Marcha del 6 de marzo manifestación del dolor, de la plegaria
En una charla en la Universidad Central, el filósofo Jesús Martín-Barbero llamó a ritualizar el duelo y superar el unanimismo mediático
Por Javier Correa Correa
“Un homenaje a las víctimas de la violencia no puede tener las formas de furia que tuvo la marcha del 4 de febrero, sino la forma del dolor, de la plegaria”, dijo, enfático, el filósofo Jesús Martín-Barbero en una conferencia que dictó esta semana en la Universidad Central.
El catedrático, quien participó en la instalación de la Maestría en Investigación en Estudios sociales contemporáneos, del Iesco, dijo que en nuestro país se han realizado dos marchas y no una, y que la tercera tiene que ser la del duelo, para darles la voz a las víctimas pues, de lo contrario, “este país no va a salir de donde está”.
En un recuento de lo que han sido las últimas manifestaciones contra la violencia en nuestro país, Martín-Barbero recordó la que desde hace varios meses adelanta el profesor Gustavo Moncayo, cuyo hijo, el cabo Pablo Emilio Moncayo, se encuentra privado de la libertad desde 1997, luego de ser capturado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc en un combate en el sur del país.
Gustavo Moncayo viajó a pie entre Pasto y Bogotá y luego entre Bogotá y Caracas para reclamar la libertad de todas las personas en poder de las Farc.
Su gesta fue calificada por Martín-Barbero como “la marcha del grito desnudo”, pues, explicó, en Colombia “hay nombres que hay que saberse y han nombres que no cuentan” y, en ese sentido, se trató de “una marcha que vino de abajo”.
La segunda marcha fue la de la “catarsis nacional”, el pasado 4 de febrero, en la que “se catalizaron las rabias y los miedos de la gente”, en uno de los países más inmóviles de América latina, en contraposición a otros como Ecuador y Bolivia, donde los indígenas han incluso obligado a sus presidentes a renunciar.
Criticó Martín-Barbero “el dualismo perverso de como se han planteado las dos marchas, con un maniqueísmo tramposo de las izquierdas y las derechas”.
Por eso, la tercera marcha, convocada para el próximo jueves 6 de marzo, “será la marcha del duelo, pues ya hicimos la catarsis. Un duelo para el que necesitamos la imaginación de los artistas, los teatreros, con formas de ritualizar el duelo, de romper el unanimismo y mostrar que las víctimas no son iguales, que las formas de sufrir no son iguales”.
Explicó que las víctimas –y sus familias– “quieren contar pero tienen miedo” y que, por eso, es preciso darles voz, permitirles expresarse con la forma del dolor, de la plegaria.
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