domingo, octubre 13, 2013

Capturan a otro uribista pura sangre en el norte del país
Ayer en la noche agentes de la Fiscalía capturaron a Juan Francisco Gómez,  alias “Kiko Gómez”, gobernador de La Guajira,  investigado por su presunta responsabilidad en múltiples crímenes, actos de corrupción y paramilitarismo
Por Camilo Raigozo. Notimundo

Agentes del  CTI de la Fiscalía capturaron ayer sábado en horas de la noche al presunto criminal Juan Francisco Gómez, alias “Kiko Gómez”, señalado de ser el responsable de múltiples crímenes, concierto para delinquir, paramilitarismo y corrupción, entre otros delitos.

Según información de los medios el presunto delincuente  opuso resistencia y sus escoltas conjuntamente con algunos habitantes del municipio de Barrancas, donde se encontraba,  trataron de impedir la captura, pero a las 8:30 de la noche, el sujeto salió en una ambulancia acompañado de los agentes del CTI.

El 3 de abril de este año el expresidente Uribe a través de su cuenta Twitter afirmó que se había presentado un  atentado con explosivos contra el gobernador de La Guajira.  Santos desmintió al expresidente y dijo que "los enemigos de la paz están inventando historias para envenenar el ambiente y sabotear el proceso de paz”.

Cabe preguntarse si  ¿el falso atentado era en realidad un complot orquestado por Uribe y Gómez, para desprestigiar al gobierno de Santos y atacar el proceso de paz?

A continuación apartes de del historial de “Kiko Gómez” divulgados por la revista Semana:

La historia del cuestionado gobernador

Juan Francisco Gómez Cerchar nació en Barrancas hace 54 años, en una familia liberal que se hizo rica en el sur de La Guajira sembrando arroz y algodón y engordando ganado. Forjaron la fortuna durante el auge del contrabando. “Kiko fue compañero de travesuras de Santa Lopesierra en Maicao”, cuenta una persona que lo conoce.

 Lopesierra es el famoso hombre Marlboro, que llegó al Senado en 1994, cuando ya era conocido como el zar del contrabando. Fue extraditado en 2003 y en 2007 fue condenado a 25 años de prisión en Estados Unidos por traficar más de dos toneladas de cocaína.

“Yo sí conocí a Santa. Santa es una persona normal. Todo el mundo votó por él aquí. Fue senador. Fue un hombre de bien. Y está pagando una cárcel en Estados Unidos. Normal”, le dijo el gobernador Gómez a esta revista.

La historia de Kiko Gómez en la política comenzó cuando se hizo elegir concejal de Barrancas en 1992. Desde entonces, hace ya más de 20 años, se tomó el poder de este municipio que recibía un promedio de 30.000 millones de pesos anuales por las regalías del carbón, y no lo ha soltado.

Ha sido dos veces alcalde de Barrancas (de 1995 a 1997, y de 2001 a 2003) y en los intervalos él mismo ha puesto a su sucesor. Eso ocurrió, por ejemplo, con Yandra Brito, a la cual apoyó para que lo sucediera en la Alcaldía en el periodo 2004 a 2007, como en efecto pasó.

Antes de ser concejal, en 1991 Kiko Gómez estuvo preso por un allanamiento en el que le encontraron varias armas sin salvoconducto y ocho gramos de cocaína. Solo estuvo dos meses en la cárcel. Y lo curioso es que a un primo suyo, al que capturaron con él, lo dejaron preso.

Desde entonces nació un mito en La Guajira: que las denuncias contra Kiko Gómez no son investigadas. Semana le preguntó a las cabezas en Bogotá de tres agencias de investigación del Estado y en los tres casos la respuesta fue la misma: no confían en todos sus operadores en La Guajira.

En ese departamento recuerdan con nombre propio a los que han tenido la valentía, o la osadía, de enfrentarlo. El primero, el concejal Luis López Peralta, quien en febrero de 1997 dijo que tenía la prueba de que Kiko Gómez había provocado el incendio de la oficina jurídica de la Alcaldía para borrar las irregularidades de su primera administración en Barrancas.

López, un folclorista y comerciante reconocido en la región, aspiraba a la Alcaldía para el periodo que comenzaba en 1998. El 27 de febrero de 1997, dos hombres entraron a su oficina en un hotel de la ciudad y lo acribillaron.

Ese hecho coincide con la llegada de los paramilitares al sur de La Guajira de la mano de Jorge Gnecco Cerchar, pariente de Kiko Gómez Cerchar. Semana encontró en dos expedientes viejos de la Fiscalía otras denuncias que involucrarían al gobernador.

Uno, de la Fiscalía 2 de Riohacha, habla de una masacre cometida por los paramilitares el 7 de abril de 1999 en Fonseca, Guajira, y en la denuncia identifican a varios integrantes del grupo que supuestamente era comandado por Marquitos Figueroa y financiado por Kiko Gómez.

El otro, en la Fiscalía 16 de anticorrupción, reposa una denuncia también contra Gómez por nexos con paramilitares.

