Terrorismo de Estado
Ejército asesinó a un campesino en Tarazá, Antioquia
Por Camilo Raigozo. Notimundo
El nuevo crimen oficial fue perpetrado al medio día del
pasado 29 de febrero en la vereda Tesorito Alto, municipio de Tarazá,
denunciaron a Notimundo miembros de la comunidad afectada.
Según la denuncia, luego del asesinato los militares
trataron de justificarlo aduciendo que la víctima era un guerrillero. La comunidad impidió que los uniformados trasladaran el cuerpo en
helicóptero para evitar el procedimiento legal del levantamiento.
De esta manera los campesinos evitaron que los agentes
del régimen pudieran “legalizar” el crimen haciendo pasar a la víctima como
guerrillero dado de baja en combate, lo que se conoce como falso positivo.
Así mismo los militares se negaron hasta último momento a
devolverles a los familiares los documentos de
identidad de la víctima identificada como Gilberto de Jesús Quintero
Monsalve, a lo que accedieron por la presión de los habitantes.
Campesinos de otras veredas se movilizaron hasta el sitio
de los hechos para evitar que los criminales secuestraran el cadáver, obligándolos a acatar las disposiciones
legales y fuese la Personería y el CTI de la Fiscalía quienes realizaran el
levantamiento del cuerpo.
Ante la imposibilidad de trasladar los restos mortales de
la víctima en helicóptero hasta una guarnición militar, los soldados trataron
de convencer a los campesinos de que fueran ellos los que alteraran la escena
del crimen pero la respuesta de los labriegos fue contundente: solo se hace el
levantamiento siguiendo el procedimiento legal.
Así fue como a las nueve de la noche de la misma fecha,
arribaron al sitio una comisión de la Personería y de la Fiscalía a realizar el
levantamiento del cadáver.
Las comunidades también denunciaron que hace un mes una
mujer en estado de embarazo fue asesinada por el Ejército en el municipio de
Cáceres.
Del mismo modo la fuente señala que el Ejército está
violando permanentemente los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario
con abusos tales como el lanzamiento indiscriminado de morteros, los cuales han
dejado varias personas mutiladas; retenes ilegales, maltrato a los campesinos, ocupación permanente de bienes comunitarios
como las canchas de futbol y los salones comunales, empadronamientos y control de la movilidad,
entre otros.