Terrorismo de Estado
Denuncian actos terroristas del Ejército contra los campesinos en
El Tarra, N. de Santander
Por Camilo Raigozo. Notimundo
El pasado 5 de febrero a las 2:30 de la tarde hizo
presencia en el corregimiento Filo Gringo una patrulla del ejército adscrita a
la Fuerza de Tarea Vulcano, bajo el mando del cabo Torres y otros comandantes.
Luego de sostener combates con la guerrilla en las
montañas aledañas las tropas entraron a las áreas civiles y agredieron con saña
a los pobladores según denunció la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat.
Los uniformados estatales incendiaron la finca del
campesino Víctor Manuel Manrique, dejando al menos cinco hectáreas totalmente
calcinadas. Ante estos actos criminales
Manrique junto con su esposa, hijos y algunos obreros trataron de apagar el
fuego para salvar los pastos y otros bienes.
En esos momentos se encontraron con los militares quienes
agarraron a Manrique y trataron de llevárselo violentamente a la montaña donde
otros soldados los esperaban. Los agresores amenazaron al campesino con matarlo
y le prohibieron que denunciara el caso.
Por fortuna la familia y los obreros rescataron a
Manrique impidiendo que los uniformados lo secuestraran y muy posiblemente lo
asesinaran o lo desaparecieran. Según Ascamcat, entre los militares había
varios paramilitares encapuchados, lo que generó pánico entre los pobladores.
Los labriegos pudieron identificar a varios de los
maleantes como uno con el alias de Carpintero, y otros dos con los apellidos de
Capera y Martínez.
El 6 de febrero nuevamente se presentaron combates entre
el ejército y la insurgencia por espacio prolongado en las montañas aledañas.
Después de los combates en tierra tres helicópteros del ejército, ametrallaron
la zona indiscriminadamente, poniendo en alto riesgo a la población civil.
A las 10 de la mañana del mismo día militares ingresaron
a la finca de Juan Francisco Caro, insultándolo junto a su familia. Luego los
hicieron arrodillar y tirar al piso. Acto seguido les dispararon muy cerca de
los cuerpos.
Luego procedieron a allanar ilegalmente la vivienda pateando
las puestas, insultando a los moradores y los señalaron a los padres y a los
hijos de ser guerrilleros.
Los atropellos continuaron en la casa de Jhon Uribe, su
esposa, sus hijos, y cuñado. Allí Los soldados allanaron, y amenazaron a los
habitantes para que se salieran o de lo contrario amenazaron con arrojar una
granada para matarlos a todos.
Seguidamente, como en los caos anteriores, los hicieron
arrodillar y los tiraron al suelo, y los amenazaron que si no obedecían los
mataban a plomo.
En esos momentos pasaban varios campesinos por un potrero
y fueron atacados por los militares quienes les dispararon varias veces,
afortunadamente sin ningún saldo trágico. Los disparos dañaron las paredes del
centro educativo y del restaurante escolar de la vereda Buenos Aires. Sin
embargo dañaron a patas las puertas del establecimiento.
A tres casas de la anterior los militares continuaron
atropellando a las familias. En esta ocasión el turno fue para Sharit Daniela
Sanguino Guerrero, otras cinco personas adultas y dos niños, que se encontraban
en la vivienda.
Hicieron arrodillar a todos, los tiraron al piso y
cogieron a patadas a Yosmairo Duran Sánchez y a Julio Cesar Duran. Luego
hicieron disparos dentro de la vivienda.
Las tropas tomaron la casa como hospedaje, infringiendo
gravemente el Derecho Internacional Humanitario y poniendo en alto riesgo la
vida de los niños y demás personas que allí residen.
Como si lo anterior fuera poco, los militares robaron
gallinas y en los allanamientos ilegales, robaron celulares y dinero en
efectivo de las víctimas.
“La Asociación Campesina del Catatumbo se une al clamor
del corregimiento Filo Gringo y vereda Buenos Aires que vienen sufriendo el
accionar desproporcionado arbitrario y abusivo de la tropa.
“Rechazamos los continuos señalamientos de los mandos y
soldados del ejército, relacionando a los civiles con la insurgencia, en medio
de la impotencia por no poder resolver por la fuerza un conflicto armado cada
vez más degenerado”, expreso Ascamcat en el comunicado.
Igualmente advirtió la organización campesina que “La
paciencia de las comunidades se viene agotando y ese comportamiento de la
fuerza pública está generando gran malestar y zozobra, debido a las sistemáticas
violaciones de derechos humanos”.
Ascamcat responsabiliza directamente al ministro de
Defensa Juan Carlos Pinzón por cualquier
situación que ponga en peligro la seguridad del campesinado.