Otro que también se atrevió a cuestionar a Kiko Gómez fue Wilson Martínez, secretario de Gobierno y periodista de Fonseca, que denunció cómo utilizaban los recursos del municipio para gastos personales.

Según un reporte de la Fiscalía, tras sus denuncias, el 6 de abril de 2001, cuatro personas llegaron a su casa preguntando por él, dispararon contra un hermano y se llevaron a Martínez, a quien luego encontraron muerto en la vía que va de Fonseca a Barrancas.

 En la investigación, el fiscal 2 especializado de Riohacha se inhibió de abrir investigación contra Figueroa.

Tras su segundo periodo en la Alcaldía, que terminó en 2003, Kiko Gómez tiene aún activas tres investigaciones en la Fiscalía por peculado y una por prevaricato.

En la lista de los que han osado confrontarlo están también el procurador de Riohacha, Wiston Araújo Ramírez, asesinado en 2006 en Valledupar; un investigador de la Policía que le contó a Semana cómo él pedía allanamientos a Kiko Gómez y ningún fiscal local se los firmaba; y un fiscal de Bogotá que recuerda cómo le ha tocado denunciar a varios operadores judiciales de La Guajira que se pasan por la faja los códigos.

Hasta Bogotá, al parecer, ha llegado a intimidar. Así le ocurrió a Carlos Fernando Galán, que cuando lo nombraron director de Cambio Radical, en una valerosa decisión, le quitó el aval.

El guajiro viajó de inmediato a Bogotá y en medio de la conversación uno de sus asesores le dijo a Galán: “A usted también le puede aparecer hoy mismo una investigación en Riohacha”.

Tampoco se escapó León Valencia, quien dio la cara por una ‘lista negra’ de candidatos que la corporación Arco Iris le entregó al gobierno en la que aparecían aspirantes cuestionados por presuntos nexos con grupos ilegales en la que figuraba Kiko Gómez.

 El Espectador la publicó, y ese mismo día Marcos Figueroa citó a una investigadora de Arco Iris para que se vieran en un hotel y León Valencia recibió tres llamadas amenazantes de La Guajira. Los dos pusieron pies en polvorosa. Cabe anotar que el contendor de Kiko en las elecciones, Bladimiro Cuello, también está en el exilio.

La maldición guajira

Pero la historia que rebosó la copa del miedo que hoy se siente en La Guajira, y la que más puede enredar al gobernador, es la de los asesinatos de la exalcadesa Yandra Brito y de su esposo Henry Ustaris.

Yandra era médica y el entonces alcalde Kiko Gómez la puso como directora del hospital de Barrancas y luego la escogió para ser su sucesora para el periodo 2004-2007. Una vez como alcaldesa, la presión por burocracia y contratos fue tanta que su esposo tuvo que intervenir.

“Hubo fricciones entre ellos porque Kiko quería más. Les dijo que él necesitaba plata”, le contó una persona de Barrancas a Semana. Hubo amenazas de uno y otro lado. “Yo también tengo como matar”, le dijo Ustaris a Gómez.

En abril de 2008, en la carretera que va de Fonseca a Barrancas, como si fuera una película, desde un carro en movimiento que lo venía siguiendo le dispararon con fusiles al vehículo de Ustaris.

Murieron tanto él como su escolta. Kiko Gómez fue al funeral a dar las condolencias. Y cuando apareció, Yandra les dijo a sus hijos menores de 7 años: “Miren bien a ese señor para que no se les olvide que fue el quien mandó a matar a su papá”.

Yandra puso una denuncia penal en julio de ese mismo año en la que señaló “como autor intelectual del crimen al señor Juan Francisco Gómez Cerchar”.

Hizo la denuncia porque, según escribió, ella y sus dos hermanos venían siendo “amenazados telefónicamente por secuaces al servicio de Gómez Cerchar” ya que estaban investigando los motivos del asesinato.

En la denuncia incluyó evidencias de por qué lo acusaba y dio nombres propios de todos los que habían participado en la operación. Le dijo a un investigador que Marcos Figueroa era el que había conseguido los fusiles y que había estado en la casa de Kiko Gómez diez días planeando el asesinato. La investigación no se inició.

Ese mismo año, en 2008, dos despachos de la Fiscalía en Riohacha le dictaron dos inhibitorios a Kiko Gómez, uno por la muerte de Luis Alejandro Rodríguez Frías y Rosa Mercedes Cabrera, y otra investigación por amenazas.

Yandra Brito repitió la denuncia en abril de 2009. Su mamá también denunció, en 2011, abogando por todos sus hijos y pidiendo protección al gobierno nacional. Pero nada valió. Finalmente, a Yandra la mataron el 28 de agosto del año pasado.

El gobernador Juan Francisco Gómez siempre ha negado todo esto y dice que son calumnias de sus contradictores. Por el bien del país es importante aclarar pronto la situación. Si es inocente para que de una vez por todas se despejen todas las dudas. Y si no, para que no se repita aquella historia. Foto: Semana.


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