Capturan a otro uribista pura sangre en el norte del país
Ayer en la noche agentes de la Fiscalía capturaron a Juan
Francisco Gómez, alias “Kiko Gómez”, gobernador
de La Guajira, investigado por su
presunta responsabilidad en múltiples crímenes, actos de corrupción y
paramilitarismo
Por Camilo Raigozo. Notimundo
Agentes del CTI de
la Fiscalía capturaron ayer sábado en horas de la noche al presunto criminal Juan Francisco Gómez, alias “Kiko Gómez”, señalado de ser el responsable de
múltiples crímenes, concierto para delinquir, paramilitarismo y corrupción, entre
otros delitos.
Según información de los medios el presunto delincuente opuso resistencia y sus escoltas conjuntamente
con algunos habitantes del municipio de Barrancas, donde se encontraba, trataron de impedir la captura, pero a las 8:30
de la noche, el sujeto salió en una ambulancia acompañado de los agentes del
CTI.
El 3 de abril de este año el expresidente Uribe a través
de su cuenta Twitter afirmó que se había presentado un atentado con explosivos contra el gobernador
de La Guajira. Santos desmintió al
expresidente y dijo que "los enemigos de la paz están inventando historias
para envenenar el ambiente y sabotear el proceso de paz”.
Cabe preguntarse si ¿el falso atentado era en realidad un
complot orquestado por Uribe y Gómez, para desprestigiar al gobierno de Santos y
atacar el proceso de paz?
A continuación apartes de del historial de “Kiko Gómez”
divulgados por la revista Semana:
La historia del cuestionado gobernador
Juan Francisco Gómez Cerchar nació en Barrancas hace 54
años, en una familia liberal que se hizo rica en el sur de La Guajira sembrando
arroz y algodón y engordando ganado. Forjaron la fortuna durante el auge del
contrabando. “Kiko fue compañero de travesuras de Santa Lopesierra en Maicao”,
cuenta una persona que lo conoce.
Lopesierra es el
famoso hombre Marlboro, que llegó al Senado en 1994, cuando ya era conocido
como el zar del contrabando. Fue extraditado en 2003 y en 2007 fue condenado a 25
años de prisión en Estados Unidos por traficar más de dos toneladas de cocaína.
“Yo sí conocí a Santa. Santa es una persona normal. Todo
el mundo votó por él aquí. Fue senador. Fue un hombre de bien. Y está pagando
una cárcel en Estados Unidos. Normal”, le dijo el gobernador Gómez a esta
revista.
La historia de Kiko Gómez en la política comenzó cuando
se hizo elegir concejal de Barrancas en 1992. Desde entonces, hace ya más de 20
años, se tomó el poder de este municipio que recibía un promedio de 30.000
millones de pesos anuales por las regalías del carbón, y no lo ha soltado.
Ha sido dos veces alcalde de Barrancas (de 1995 a 1997, y
de 2001 a 2003) y en los intervalos él mismo ha puesto a su sucesor. Eso
ocurrió, por ejemplo, con Yandra Brito, a la cual apoyó para que lo sucediera
en la Alcaldía en el periodo 2004 a 2007, como en efecto pasó.
Antes de ser concejal, en 1991 Kiko Gómez estuvo preso
por un allanamiento en el que le encontraron varias armas sin salvoconducto y
ocho gramos de cocaína. Solo estuvo dos meses en la cárcel. Y lo curioso es que
a un primo suyo, al que capturaron con él, lo dejaron preso.
Desde entonces nació un mito en La Guajira: que las
denuncias contra Kiko Gómez no son investigadas. Semana le preguntó a las
cabezas en Bogotá de tres agencias de investigación del Estado y en los tres
casos la respuesta fue la misma: no confían en todos sus operadores en La
Guajira.
En ese departamento recuerdan con nombre propio a los que
han tenido la valentía, o la osadía, de enfrentarlo. El primero, el concejal
Luis López Peralta, quien en febrero de 1997 dijo que tenía la prueba de que
Kiko Gómez había provocado el incendio de la oficina jurídica de la Alcaldía
para borrar las irregularidades de su primera administración en Barrancas.
López, un folclorista y comerciante reconocido en la
región, aspiraba a la Alcaldía para el periodo que comenzaba en 1998. El 27 de
febrero de 1997, dos hombres entraron a su oficina en un hotel de la ciudad y
lo acribillaron.
Ese hecho coincide con la llegada de los paramilitares al
sur de La Guajira de la mano de Jorge Gnecco Cerchar, pariente de Kiko Gómez
Cerchar. Semana encontró en dos expedientes viejos de la Fiscalía otras
denuncias que involucrarían al gobernador.
Uno, de la Fiscalía 2 de Riohacha, habla de una masacre
cometida por los paramilitares el 7 de abril de 1999 en Fonseca, Guajira, y en
la denuncia identifican a varios integrantes del grupo que supuestamente era
comandado por Marquitos Figueroa y financiado por Kiko Gómez.
El otro, en la Fiscalía 16 de anticorrupción, reposa una
denuncia también contra Gómez por nexos con paramilitares.
