viernes, noviembre 28, 2014

Coronel Germán Rojas
San José de Apartadó
Acusan al comandante de la Brigada 17, coronel Germán Rojas y a sus tropas de ser un peligro para para la comunidad
Por Camilo Raigozo. Notimundo

El  pasado 21 de noviembre tropas del Ejército infringieron nuevamente el Derecho Internacional Humanitario (DIH), al desarrollar operativos dentro del casco urbano de San José de Apartadó, en momentos que líderes de las comunidades mantenían una reunión con las autoridades civiles locales y departamentales.

“En esta ocasión, el Ejército nutrió su jornada o acción cívico-militar trayendo personas ajenas a la comunidad”, denunció a Notimundo el Comité de y para los Derechos Humanos de San José de Apartadó.

Según el documento, luego de terminada la jornada en la emisora radial Antena Estéreo de Urabá, el coronel Germán Rojas hizo señalamientos falaces y temerarios contra los líderes campesinos y miembros del comité de derechos humanos.

“(…) ese comité y los que dicen ser defensores de derechos humanos son unos aparecidos, no representan a la comunidad y no son los líderes de las comunidades. Son 5 personas que llevan 2 o 3 años en la región. El que más, lleva 4 años. Son los que especulan y los que mal informan a la comunidad (…)”, expresó el coronel Rojas, según la denuncia.

A la pregunta del periodista sobre si se levantan los líderes de la Mesa Regional con la Gobernación, Rojas contestó que: “(…) es que allí no hay una mesa, solo son unos 4 o 5 que dicen ser líderes que no representan a la comunidad. Son personas que no viven hace mucho en San José”.

Por su parte el comandante del Batallón Voltígeros, de apellido Rojas, no se quedó atrás en los ataques contra los defensores de derechos humanos. Este dijo entre otras cosas que “no es una jornada cívico-militar sino una jornada de apoyo al desarrollo.

“La actividad fue exclusivamente para los niños; esperábamos  mucha participación pero algunos líderes malinformaron a la comunidad para que no asistiera la gente de las veredas”.

En el mismo sentido habló el secretario de gobierno Fredy Largo quién desconociendo las disposiciones del DIH aseguró que sí era una jornada cívico-militar pero que el ejército tiene todo el derecho a realizar dichas jornadas y lamentó que “5 líderes mal informaban a las personas para que no asistan a la jornada”.

El 26 de octubre anterior las comunidades impidieron mediante una protesta pacífica la realización de un operativo cívico-militar que se disponía a realizar la Brigada 17 en el casco urbano del corregimiento de San José de Apartadó.

La valerosa respuesta de los pobladores a las infracciones del Ejército al DIH que los pone en alto riesgo desató la ira de los uniformados, especialmente del coronel Rojas.

Ese mismo día y el siguiente, el coronel German Rojas y el teniente Javier Rojas declararon en varios medios de comunicación  que la protesta había estado dirigida por cuatro personas colaboradores del Quinto Frente de las FARC EP; que había encapuchados y que los niños habían sido puestos como escudos humanos. Además amenazó a los protestantes con denunciarlos penalmente ante la Fiscalía.

El 6 de noviembre pasado, en un espacio de interlocución entre el Ejército y la comunidad, el cual fue propiciado por la Oficina de Derechos Humanos de la Gobernación de Antioquia y la Pastoral Social, en la que estuvieron presentes además, la Procuraduría, Personería y Defensoría, el general Leonel Pinto de la Séptima División del Ejército, pidió disculpas a la comunidad y se comprometió a rectificar públicamente los señalamientos perversos del coronel Rojas y otros subalternos.

Sin embargo al cierre de esta nota Pinto no había cumplido el compromiso, señala el Comité de Derechos Humanos.

Las comunidades y los dirigentes de San José de Apartadó les enseñan a los mandos castrenses que las llamadas acciones cívico militares, violan la legislación nacional que protege los derechos de los niños, las niñas y la adolescencia. 

Más exactamente el numeral 29 del Artículo 41 de la Ley 1098 del 2006 del Código de Infancia y Adolescencia, el cual reza: “Asegurar que no sean expuestos a ninguna forma de explotación económica o a la mendicidad y abstenerse de utilizarlos en actividades militares, operaciones psicológicas, campañas cívico-militares y similares”.

Cabe recordar que el 11 de junio de 2010 el Estado colombiano recibió  recomendaciones  del Comité Internacional de los Derechos de los niños, advirtiéndolo de que las operaciones cívico-militares violan el  Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados.

Las operaciones cívico-militares van en contravía del DIH porque violan los principios de Prevención y  de  Distinción, ya que se utiliza a la población civil con fines militares estratégicos y la expone al  peligro de  la confrontación armada.

Los pobladores de San José de Apartadó no olvidan la masacre cometida por militares y paramilitares en febrero de 2005 en la que fueron asesinadas 8 personas, entre ellas, tres niños.

Tampoco olvidan a todas las víctimas del corregimiento, como el caso de los  asesinatos de Carlos Torres, el 9 de abril de 2013, Deimer Guaca, en octubre del 2012 y el de la niña Yerit Magal Muñoz, el pasado 2 de julio, crimen cometido por el Ejército quién la presentó como guerrillera dada de baja en combate.

“También recordamos con consternación las veces en que  han sido ametrallados y bombardeados de manera indiscriminada nuestros hogares por la fuerza pública”, dicen con indignación los denunciantes.

Las víctimas mortales que ha dejado en San José de Apartadó la demencial estrategia militar-paramilitar del régimen sobre pasan las doscientas.



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