miércoles, febrero 20, 2008

Paramilitares torturan y desplazan a campesinos en el Cauca
Por Camilo Raigozo. Con información de Red DH Francisco Isaias Cifuentes

El pasado 2 de febrero, al corregimiento Don Alonso, en el municipio Patía (Cauca), arribó un grueso número de paramilitares, buscando al líder agrario José Giraldo Toro Meneses, quién se desempeña como secretario de la junta de acción comunal de la vereda El Hatico y también es secretario suplente del Comité Central Político de la cordillera del Patía.

Una vez en la casa del labriego, delante de sus esposa e hijos procedieron a golpearlo brutalmente y a torturarlo.

Luego de intimidar a su familia, a José Giraldo lo arrastraron a otra zona de la parcela y durante diez minutos lo tumbaron al piso, le amarraron las piernas a la altura de las rodillas y un paramilitar se paro encima aumentando el suplicio, mientras los demás lo golpeaban con patadas, golpes y lo quemaron con cigarrillos en varias partes del cuerpo.

A continuación lo soltaron, le colocaron un camuflado y un pasamontañas y lo condujeron al sector La Cadena sobre la carretera que comunica a los corregimientos de Brisas y Don Alonso. Poco después llegó al lugar un automotor de marca Daihatsu de color azul del cual descendió un sujeto al que los ‘paras’, llamaron “Venezuela”.

Toda la noche atado de pies y manos

Cerca de las 7: 30 de la mañana, cerca de quince comuneros entre familiares y vecinos se dirigieron al grupo paramilitar y le reclamaron al retenido. Al escuchar el clamor de los campesinos, alias “Venezuela” desenfundo una pistola, la colocó sobre el cuello de José Giraldo y grito, “si este man no colabora, tienen que traer muerto a este gonorrea”.

“Venezuela” arrastró a José Giraldo hasta el carro, le quitó el pasamontañas y le vendó los ojos con una pañoleta, lo subió al auto y emprendieron la huida a eso de las ocho de la mañana.

En el trayecto, cada que pasaban por caseríos o se escuchaban voces, lo hacían agachar y le daban culatazos con los fusiles. Cerca de las 9:30 de la mañana, el grupo ’para’ que llevaba secuestrado a Toro Meneses, arribó al caserío El Zarzal, corregimiento Don Alonso.

Le cambiaron la venda por el pasamontañas y lo condujeron por el camino que lleva a la vereda La Cristalina. Como a las 11 llegaron a una casa desde donde se divisaba el casco urbano de la vereda El Zarzal y lo encerraron en un cuarto donde pasó la noche atado de pies y manos.

Mientras tanto, en el casco urbano del municipio del Patía, mediante comunicación telefónica, el campesino Eliecer Toro se enteró de la retención de su hijo José Giraldo, ante lo cual se dirigió al despacho del personero municipal Nelson López, quién a su vez se lo hizo saber a Víctor Meléndez, actual defensor regional del pueblo.

Domingo 3 de febrero de 2008

A las 10 de la mañana, el cabecilla paramilitar alias “El Cucho”, ordenó que soltaran las ataduras del secuestrado y le dijo, “piense bien, usted tiene sus dos hijos y su mamá. Colabore y si no lo tiro al hueco y lo mato, necesitamos que nos de información de milicianos, de armas o bombas. Nosotros somos paras y si no colabora lo llevamos a chuzo parejo hasta la vereda, que salga la gente y le pegamos dos tiros”.

Todo el núcleo familiar integrado por el padre, la madre, siete hijos y trece nietos, que habitaban la pequeña parcela, se vieron obligados a dejar atrás toda su historia, sus bienes materiales y pasar a ser otro número de los más de cuatro millones de desplazados que deambulan en Colombia, víctimas del terrorismo de Estado y su brazo paramilitar.


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