciones hacia su base en el corregimiento de Cande.

Los pobladores levantaron el cuerpo de Tailor y lo llevaron a una casa donde empezaron a velarlo en medio del temor a represalias paramilitares. Algunos pobladores pasaron la noche fuera del caserío. Tailor fue sepultado el lunes 16 de junio en el municipio de Mosquera.


Continuar...


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