Seguridad narcocrática/
El Ejército asesinó a indígena con 8 meses de embarazo
Por Camilo Raigozo
El pasado jueves 21 de junio, María Andrea Onogama Arcila, indígena embera chamí, de 22 años y con ocho meses de gestación, fue sorprendida por disparos de miembros de la Brigada 8 del Ejército Nacional.
El bebé que llevaba dentro murió instantáneamente, mientras que ella prolongó su existencia hasta las 7 de la noche del pasado domingo 24 de junio cuando falleció en un hospital.
Los hechos criminales ocurrieron en la vereda Itaurí, municipio de Pueblo Rico, Risaralda, cuando María Andrea y su esposo Orlando Guatiquí Nayasa, de 28 años, se encontraban pescando.
Según declaraciones a los medios del gobernador del resguardo del que hacían parte las víctimas, Luis Antonio Siagama, María Andrea y su esposo habían ido a pescar debido a la escasez de alimentos.
“Mientras Orlando manipulaba la atarraya, seis militares les dispararon", recordó el Gobernador.
Como es costumbre, los terroristas que le segaron la vida a María Andrea y a su bebé, a quién le truncaron la vida antes de que viera la luz, trataron de hacer creer que los crímenes se habían producido en un enfrentamiento con la guerrilla, lo que indignó a la comunidad.
El ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, los altos mandos castrenses, el gobierno de Santos, congresistas inescrupulosos y la ultra derecha, pretenden ampliar el fuero militar con el fin de que estos crímenes,-
otras violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario, cometidos por miembros de la fuerza pública, queden en la impunidad, que de por sí ya es aberrante.