Otro que también se atrevió a cuestionar a Kiko Gómez fue
Wilson Martínez, secretario de Gobierno y periodista de Fonseca, que denunció
cómo utilizaban los recursos del municipio para gastos personales.
Según un reporte de la Fiscalía, tras sus denuncias, el 6
de abril de 2001, cuatro personas llegaron a su casa preguntando por él,
dispararon contra un hermano y se llevaron a Martínez, a quien luego
encontraron muerto en la vía que va de Fonseca a Barrancas.
En la
investigación, el fiscal 2 especializado de Riohacha se inhibió de abrir
investigación contra Figueroa.
Tras su segundo periodo en la Alcaldía, que terminó en
2003, Kiko Gómez tiene aún activas tres investigaciones en la Fiscalía por
peculado y una por prevaricato.
En la lista de los que han osado confrontarlo están
también el procurador de Riohacha, Wiston Araújo Ramírez, asesinado en 2006 en
Valledupar; un investigador de la Policía que le contó a Semana cómo él pedía
allanamientos a Kiko Gómez y ningún fiscal local se los firmaba; y un fiscal de
Bogotá que recuerda cómo le ha tocado denunciar a varios operadores judiciales
de La Guajira que se pasan por la faja los códigos.
Hasta Bogotá, al parecer, ha llegado a intimidar. Así le
ocurrió a Carlos Fernando Galán, que cuando lo nombraron director de Cambio
Radical, en una valerosa decisión, le quitó el aval.
El guajiro viajó de inmediato a Bogotá y en medio de la
conversación uno de sus asesores le dijo a Galán: “A usted también le puede
aparecer hoy mismo una investigación en Riohacha”.
Tampoco se escapó León Valencia, quien dio la cara por
una ‘lista negra’ de candidatos que la corporación Arco Iris le entregó al
gobierno en la que aparecían aspirantes cuestionados por presuntos nexos con
grupos ilegales en la que figuraba Kiko Gómez.
El Espectador la
publicó, y ese mismo día Marcos Figueroa citó a una investigadora de Arco Iris
para que se vieran en un hotel y León Valencia recibió tres llamadas
amenazantes de La Guajira. Los dos pusieron pies en polvorosa. Cabe anotar que
el contendor de Kiko en las elecciones, Bladimiro Cuello, también está en el
exilio.
La maldición guajira
Pero la historia que rebosó la copa del miedo que hoy se
siente en La Guajira, y la que más puede enredar al gobernador, es la de los
asesinatos de la exalcadesa Yandra Brito y de su esposo Henry Ustaris.
Yandra era médica y el entonces alcalde Kiko Gómez la
puso como directora del hospital de Barrancas y luego la escogió para ser su
sucesora para el periodo 2004-2007. Una vez como alcaldesa, la presión por
burocracia y contratos fue tanta que su esposo tuvo que intervenir.
“Hubo fricciones entre ellos porque Kiko quería más. Les
dijo que él necesitaba plata”, le contó una persona de Barrancas a Semana. Hubo
amenazas de uno y otro lado. “Yo también tengo como matar”, le dijo Ustaris a
Gómez.
En abril de 2008, en la carretera que va de Fonseca a
Barrancas, como si fuera una película, desde un carro en movimiento que lo
venía siguiendo le dispararon con fusiles al vehículo de Ustaris.
Murieron tanto él como su escolta. Kiko Gómez fue al
funeral a dar las condolencias. Y cuando apareció, Yandra les dijo a sus hijos
menores de 7 años: “Miren bien a ese señor para que no se les olvide que fue el
quien mandó a matar a su papá”.
Yandra puso una denuncia penal en julio de ese mismo año
en la que señaló “como autor intelectual del crimen al señor Juan Francisco
Gómez Cerchar”.
Hizo la denuncia porque, según escribió, ella y sus dos
hermanos venían siendo “amenazados telefónicamente por secuaces al servicio de
Gómez Cerchar” ya que estaban investigando los motivos del asesinato.
En la denuncia incluyó evidencias de por qué lo acusaba y
dio nombres propios de todos los que habían participado en la operación. Le
dijo a un investigador que Marcos Figueroa era el que había conseguido los
fusiles y que había estado en la casa de Kiko Gómez diez días planeando el
asesinato. La investigación no se inició.
Ese mismo año, en 2008, dos despachos de la Fiscalía en
Riohacha le dictaron dos inhibitorios a Kiko Gómez, uno por la muerte de Luis
Alejandro Rodríguez Frías y Rosa Mercedes Cabrera, y otra investigación por
amenazas.
Yandra Brito repitió la denuncia en abril de 2009. Su
mamá también denunció, en 2011, abogando por todos sus hijos y pidiendo
protección al gobierno nacional. Pero nada valió. Finalmente, a Yandra la
mataron el 28 de agosto del año pasado.
El gobernador Juan Francisco Gómez siempre ha negado todo
esto y dice que son calumnias de sus contradictores. Por el bien del país es
importante aclarar pronto la situación. Si es inocente para que de una vez por
todas se despejen todas las dudas. Y si no, para que no se repita aquella
historia. Foto: Semana.