miércoles, agosto 01, 2012

Conflicto social y armado
‘Para acabar la guerra hay que acabar las causas que la originaron’: Fabián Ramírez, comandante de las FARC

Como un servicio a nuestros lectores, Notimundo transcribe a continuación en su integridad una entrevista que el periodista independiente Karl Penhaul le hizo recientemente al comandante de las FARC, “Fabián Ramírez”.

El trabajo periodístico realizado en un video fue presentado en exclusiva por Caracol Televisión.

Karl Penhaul: Lo que el ejército, el ministro de Defensa y el presidente en aquel momento nos reportó fue que hubo un bombardeo masivo a un campamento donde tú estabas. ¿Cuente que pasó esa noche?

Fabián Ramírez: Usted bien sabe que nuestro departamento de inteligencia todos los días está recogiendo información sobre los movimientos que tiene el ejército sobre las diferentes operaciones que van a desarrollar.

Y la gente nuestra que trabaja en el departamento de inteligencia pudo conocer que se iba a presentar esa noche un bombardeo. Se tomaron las medidas rápidamente y todo daba hacia el sector donde nos encontrábamos.

Quisimos entonces precisar si nuestras agencias podrían conocer las coordenadas donde irían a bombardear.

Y aunque insistimos bastante, estuvimos hasta la una de la mañana en conexión con Bogotá y Bogotá con los pilotos que iban a participar en la operación. Los pilotos solamente se limitaron a decir que las coordenadas se las daban cuando estuvieran en el avión.

K. P. ¿Qué responde la guerrilla a ese llamado de humanización de la guerra?

F. R. Aquí hay que repetir las palabras de nuestro comandante, mi padre, Manuel Marulanda Vélez. Cuando estábamos en la mesa de negociación, tanto los delegados del gobierno, como los de las FARC, estábamos metidos en eso de humanizar esta guerra.

Cuando se le presentó y se le dijo, andamos en este tema, vamos en esta parte, estamos buscando reglas para humanizar la guerra, dijo:

“yo no estoy de acuerdo con eso, yo no estoy de acuerdo con humanizar la guerra. Yo en lo que estoy de acuerdo es en acabar la guerra.

“¿Para qué la humanizamos, para continuarla? No, a la guerra lo que hay es que acabarla. Allá es donde tenemos que apuntarle, acabar la guerra”.

Pero estos gobiernos no están interesados en eso. Le echan la culpa a la guerrilla, le echan la culpa a otras cosas.

El negocio de la guerra que tiene aquí el ejército, que tienen aquí esos políticos que también hacen parte, a los grandes negocios no les interesa. Hay intereses económicos y a la gente jamás se le cuenta la verdad de todo eso.

K. P. ¿Las FARC sí están interesadas en acabar esa guerra?

F. R. ¡Claro! Y todos juntos. ¿No que es la vida la que se juega aquí? Pero debemos terminar esta guerra llegando a un acuerdo, gobierno y guerrilla. Sin odios, sin ventajas, cediendo.  

Así es que llegamos a un acuerdo. Mirando quien tiene la razón de fondo. Aquí no es lo que se empecine a decir uno o el otro.

Para acabar la guerra no es diciendo, que entreguen las armas, que dejen de atacar puestos y atacar a la fuerza pública. No, eso no es así. Para acabar la guerra, hay que acabar las causas que la originaron

K. P. ¿Cómo debemos entender que las FARC no van a secuestrar más?

F. R. Lo que hemos dicho y lo repetimos, nosotros no volvemos a hacer secuestros con fines económicos, entiéndase bien, con fines económicos.

Pero si un soldado cae en combate eso no se llama ningún secuestro, es un prisionero.

K. P. ¿En cuánto a la política de las FARC de secuestrar lo que ustedes consideran políticos corruptos continuarán haciéndolo?

F. R. Es que los políticos corruptos están asesinando al pueblo. No con las balas. Pero con la plata que se roban, con esa plata que se roban, les están quitando las posibilidades de que puedan sobrevivir de una forma mejor.

Entonces, en un país altamente rico, hay una tremenda pobreza. Y esos corruptos, serán llamados a juicio para que respondan ante el juez.

K. P. ¿Cómo organización como asumen la pérdida de sus figuras históricas, como las que han perdido?

F. R. Hay una línea. Muere uno y queda el otro, muere el otro y sigue otro más y así sucesivamente. Y naturalmente duelen, pero la vida es así. ¿No será que no vamos a morir? No, tenemos que morir.

K. P. Esta es una guerra fratricida, es una guerra entre hermanos. No será que los hermanos por fin se pueden entender, por fin los hermanos pueden acordar para decir: hermanos, todos somos de la misma banda. Todos somos Colombia, esto tiene que acabar

F. R. Eso está bien.  Podemos decirle, hola soldado que piensas tú, si somos la misma cosa tu y yo. Nosotros nos podemos entender muy bien, pero la clase política de este país no quiere.

Los soldados, suboficiales y oficiales de bajo rango, saben que no tenemos que enfrentarnos más. Ellos lo saben y lo quieren hacer.

Pero sus altos jefes y superiores no lo permiten, porque se les acaba el negocio de la guerra. Se les acaba la plata para ellos.



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