Terrorismo de Estado
Condenan a terrorista del Ejército con grado de mayor por
asesinatos a sangre fría
Por Camilo Raigozo. Notimundo
La Corte Suprema de Justicia confirmó la condena a 29
años de “prisión” al terrorista Carlos Andrés Nivia Serrano, mayor del Ejército,
por el asesinato del campesino Carlos Alberto Ospina Bedoya.
El crimen fue perpetrado bajo el régimen de terror de
Álvaro Uribe Vélez el 26 de septiembre de 2005 en la vereda La Playa del municipio
de Barbosa, Antioquia.
La Fiscalía pudo comprobar que aquel día fatídico para el
labriego, cuando este se movilizaba para su trabajo en una finca, criminales del
Batallón Pedro Nel Gómez, bajo el mando del sargento Eneil Quiroz, lo secuestraron.
Quiroz le ordenó a la víctima ponerse un camuflado y un
pasamontaña e inmediatamente le disparó en tres oportunidades segándole la vida
de forma instantánea.
Una vez cometido el crimen el suboficial le puso al
cuerpo un arma de fuego y les ordenó a sus cómplices hacer disparos para fingir
un combate y así presentar al labriego “como guerrillero dado de baja en
combate”.
Después Quiroz le informó de los sangrientos hechos a su cómplice,
el mayor Nivia Serrano, con quien había planeado el crimen.
Esta condena es la primera de las que debe enfrentar el
terrorista del régimen, ya que sobre él y otros nueve criminales de la fuerza
pública pesan sendos procesos penales
por al menos otros 10 asesinatos a sangre fría perpetrados en abril de 2006 en
Concepción, Antioquia.
Actualmente se llevan a cabo en La Habana, Cuba, diálogos
para alcanzar la paz en Colombia entre el régimen colombiano y la insurgencia
de las FARC EP.
El presunto cabecilla paramilitar Álvaro Uribe, sus seguidores y un sector de las Fuerzas Militares, entre otros, son los más férreos opositores a que estos diálogos lleguen a feliz término, no
solo por temor a que se sepa la verdad sobre el conflicto, sino también porque
se les acaba el jugoso negocio económico y político que les ofrece la guerra, entre otras razones.
Según investigaciones serias de ONGs nacionales e
internacionales, de las más de siete millones de víctimas que ha dejado la
confrontación armada, al menos el 80 por ciento corresponden a militares,
paramilitares, ganaderos, empresarios, multinacionales, políticos y otras
agencias de seguridad del Estado.
Sin embargo los principales medios de comunicación y
periodistas del régimen se esfuerzan por ocultar y tergiversar la realidad,
haciéndole creer a la opinión pública que la guerrilla es la única victimaria en el conflicto.