Álvaro Uribe no es Colombia y a este el presidente Hugo Chávez le cantó todas las verdades
Las oligarquías de los dos países usando sus poderosos e influyentes medios de comunicación intentan enfrentar a los dos pueblos hermanos.
El Gobierno de la hermana República Bolivariana de Venezuela, emitió ayer jueves un enérgico comunicado en respuesta a otro previo emitido por su par colombiano, en el que con calificativos durísimos pero ciertos, el mandatario venezolano pone a Uribe en el lugar que debe ocupar en la historia: le dijo “guerrerista”, “militarista”, “saboteador”, “cínico”, “hipócrita”, “maltrata al pueblo colombiano”, “débil” y que tiende cortinas de humo para “protegerse de los escándalos por sus vínculos con el terrorismo, el paramilitarismo y el narcotráfico”.
Texto del comunicado del Gobierno de Venezuela
“El Gobierno colombiano no está comprometido con la paz, sino obsesionado con derrotar militarmente a las fuerzas insurgentes, obsesionado con la guerra.
En lugar de poner todo su empeño en construir una solución política viable y duradera al conflicto armado, el Gobierno colombiano busca cualquier pretexto para justificar su lógica militarista.
El presidente Uribe no está comprometido con el intercambio humanitario, sino ciegamente empecinado en demostrar sus argumentos de guerra.
Más preocupado por salvar las apariencias que por salvar las vidas de sus conciudadanos, el Gobierno colombiano arremete contra el presidente Chávez, porque es el único que ha tenido éxito en la liberación de rehenes, y ha explorado el único camino hacia la paz y la unidad que necesita nuestro pueblo hermano: el camino del diálogo y el entendimiento.
El Gobierno colombiano no está comprometido con la liberación de los rehenes, pues ocupa más su tiempo en mendigar la indulgencia interesada del gobierno imperial de los Estados Unidos de América.
En lugar de crear las condiciones para que cientos de familias vuelvan a reunirse, el Gobierno colombiano ha llegado al extremo de obstruir y sabotear las misiones humanitarias de rescate impulsadas por la comunidad internacional, poniendo en riesgo la vida de personas inocentes.
El Gobierno colombiano no está comprometido con la soberanía de Colombia, sino desesperado por desviar la atención de su opinión pública de la masiva presencia de tropas estadounidenses en su territorio.
Mientras el presidente Uribe se desvive por salvar el proceso de guerra en el cual ha sumido a su propio país, la historia nos enseña que la paz está al alcance de la mano, cuando existe una voluntad política independiente y soberana.
El comunicado de la Cancillería colombiana está plagado de cinismo e hipocresía. Sus vaivenes vacilantes y su confusa retórica son producto de la contradicción que genera la prédica pública de la concordia con la búsqueda permanente de la escalada bélica.
Sabe el pueblo de Colombia, sus sectores decentes y la opinión pública mundial, que la acción humanitaria conducida por el presidente Hugo Chávez ha logrado, en poco tiempo, revertir el sentimiento generalizado de resignación y desconsuelo en el cual estaba sumida la sociedad colombiana.
El Gobierno de Colombia y sus élites no desaprovechan oportunidad para maltratar al pueblo colombiano, y frustrar cuanto intento de paz se interponga en su camino.
El tono ofensivo y desesperado del comunicado colombiano, es expresión de la debilidad de un gobierno rodeado de escándalos.
El tono ofensivo y desesperado del comunicado colombiano, es expresión de la debilidad de un gobierno rodeado de escándalos.
Decenas de personeros del más alto nivel, vinculados al presidente Uribe, hoy se encuentran tras las rejas por delitos de terrorismo, paramilitarismo y narcotráfico.
Encontrar la salida al conflicto colombiano es una responsabilidad que atañe a todos los hombres y mujeres que no se resignan a ser espectadores pasivos del sufrimiento y del dolor de un pueblo hermano.
El pueblo venezolano ha sido, durante décadas, víctima del conflicto colombiano. En una expresión de torpeza, la Cancillería colombiana reconoce los efectos negativos del conflicto armado sobre la población civil venezolana, lo cual justifica, cualquier medida que, en el marco del derecho internacional, el Gobierno bolivariano pueda tomar para regularizar esta situación.
El presidente Hugo Chávez y la revolución bolivariana han dado testimonios concretos de amor y solidaridad con nuestros hermanos colombianos.
Por primera vez en la historia, se regularizó la vida legal de miles de ciudadanos de origen colombiano, que fueron perseguidos, maltratados y humillados en Venezuela ante la indiferencia absoluta de los gobiernos oligárquicos de Colombia. Hoy en día, viven bajo el amparo del Gobierno bolivariano, libres, en familia y en paz.
El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ratifica su propuesta, apegada al Derecho Internacional Humanitario, de avanzar en una fórmula que regularice y humanice el conflicto armado colombiano, que cumplirá 60 años el 9 de abril, día en el que recordaremos al gran líder de la justicia, la igualdad y la paz, Jorge Eliécer Gaitán.
El gobierno del presidente Chávez ratifica al pueblo de Colombia su voluntad irreductible de seguir contribuyendo en la búsqueda de nuevas liberaciones, del acuerdo humanitario y de la paz, siempre inspirados por el espíritu eterno del padre libertador, quien con su sabiduría nos sigue guiando: ‘en las guerras civiles es política el ser generosos, porque la venganza progresivamente se aumenta’.
‘De la paz debe esperar todos los bienes y de la guerra nada más que desastres’” Caracas, 17 de enero de 2008