Terrorismo
de Estado
La
Policía siembra terror en Popayán, Cauca
Por:
Camilo Raigozo. Con información de Reddhfic*
El martes
16 de abril de 2013, a la hacienda La Julia, vereda Calibío, en horas de la
noche llegaron 5 sujetos de civil y armados, quienes amenazaron a María Elena Orozco,
diciéndole que tenía que abandonar la hacienda. Ella se negó aduciendo que no
le habían pagado el tiempo de trabajo al que tenía derecho.
Los
sujetos se quedaron en el lugar, por lo que María Elena Orozco le informó a la
Policía sobre las amenazas. Cuando los policías
llegaron al lugar, requisaron a los agresores y los dejaron en libertad por
tener documentos de porte legal de las armas.
Los
cinco sujetos se cubrieron el rostro con capuchas y permanecieron en el predio
con el consentimiento de la Policía.
El lunes
22 de abril de 2013, integrantes del Escuadrón Móvil Antidisturbios Esmad de la
Policía, acompañados de civiles armados, ingresaron al predio habitado por
María Elena Orozco y sin mediar palabra ni presentar orden legal de desalojo procedieron
a arrancar un cuarto de hectárea de frijol, un cuarto de hectárea de maíz, mil
árboles de café, 1.200 matas de plátano, tumbaron tres ranchos, se robaron 15
palines, 12 machetes, y se llevaron 2 bicicletas.
Los
Esmad de la Policía dispararon gases lacrimógenos y balas de goma en contra de
personas que se encontraban en la vía pública que conduce de la vía Panamericana
hasta la vereda Calibío hiriendo a las campesinas Mónica Martínez y Yaneth
Velasco. Igualmente afectaron a la comunidad del sector.
Los
uniformados agredieron con palabras soeces a un grupo de mujeres que pasaba por
el lugar. Igualmente amenazaron y dispararon aterrorizando y sembrando pánico
en los pobladores y transeúntes.
El miércoles
24 de abril de 2013 a las 11 de la mañana, nuevamente los agentes represores
del Esmad ingresaron al predio y en el momento en que los campesinos Donasis
Rendón Ocampo y Carlos Velasco transitaban por el lugar fueron detenidos
arbitrariamente.
A Rendón
se lo llevaron para la hacienda La Julia y a Velasco lo golpearon lo
maltrataron verbalmente y le rompieron la ropa, hasta que varios campesinos se
dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo.
El
subintendente Oscar Murcia amenazó con el fusil a dos personas y disparó al pie
de otras quince que solicitaban que a Carlos
Velasco le respetaran los derechos y se lo trataran dignamente.
Cerca
de la una de la tarde los policías ocuparon arbitrariamente y sin orden
judicial la casa de Astrid Bonilla y la iglesia evangélica.
Los
policías agredieron verbalmente a las personas que se encontraban en el sector
y los amenazaron con los fusiles. Uno de ellos grabó con un celular la iglesia
evangélica según ellos porque este era el sito de concentración de la comunidad
para ir a hacer daños.
Adiela
Anacona se dispuso a grabar los abusos de la Policía pero un agente le arrebató
el celular y la agredió de tal manera su hermano, Samir Anacona, tuvo que
intervenir pidiendo auxilio.
Los
policías agarraron a Samir Anacona, lo llevaron hacia la carretera y lo
golpearon en repetidas ocasiones. Luego lo esposaron y siguieron golpeándolo
con un bolillo en la cabeza.
Cuando
Adiela intercedió por su hermano un policía la tiró al piso sobre una cuneta y
la pateó en las piernas de tal manera que la mujer no se pudo levantar por si
misma siendo remitida a un centro médico en Popayán.
*Red
de Derechos Humanos del Suroccidente Francisco Isaías Cifuentes