jueves, abril 19, 2012

Seguridad narcocrática/
El Ejército pide perdón por ‘falso positivo’ pero sigue asesinando a campesinos
Por Camilo Raigozo

Una sentencia judicial obligó al Ejército Nacional a pedir perdón a la familia de  Alfredo Sierra Castilla, quien fue retenido y asesinado por integrantes del Batallón de Infantería 31 Rifles, adscrito a la Decimoprimera Brigada.

El crimen tuvo lugar el 21 de mayo del año 1994 en la localidad de Puerto Carguero, jurisdicción del municipio de Nechí, Antioquia, cuando terroristas estatales detuvieron y asesinaron a la víctima presentándola luego como guerrillero dado de baja en combate.

Después de un largo proceso y ante las pruebas contundentes recopiladas por la Fiscalía, los criminales tuvieron que reconocer que Sierra Castilla era un campesino a quién detuvieron ilegalmente.

Luego de la detención arbitraria, los “héroes de la patria”, amarraron a la víctima en la base militar acantonada en Carguero. Acto seguido lo condujeron a la hacienda Monterrey, corregimiento Palomar, municipio de Caucasia y lo asesinaron a sangre fría.

“No hay palabras que justifiquen un hecho tan irreparable como el que sucedió”, dijeron hipócritamente voceros castrenses y se comprometieron a que estos lamentables sucesos jamás vuelvan a suceder en Colombia.

Sin embargo, el mismo día que el Ejército pidió perdón por el asesinato del labriego Alfredo Sierra Castilla, el Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Sumapaz, denunció que miembros del Ejército Nacional asesinaron al campesino Duver Celeita Cifuentes.

Según el sindicato el crimen fue perpetrado el pasado 13 de abril por las fuerzas militares que operan en la región, hacia el cañón del río Duda, en La Uribe, Meta.

Duver Celeita Cifuentes era muy conocido, pues había nacido y vivido siempre en la vereda de San José, corregimiento de San Juan de Sumapaz. El nuevo crimen del Ejército dejó tres menores huérfanos y una viuda más.

En la actualidad el Gobierno, el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, altos mandos castrenses, congresistas y dirigentes políticos inescrupulosos, así como la extrema derecha del país, insisten en-

que el fuero militar sea ampliado, con lo cual las violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario cometidos por los militares quedarán en la impunidad.

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