miércoles, octubre 17, 2012

Diálogos de paz
"Que saben ellos de humanidad y dolor"
Carta de una hija a su madre guerrillera
Por Agencia Fariana de Prensa

Hola mami:

No sé cuándo llegará esta nota a tus manos, pero quiero que sepas que eres la mejor mamá del mundo, la persona que más quiero, la persona por la cual al levantarme le doy gracias-
 
a Dios por haberla puesto a mi lado, por dármela de mamá, esa persona tan maravillosa como eres tú, porque sé que aunque no te tengo, te reconstruyo con los pocos recuerdos que tengo de ti.

Hoy 19 de enero, exactamente a las 19:15, sentada en la sala, por mis pensamientos pasan muchas cosas, y una de ellas es la persona más importante de toda mi vida, esa persona eres tú, madre.

Cuando me siento sola y me da frío, tu cariño y tus alegrías me llenan de fuerza para salir adelante cada día, para pasar por encima y vencer los obstáculos.

Pero no es suficiente, mami. Este extraño gobierno me ha negado el derecho de ser libre para amarlos, desde el mismo día en que tú y papá me concedieron la vida. Tú no imaginas la agonía que se siente al ver cómo pasan los años sin saber de ti.

Hay momentos en que estallo en cólera con quien me regaña. Dicen que es por mi bien, porque todavía soy una muchacha que no sabe qué es la vida, a la que le falta mucho por vivir, por aprender de la crueldad de la guerra.

Que lo hacen para que no me desvíe del camino, para que sea una mejor persona. Pero mi rebeldía me impide entender eso, pienso que es malo. Sin embargo, poco a poco aprendo que es por mi bien, porque quieren lo mejor del mundo para mí.

¿Sabes? me da tanta ira lo que dicen los medios. Qué saben ellos de humanidad y dolor. A mis escasos tres años vi asesinar a mi padre a manos de la policía, y mi abuelo a manos del paramilitarismo. Me negaron así la posibilidad de tener quién me guiara.

Mami, la vida no es fácil, la vida de la ciudad se muestra agresiva. En los colegios se sufre otra guerra, la guerra del matoneo estudiantil, del que los medios de comunicación sólo hacen drama.

Al fin, esta niñita rebelde le pide a Dios todos los días por tener noticias de mi mami. Extraño mucho tu presencia en las entregas de boletines, para que te dieras cuenta lo que tu bebé ha avanzado, lo que se le dificulta, lo que le hace falta.

Lloro sin compasión, vivo aburrida, quisiera poder compartir todo lo que nos pasa, saber de tus tristezas, poder decir el día de mi grado:

les presentó a mi mamá y a mi papá, o mejor, al mostrar mis fotos de grado decir, miren a mi familia, contando a mi mama y a mi papá, a mi abuelo, abuela, tíos, primos, bueno decir esta es mi gran familia a la cual quiero tanto.

¿Sabes? Tengo el corazón en la mano escribiéndote esta nota. Pero este dolor que se acrecienta en mí como un puñal, tiene nombre propio: represión.

Porque aun siendo menor de edad, comprendo que lo hacen para someterte y chantajearte. Me impiden hasta tener una foto o una nota tuya, porque si la conservo, la utilizarán para intimidar a quienes me rodean, acusándolos de auxiliadores de la guerrilla.

Por los allanamientos que han hecho a mis tíos y a la casa donde vivo, nos tocó borrar cualquier rastro de ti. Nos ofrecen plata, como si la vida de una madre se pudiera vender y comprar.

Eso me impulsa a ser más fuerte, y si algún día, llego a ser alguien, lo seré, pero para el pueblo que tú defiendes.

Hoy te quiero decir, me felicitaron por mi rendimiento académico, me está yendo muy bien.

Este año me graduaré, y me sentiré orgullosa de representar a los tantos hijos de hombres y mujeres que sacrificaron el amor de sus hijos, para que tengamos un futuro mejor, no solo de mí, sino de todos los niños de Colombia.

Ojalá logre ver una patria nueva, y en ella tu rostro.



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