Matrimonio igualitario
"Este es un debate de derechos y no de creencia”: Gloria Inés
Ramírez
Por Camilo Raigozo
El pasado 23 de abril se realizó en la plenaria del
Senado de la República un debate crucial entorno a la posibilidad del derecho que
tiene las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio. A continuación la
intervención de la senadora Gloria Inés Ram´pires:
Esto es muy importante porque significa que las creencias
son de fuero individual y las puede profesar cada quién como le parezca una u
otra.
Pero el tema de los derechos tiene que ser
constitucional, es un tema de garantías para todos los colombianos y
colombianas independientemente de su concepción individual o de su libertad
para escoger una creencia religiosa u otra.
Tiene que ver con el problema de la discriminación. Las
mujeres que hemos sido tan discriminadas, quiero decirle a todo el país, que el
problema que aquí se trata no es de la diferencia como he escuchado a tantos de
mis colegas.
El problema es cuando esa diferencia se nos vuelve una
desventaja. Y cuando aparece la desventaja es que surgen las discriminaciones.
Las mujeres por ser diferente en la historia, tuvimos
unas grandes desventajas desde el punto de vista jurídico. Por ejemplo no
pudimos votar sino hasta 1957 y así puedo mostrar muchas más.
También quiero decir que con este proceso igualmente el
matrimonio, se ha convertido también en una desventaja. Ha sido negada la
posibilidad de casarse a través de la historia por distintos motivos.
Por ejemplo en la antigua Roma el matrimonio no era
posible entre un ciudadano romano y un extranjero. También se restringió el
derecho de los esclavos a casarse.
De tal forma a través de la historia se ha negado el
matrimonio a las parejas de distinta raza o de posición social o por otras
varias razones por creencias religiosas equivocadas. Tan es así que la historia
los ha corregido y esperamos que esta vez se corrija con las parejas del mismo
sexo.
Esto lo planteo porque aquí claramente se trata de una
discriminación y eso es lo que ha planteado la sentencia de la Corte
Constitucional.
Es que cuando un Congreso no legisla adecuadamente,
cuando un Congreso no reconoce las realidades históricas de un país, tenemos a
la Corte Constitucional, que es la que vela porque esos derechos puedan
avanzar.
Esa Corte va a seguir legislando, si nosotros no lo
hacemos. Yo como mujer digo gracias a dios existe esa Corte. Porque si no por
ejemplo las mujeres estuviéramos hoy obligadas a no interrumpir el embarazo en
los tres casos que están despenalizados.
Este Congreso jamás tuvo el valor civil de legislar
entorno a eso. Tuvo que ser la Corte. Y todavía hay resistencia de muchos
colegas. Yo no incrimino a las creencias, sino que invoco el derecho.
Como lo expresaron varios tratadistas, la unión marital
de hecho con la que cuentan hoy las parejas del mismo sexo están disponibles
pero no es suficiente porque lo que se está pidiendo es la igualdad.
Hay dos maneras de acudir. A la unión de hecho y al matrimonio,
que es un contrato civil o católico o religioso o solemne que da unos derechos
de ipso facto. Por el solo hecho de hacerlo como tal.
Lo que la Corte nos está diciendo a los congresistas es
que aquí hay un déficit de derecho, no basta con la unión libre, hay que dar la
oportunidad para que las parejas del mismo sexo, que más allá de que queramos o
no reconocerlas, existen.
Porque ya la sociedad colombiana no tiene solamente
familias mononucleares. La realidad ha sido cambiante. Por eso de lo que se
trata hoy es de como nosotros avanzamos en ese déficit que tienen las parejas
del mismo sexo.
Por eso la sentencia de la Corte definió dos estrategias,
una principal y otra subsidiaria. Va a seguir la Corte diciéndolo. En la
estrategia principal nos ha dado la posibilidad para que sea este Congreso
quién se encargue de superar de forma definitiva el déficit de protección que
tienen las parejas del mismo sexo para constituir una familia mediante un contrato
marital, formal y solemne.
Teniendo muy claro que la Corte también ha dicho que la
procreación en la familia no es una obligación, sino una posibilidad. También
quiero dejar claro ante el país que yo defiendo también el sexo como recreación
y como placer.
Qué tal que solamente el sexo fuera solamente para
embarazarse. Sería terrible para las mujeres de Colombia. Pareceríamos como un
curí, pariendo nada más. No es justo que ustedes nos designen a nosotras ese papel.
Nosotras tenemos el derecho a disfrutar libremente del sexo.
Por eso me parece que esos no son argumentos que podamos nosotros
aquí evocar como tal.
Pero también la Corte ha dicho, que es posible que el
Congreso no los supere y por esa razón trazó una estrategia secundaria consciente
de que la obligación de los derechos
fundamentales se mantuviera, resolvió incluir una orden subsidiaria como medida
para evitar que este déficit persista.
La Corte profirió una orden que contiene el efecto que
significa que si el 20 de junio de 2013 no se ha resuelto, esas parejas van a
poder acudir ante un notario o un juez competente a formalizar y solemnizar su
vínculo contractual de carácter marital, solemne y formal, para poder que estos
derechos se le cubran como tal.
Sí existen parámetros internacionales que efectivamente
posibilitan y van en la mira en que la Corte legisló. Muy distinto a lo que ha planteado
la senadora Alexandra Piraquive, quiero decirle que yo pienso en los otros
convenios internacionales que también Colombia es suscrito de los derechos
humanos y que sin embargo han sido violentados.
Qué tal senadora Alexandra Piraquive que esos niños y
niñas que viven en hogares heterosexuales y que son maltratados, pero además
aquellos que ni siquiera tienen quien les de afecto pueda responder por ellos.
Porqué quitarles la posibilidad que dos seres humanos
generosos, con afecto , solidarios, que tienen las capacidades, puedan acoger a
estas niñas y niños que de una u otra manera hoy están a la deriva, porque no
tenemos políticas públicas claras del Estado colombiano.
Finalmente quiero decir que la aprobación que el
matrimonio de las parejas del mismo sexo no pone en peligro la institución de
la familia, ni la reproducción de la especie humana, ni los estándares de
longevidad de la población,-
ni la libertad del matrimonio heterosexual, ni propaga el
sida. Todo lo contrario, lo que haría sería ayudar para que Colombia entre en
la inclusión, en la pluralidad, en la diversidad y termine con esa odiosa
discriminación existenete en el país.