Crucito, Tierralta, Córdoba
Éxito de la acción humanitaria a pesar de la Fuerza
Pública
Por: Camilo Raigozo
Inmensa satisfacción dejó tanto en las delegaciones
visitantes como en las comunidades anfitrionas, la Primera Acción Humanitaria
realizada durante los pasados 26 y 27 de abril en el corregimiento Crucito,
municipio de Tierralta, Córdoba, a la que asistieron más de 900 personas.
Delegaciones de Bogotá, Medellín y Barrancabermeja, intercambiaron
fraternalmente experiencias, saberes y ante todo lasos de solidaridad con las
comunidades de Crucito, venidas de unas 45 veredas, 25 de ellas del mismo
corregimiento.
Una veintena de jóvenes universitarios dictaron durante
los dos días 14 talleres sobre diferentes temas y problemáticas de la zona. Así
mismo los niños participaron de ejercicios de aprendizaje y recreación. La
comunidad denunció que a esta altura del año lectivo ninguna de las 25 veredas cuenta
con profesor alguno por negligencia de los gobiernos local, departamental y
nacional.
Más de 100 denuncias sobre violaciones a los derechos
humanos fundamentales e infracciones al Derecho Internacional Humanitario cometidos
por el Ejército y la Policía, fueron recibidos por una comisión de abogados. Asesinatos,
desapariciones, amenazas, restricción de alimentos y medicinas; montajes
judiciales, pillaje; fumigaciones aéreas con glifosato; ocupación de bienes
civiles y estigmatizaciones, fueron entre otros los casos con mayor número de
denuncias.
Gran número de estas quejas fueron contra la hidroeléctrica
Urrá, a la cual señalaron de haber cometido estafa, engaño, desplazamiento,
amenazas, incumplimiento y haber utilizado la estrategia paramilitar, para
expulsar a campesinos. Paradójicamente El Crucito, ni ninguna otra población y veredas aledañas a
la represa cuentan con red de energía eléctrica.
Tampoco cuentan con acueducto y servicio de salud. La persona
que se enferme tiene que dejarse morir, pues el médico más cercano se encuentra
en el casco urbano de Tierralta, a más de 6 horas desde las veredas. La mayoría
de las veces los enfermos son remitidos a Montería o Medellín haciendo más
caótica la situación de los labriegos, ya que los costos de transporte por
persona es cercana a un millón 500 mil pesos.
Atropellos del Ejército y la Policía
Además de los atropellos contra los moradores y las
personas que prepararon en Tierralta y Crucito la acción humanitaria, por parte
del Ejército y la Policía, en el desarrollo de la misma se volvieron a
presentar hechos como los siguientes:
En el casco urbano de Tierralta, los buses que formaban
la caravana
fueron detenidos y fotografiados por la Policía. Los policías aseguraron
que era parte de un control rutinario. En Puerto Frasquillo, corregimiento de
Tierralta, el Ejército Nacional pretendió realizar un empadronamiento a los
integrantes de la acción humanitaria.
El 25 de abril, al
llegar a Crucito se encontraron al menos 12 militares bajo el mando del mayor
Luis Hernández y del Sargento Gómez, pertenecientes al Batallón Bacon 33 de la
Brigada Móvil 24. Los militares interrogaron a varios miembros de la comisión y
tomaron abundantes fotografías de la comunidad.
Al día siguiente, 26 de abril en horas de la mañana, el
Ejército pasó nuevamente por el corregimiento y fotografió a las personas y al
espacio donde horas más tarde se desarrollaría el evento.
Así mismo se presentaron hostigamientos contra los
campesinos que se dirigían a Crucito provenientes
de varias veredas, así como contra líderes campesinos y organizadores de la acción
humanitaria.
Con ocasión de los preparativos de la Acción Humanitaria,
el Ejército Nacional emprendió una feroz campaña de desprestigio y
desinformación de la misma y contra las y los líderes sociales y comunitarios
de la región. “Esta acción humanitaria es iniciativa de la guerrilla”, dijeron.
La Fuerza Pública llegó al extremo de desmontar de manera
abusiva la publicidad que se había instalado en varios lugares del corregimiento.
Miembros de la Asociación Campesina para el desarrollo del Alto Sinú, Asodecas, fueron retenidos por los
militares, requisados y su documento de identidad verificado.
Cuando las delegaciones regresaban a sus lugares de
procedencia una vez terminada la acción humanitaria, al arribar a Puerto
Frasquillo fueron filmadas y fotografiadas por militares, algunos de estos
disfrazados de payasos.