La Defensoría pide investigar atroz asesinato de paramilitares en Nariño
Por Camilo Raigozo
Por Camilo Raigozo
La Defensoría del Pueblo en cabeza de Volmar Pérez, pidió a la Fiscalía General de la Nación investigar el atroz asesinato del joven Diego Sney López, a manos de paramilitares autodenominados “las rocas del sur”.
Según informó la Defensoría al menos 20 paramilitares asesinaron a sangre fría a Diego Sney López, de 22 años de edad, delante de su progenitora, el pasado 18 de marzo, en la vereda Santa Rosa, municipio de Policarpa, Nariño.
De acuerdo con información allegada a la Defensoría, a las 10 de la noche de la fecha mencionada, unos 20 sicarios fuertemente armados incursionaron en un villar y procedieron a golpear a las personas que allí se encontraban.
Los criminales vestían uniformes nuevos de uso privativo de las fuerzas militares y portaban armas de largo alcance. Se identificaron como “las rocas del sur” perteneciente a la banda paramilitar autodenominada “los rastrojos”.
Según la Defensoría, el joven Diego Sney Delgado López, quien se dedicaba a labores agrícolas en la vereda Santa Rosa, fue golpeado con la culata de un fusil y le causaron heridas en el rostro con la parte plana de un machete, al tiempo que fue señalado de pertenecer a la guerrilla. Luego lo fusilaron delante de su madre y de la comunidad.
Después del crimen los sicarios del régimen procedieron a quitarles los celulares a la comunidad para evitar que denunciaran a las autoridades.
El Defensor del Pueblo, Volmar Pérez, señaló que el grupo paramilitar “Los Rastrojos”, viene imponiendo controles en municipios como Policarpa, Cumbitara, Los Andes Sotomayor, La Llanada, Samaniego y Santa Cruz- Guachavez, mediante retenes, torturas, asesinatos, pillaje, saqueo de viviendas, desplazamiento y desaparición forzada de personas.
Los habitantes de estos municipios no denuncian por temor a las retaliaciones de paramilitares, por lo que la Defensoría instó a las autoridades locales, departamentales y nacionales, a que cumplan con sus obligaciones constitucionales de proteger la vida, la integridad y los bienes de las comunidades.
Del mismo modo los pobladores se sienten en manos de la estrategia paramilitar del régimen, abandonados por el Estado. No confían en las autoridades civiles, militares y policiales, por cuanto estas miran para otro lado mientras los ‘paras’ cometen sus crimines.
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