Los 'Emmanueles' del Buen Pastor
En el 'patio sexto' del centro de reclusión de mujeres en Bogotá hay dos niños que al igual que Emmanuel, nacieron en cautiverio. Cuatro "emmanueles" más llegarán al mundo en las próximas semanas, mientras que otros dos fueron puestos tras las rejas antes de haber cumplido un año y medio de existencia.
Por Camilo Raigozo. VOZ
Juan David* no había cumplido los 19 meses de vida cuando fue detenido y encarcelado por agentes de seguridad del Estado, sin que en su contra existiera alguna acusación formal o alguna prueba contundente. Todos sus derechos fundamentales como ciudadano y como niño le han sido violados, hasta el de la presunción de inocencia, consagrado en la Constitución Nacional. Juan David ha pasado la mitad de su vida en la cárcel. Está próximo a cumplir tres años de edad.
El niño, sus padres y una tía fueron detenidos por las fuerzas del 'orden' en una redada realizada en Bogotá en mayo de 2006 bajo la política de "Seguridad Democrática" del presidente Uribe. Él, su mamá y su tía, fueron recluídos en la cárcel del Buen Pastor, mientras que su padre se encuentra privado de la libertad en la cárcel La Picota, acusados de ser guerrilleros y procesados por el delito de rebelión.
Según los abogados que llevan la defensa, Rodolfo Ríos y Miguel González, el proceso que se les sigue a Nieves y Carmen Mayusa, madre y tía de Juan Da vid, respectivamente, está plagado de ir regularidades, arbitrariedades y oprobios, con la carencia absoluta de pruebas que demuestren la vinculación de las dos mujeres con la guerrilla, que es de lo que se les acusa.
Víctimas de la infamia
Sin embargo, ellas y Juan David siguen privados de la libertad, víctimas de la infamia y de la aberrante persecución que aplica el régimen a sus opositores políticos, haciendo que el futuro que le espera al pequeño recluso a partir de sus tres años, sea inimaginablemente sombrío e incierto, pues será separado definitivamente del lado de su madre y existe la posibilidad de que sea entregado al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, donde sus huellas se irán esfumando paulatina e inexorablemente para siempre, como le ha sucedido a miles de Juan David, hijos del conflicto que padece Colombia desde hace más de cincuenta años.
Jonathan*, desde antes de nacer ya estaba tras las rejas, pues nació prisionero y toda su vida ha transcurrido en el patio sexto del Buen Pastor. Acaba de cumplir un año de edad y su futuro es tan incierto y sombrío como el de Juan David, porque cuando cumpla tres, el Estado se lo arrebatará brutalmente a Sandra, su mamá, y lo arrojará en las fauces de la incertidumbre, de la soledad, del abandono y del olvido. Es otro de los cientos de "emmanueles" de las cárceles del Estado, víctimas de la demencial guerra fratricida que la oligarquía se empeña en imponerle al pueblo colombiano con la participación del gobierno de los Estados Unidos.
Sandra Cartagena, madre de Jonathan, fue condenada en segunda instancia a 35 años de cárcel por haber ejercido el derecho inalienable que tienen los pueblos a rebelarse contra los gobiernos injustos, opresores y tiranos, sean estos civiles, militares o paramilitares, como es el caso de la experiencia colombiana durante los casi 200 años de republicanismo. "Lo que Bolívar dejó de hacer, sin hacer está hoy", pensamiento que tiene plena vigencia hoy a pesar de haber sido escrito sabiamente por José Martí a finales del siglo antepasado.
Otros dos "emmanueles"
En cuanto a Javier y Oscar, los otros dos "emmanueles" que conoció VOZ a mediados de diciembre pasado en El Buen Pastor, su existencia es calcada de la de Juan David y Jonathan, lo mismo que la de sus progenitoras.
Según un informe del Instituto Nacional Penitenciario, Inpec, conocido a finales de 2007, estaban próximos a nacer en cautiverio 50 "emmanueles", los que se sumarían a los 33 ya existentes en las diferentes cárceles del país, entre ellos los del Buen Pastor.
Para Juan David, Jonathan, Javier y Oscar; para un buen número de los otros 29 "emmanueles" presos en las diferentes cárceles del país y de los otros 50 que nacerán privados de la libertad en los próximos días, así como para sus progenitoras, se ha abierto una luz de esperanza, de libertad y vida, gracias al presidente Hugo Chávez, a la senador a Piedad Córdoba y a la comunidad
internacional, especialmente latinoamericana, por su abnegado esfuerzo en conseguir el intercambio humanitario entre el gobierno de Uribe y la insurgencia de las FARC, que seguramente será la cuota inicial para alcanzar la tan anhelada paz con justicia social para los colombianos.
*Nombres ficticios para proteger los derechos del niño.