jueves, septiembre 12, 2013

Cumbre Nacional Agraria, Campesina y Popular
La alianza que propone Santos entre empresarios y campesinos es algo así como un acuerdo entre tiburones y sardinas
Por Camilo Raigozo

Así lo afirmó la senadora Gloria Inés Ramírez en el marco de la Cumbre Nacional Agraria, Campesina y Popular, que se realizó con éxito ayer en la concha acústica de la Universidad Nacional en Bogotá, a la que asistieron más de tres mil delegados campesinos de 17 departamentos.

La senadora reafirmó su solidaridad con las luchas campesinas y rechazó vehementemente la brutalidad represiva del régimen por intermedio de los escuadrones Esmad. Exigió que los asesinatos y demás violaciones a los derechos humanos por la Policía contra los manifestantes del paro no queden en la impunidad.

Ramírez criticó la propuesta del presidente Santos del Pacto Nacional Agropecuario, porque presenta “serios inconvenientes en el Plan Nacional de Desarrollo 2010 – 2014, que contempla la ejecución de grandes proyectos agroindustriales y minero- energéticos, que lo que pretenden es incorporar las tierras y la mano de obra de los pequeños productores a esos proyectos, de manera que la alternativa para el campesinado sería convertirse en mano de obra barata para los empresarios”.

En tales condiciones –dijo-  la alianza que insistentemente ha propuesto el presidente Santos, entre los empresarios y los campesinos es algo así como un acuerdo entre los tiburones y las sardinas.

Agregó que los TLC son otro obstáculo de considerables dimensiones porque  “han puesto a competir a nuestros desamparados campesinos con los poderosos productores de países desarrollados que reciben altos subsidios y otras ayudas del Estado”.

Se preguntó la congresista de izquierda que si los TLC han traído esos enormes problemas para el agro colombiano cuando apenas se están empezando a aplicar, ¿Cómo será cuando entren en plena vigencia? “Los efectos con el sector agropecuario serán desoladores”. Así mismo advirtió que el Gobierno debe revisar los TLC para evitar una hecatombe como la que se avisora.

Basada en cifras de estudiosos del agro, Ramírez explicó que es la agricultura campesina la que produce la mayoría de los alimentos que consumimos los colombianos y no los grandes empresarios.

“En un país en donde, según la FAO, hay 5 millones de personas que padecen desnutrición crónica, resulta inadmisible que teniendo tantas potencialidades para producir alimentos, hoy se importen cerca de 10 millones de toneladas, mientras nuestros campesinos naufragan en la pobreza, la miseria y el abandono”, aseveró.

Ramírez expresó igualmente que para viabilizar un pacto agrario, se deberá terminar con la  extranjerización de las tierras y las concesiones mineras en páramos, que ponen en grave riesgo las fuentes de agua para millones de colombianos.

Igualmente cesar las fumigaciones y en cambio implementar programas de sustitución de cultivos ilícitos; poner fin a la destrucción de los bosques por parte de las compañías madereras; reconocer de manera urgente las zonas de reserva campesina;-

abolir los planes militares de consolidación  que son para expulsar a campesinos, indígenas y afrodescendientes, para despejarle el campo a los megaproyectos agroindustriales y minero-energéticos. Fotos tomadas de Internet.




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