Foto: Crónicas del Quindío |
Terrorismo de Estado
El Ejército tuvo que pedir perdón por el asesinato a
sangre fría de un campesino en Génova, Quindío
Por Camilo Raigozo. Notimundo
El pasado 27 de marzo en el municipio de Génova, Quindío,
cabecillas del Ejército tuvieron que pedir perdón a la familia del campesino
Bernardo de Jesús Cano Rivera y a las comunidades de la región por el asesinato
a sangre fría del labriego.
La orden fue dada por el Consejo de Estado luego de que se
comprobara que esta desprestigiada institución fue la responsable del
asesinato.
El crimen fue perpetrado por terroristas pertenecientes
al Batallón de Ingenieros 8 Francisco Javier Cisneros, adscrito a la Octava
Brigada del Ejército, el 20 de junio de 1997 en zona rural de la localidad
mencionada.
Los bandidos del régimen llagaron hasta la finca La
Sonora, ubicada en la vereda La Granja y sacaron por la fuerza a Bernardo de
Jesús Cano Rivera, de 21 años de edad, padre de dos hijos y lo secuestraron.
Posteriormente lo asesinaron y lo presentaron como “guerrillero de las FARC dado
de baja en combates”.
Bernardo de Jesús Cano Rivera, asesinado por el Ejército. Foto: Crónicas del Quindío |
El alto tribunal destacó que luego de cegarle la vida al
labriego los bandidos procedieron a modificar la escena del crimen, a adulterar
la vestimenta de la víctima y a planificar la perversa estrategia para
cobijarse con el manto de la impunidad que duró más de 18 años.
Acatando la sentencia del Consejo de Estado, este 27 de
marzo se realizó en la plaza principal de Génova, una ceremonia en la que el actual comandante
del batallón implicado en el crimen, teniente coronel Édgar Urbina Carrillo,
reconoció ante los familiares de Cano Rivera y las comunidades el asesinato del
campesino por parte de sus tropas.
Actualmente cursa en el Congreso un proyecto de ley
impulsado por el ministra de Defensa Juan Carlos Pinzón, el presidente Juan
Manuel Santos, el uribismo, parlamentarios inescrupulosos y altos mandos
militares, que tiene como objetivo garantizar impunidad a los crímenes de
militares y policías especialmente de alto rango.