Diálogos de paz
Guerreristas atacan al proceso de paz aprovechando
desenlaces propios del conflicto
Por Camilo Raigozo. Notimundo
Hay que aclararle a la caterva uribista, a los medios de
desinformación afines al guerrerismo y a los enemigos de la paz en general, que
el Derecho Internacional Humanitario es claro en definir que los combatientes
de uno u otro bando hechos prisioneros por el enemigo de ninguna manera pueden
ser catalogados como secuestrados.
Según la definición que el Derecho Internacional Humanitario da para un
conflicto armado interno, como es el caso de Colombia, es que los prisioneros,
ya sean soldados o guerrilleros, es el de combatientes que perdieron su
libertad por acciones del conflicto.
En ningún caso son secuestrados como esgrime Uribe, sus
secuaces y los medios desinformativos de la oligarquía para atacar el proceso de paz de La Habana.
La caterva uribista exigiendo más litros de sangre. Foto Internet |
Por lo tanto los soldados, policías y guerrilleros
muertos, heridos o prisioneros, producto de la ardorosidad de los combates, son
víctimas del régimen y de los guierreristas que se han negado a parar la barbarie
pactando un cese bilateral del fuego.
La actitud de Uribe y sus seguidores al pedir la
suspensión de los diálogos de paz de La Habana por el hecho de que dos soldados
cayeron prisioneros en manos de las FARC EP en medio de combates en Arauca, es
la expresión más cínica y descarada que individuo alguno pueda tener.
Quieren la continuidad de la guerra por los jugosos dividendos
económicos y políticos que les representa y porque están seguros que no son sus
hijos los que mueren o quedan seriamente heridos en los combates.
El pueblo colombiano que es realmente el que continúa pagado
con lágrimas, sudor y sangre, la barbaridad de la guerra que las élites
mantienen contra la mayoría de los colombianos, debe respaldar con firmeza la
mesa de diálogos y exigir que se declare inmediatamente el cese bilateral del
fuego para salvar las vidas de soldados, policías, guerrilleros y civiles. Lo
demás es hipocresía barata.