viernes, marzo 01, 2013

El Castillo, Meta
El Ejército secuestró a dos niños para extorsionar a sus padres por información
Por: Camilo Raigozo

El Sindicato de Trabajadores Agrícolas Independientes del Meta, Sintragrim, denunció  que el pasado 22 de febrero, a las 3 de la tarde, cuando una niña y un niño, de 5 y 6 años de edad respectivamente, se dirigían de la escuela  La Esmeralda hacia su vivienda ubicada en la parte alta de la misma vereda, fueron retenidos por miembros del Ejército Nacional adscritos a la Cuarta División.

Ante esta situación la madre de los niños  Gubiela Amparo, salió en  búsqueda de sus hijos, encontrándolos retenidos por el Ejército en una vivienda vecina.

La madre de los niños fue recibida por un soldado  vestido con un saco de civil, color café, que no permitía ver su identificación. Seguidamente llegó otro militar debidamente uniformado pero tampoco tenía identificación alguna.

Cuando doña Gubiela Amparo rescató a sus hijos y se dispuso a marcharse fue increpada por uno de los soldados quién la sometió a un intenso interrogatorio.

“Desde su casa, su marido o alguien hizo una llamada a la guerrilla avisando de la presencia del Ejército”, le dijo el agente del régimen a la madre de los niños acabados de liberar.

Doña Gubiela Amparo desmintió las acusaciones del uniformado mientras este insistía asegurando que la llamada se había realizado. Al mismo tiempo otro soldado le tomó fotos y la filmó.

Cuando la madre le reclamó por esas acciones ilegales el soldado le gritó que “Su esposo y usted son milicianos, auxiliadores e informantes de la guerrilla”.

El día 27 de febrero de 2013 a las 3 de la madrugada, tropas del ejército que patrullan por la vereda de El Retiro, municipio de El Castillo, destruyeron un cultivo de plátano y además se apropiaron de 14 racimos, producto del trabajo del campesino Luis Ariel, el cual es estigmatizado por los militares y perseguido por usar un sombrero de caña grande.

Días antes las tropas regulares abordaron a la mamá de Luis Ariel y le preguntaron: “Quien es ese tipo que  anda para arriba y para abajo recorriendo la vereda vigilándonos por donde pasamos”.  La mamá les respondió que era su hijo y que caminaba por la finca trabajando.

“Esta situación de abuso y violación a los Derechos Humanos se repite de manera sistemática por la fuerza pública”, dice un aparte de la denuncia del sindicato agrario, quien también le pide a la comunidad internacional continuar  con el seguimiento  y monitoreo permanente frente  a las violaciones a los derechos humanos  y del DIH por parte de la Fuerza Pública contra las comunidades de la región del Alto Ariari y pie de monte llanero.


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