En enfrentamientos con las FARC-EP la Policía disparó
indiscriminadamente contra la población e hirió a un campesino
Por: Reddhfic
Por: Reddhfic
El pasado viernes 8 de noviembre, en el corregimiento El
Mango, a las 7:05 de la mañana, se inició un enfrentamiento armado en zona
poblada entre la Policía y el Ejército, contra las FARC-EP.
Hubo disparos y ráfagas indiscriminadas de fusil y
posteriormente se escuchó una explosión que estremeció al pueblo ocasionando un
pánico general entre la comunidad, y a su vez afecto vidrios de puertas y
ventanas en algunas viviendas.
Cerca de las 8 de la mañana, agentes de policía lanzaron
gases lacrimógenos de forma indiscriminada, afectando a los pobladores entre ellos
niños, ancianos, discapacitados, mujeres embarazadas.
Los 70 menores de edad que se encontraban en el centro de
atención a la primera infancia, que estaban recibiendo cuidados de
las madres comunitarias, al igual, que los estudiantes del colegio Marco Fidel
Narváez, que a esa hora estaban recibiendo clases.
Ante este hecho arbitrario e indiscriminado la mayoría de
la población se desplazó forzadamente concentrándose en la vereda el Bujio.
Un grupo de docentes e integrantes de la junta de acción
comunal trató de llegar hasta el restaurante escolar en busca de alimentos para
los menores, pero su acción se vio afectada porque la policía ubicada en el
cerro les disparaba continuamente.
Irene Alvarado, le solicitó a la junta de acción comunal
que le ayudara a evacuar a su hijo Jhon Fredy Rosero Alvarado, quien sufre de artrosis,
vive al frente del colegio y había sido afectado por los gases lacrimógenos.
Ante los hechos, el cual el presidente de la junta de acción
comunal se comunicó telefónicamente con el capitán Alejandro Acosta y le
solicitó que le ordenara a sus hombres no disparar sobre el sector del colegio
para sacar un enfermo.
El capitán Acosta le respondió, “don Dago, a usted cómo
se va a prestar para sacar a esos hijueputas guerrilleros, ese que quieren
sacar es un guerrilero” y luego colgó el teléfono.
Previa mediación de instituciones y organizaciones de derechos
humanos, los integrantes de la junta de acción comunal procedieron a llamar a
la ambulancia que se encontraba a unos 500 metros de distancia.
La ambulancia llegó con la sirena prendida y la Policía Nacional
del sector el Cerro, le hizo varios disparos de fusil Impactándola en el lado
superior izquierdo (parabrisas) arriesgando la vida e integridad del conductor
y del grupo médico de atención.
El conductor se vio obligado a mandar la ambulancia sobre
una cuneta y salir arrastrándose para evadir las balas de la Policía.
A las 10:20 de la mañana, el presidente de la junta de
acción comunal del corregimiento El
Mango recibió una llamada de un líder de la junta de acción comunal de la vereda
La Mina, en donde se reporta un civil herido en el sector el Basurero.
Cuando la comunidad se disponía a auxiliarlo fue atacada
por agentes de la policía que le disparó continuamente impidiendo auxiliar al
herido al que los uniformados señalaron de guerrillero.
Hernando Mosquera Navia, el señor herido, es un
reconocido campesino del corregimiento la Belleza, el cual estuvo tirado en la
carretera alrededor de una hora.
Previa información de la autorización para el traslado
del herido, el docente Salomón Caicedo, accedió voluntariamente a prestar el
servicio para poder llevarlo a un centro de atención en un carro rojo pequeño
de su propiedad, debido a que la ambulancia no se pudo usar por temor a nuevos
impactos de bala de la policía).
Luego varios concejales, directivos de junta de acción
comunal y más de 30 menores de edad, portando banderas blancas organizan un
cordón humanitario para intentar trasladar al herido a un centro hospitalario.
Pese a lo anterior cuando el carro trató de pasar el
centro del poblado la Policía acantonada en el barrio El Recreo, le disparó de
forma indiscriminada impactándolo en varias oportunidades.
El profesor Salomón, se salvó milagrosamente y en forma
valerosa siguió conduciendo el carro hasta poner a salvo al herido y sus
acompañantes, mientras la Policía continuó disparando por todo lado.
Por medio de un altavoz, campesinos le gritaban a los
agentes de policía que se trataba de un campesino herido y pedían que no
disparan pero los agentes hicieron caso omiso.
Ante este hecho algunas personas sacaron al herido en
improvisadas chacanas hasta el hospital.
Posteriormente se le insistió a la policía para que
dejara evacuar a los niños y ancianos restantes del barrio Caicedo que no
habían podido salir del lugar, pero los agentes se negaron.
Igualmente los agentes de policía les dispararon a cuanto
carro o moto que transitaba por el poblado, sin importar si llevaba niños.
Un cilindro bomba que cayó sobre la trinchera de la
policía, construida dentro de la población civil, y no explotó, fue cogido por los agentes de la
policía y cerca de las 10 de la noche, lo explotaron en un costado del
parque,
causando los mayores daños a la iglesia, la caseta el
parque, la casa de Rigoberto Gaviria, la casa de Edison Yela, las casas de Kennedy
Daza, Soneider Daza, Aenubio Arboleda y los negocios de Ovidio Laso y Felipe
Trujillo.
A las 11:50 de la noche, agentes de policía llegaron a la
vivienda de Juan Carlos Gaviria y violentaron las puertas e ingresaron abusivamente.
En el interior se encontraba un trabajador a quien los
agentes de policía le dijeron que buscaban al señor Juan. Luego le preguntaron,
“donde esta ese hijueputa de Juan Gaviria quien fue el que prestó la camioneta para que nos colocaran la
bomba, a él lo vamos a matar”.
Al no encontrar a los dueños de la vivienda, los policías
se retiraron del lugar no sin antes robar 200 mil pesos de la alcancía del hijo
pequeño de la familia, según denunciaron los afectados.
El lunes 12 de noviembre de 2012, la junta de acción comunal
programó una jornada de limpieza del pueblo a la cual la comunidad asistió
masivamente.
El capitán Acosta, llamó a los coordinadores de la
actividad y les dijo que “si estacionan el carro que recoge basura cerca a la
trinchera de la policía él lo volaba”.