martes, febrero 21, 2012

A Santos le satisface es la sangre del pueblo colombiano, no la paz
Por Camilo Raigozo

Con arrogancia pendenciera el presidente Juan Manuel Santos despreció la propuesta del Ejército de Liberación Nacional, ELN, de contemplar un cese bilateral del fuego en el marco de una mesa de diálogos para buscar una posible solución del conflicto por la vía política.

De esta manera el Presidente continúa arrebatándole al pueblo colombiano el derecho constitucional de vivir en paz, estipulado en el Artículo 22 de la Carta Magna. “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”, dice en el mencionado Artículo que Santos se pasa por la faja.

"No nos interesan las pausas; nos interesa el fin definitivo del conflicto. El Gobierno Nacional no está interesado en ceses al fuego, ni en circos públicos temporales", afirmó Santos.

Al Presidente, a la clase guerrerista que ven la guerra en las pantallas desde sus lujosas poltronas, no les satisface sino la  sangre de los colombianos. Para ellos cualquier referencia sobre posibles salidas civilizadas a la cruenta guerra impuesta al pueblo, es un “circo”.

Casi simultáneamente al pronunciamiento del Presidente, en el norte del Cauca el Ejército recogía los cadáveres de al menos tres de sus hombres, mientras que otros 11 quedaron gravemente heridos en enfrentamientos con la guerrilla.

De parte de la insurgencia no se sabía si había muertos o heridos. Tanto los soldados como los guerrilleros, son hijos del pueblo que tienen el derecho a tener un destino diferente al que les ha trazado la oligarquía nacional y extranjera que mantienen el poder en el país.

De igual manera, como consecuencia de los enfrentamientos mencionados, 130 niños y 132 adultos tuvieron que dejar sus pertenencias y desplazarse de la zona para salvaguardar sus vidas.

Según una investigación de la Corporación Arco Iris, recientemente divulgada, estos sucesos son cotidianos en muchas regiones del país. El estudio pudo documentar que en los últimos tres años fueron muertos o heridos al menos 6.400 miembros de las fuerzas militares, 2.235 ocurrieron el año pasado.

A lo anterior hay que sumarle el despilfarro de cerca de 60 mil millones de pesos que consume la guerra cada día. Sin embargo estas horrorosas estadísticas parecen ser las que le satisface al Presidente y a la oligarquía que él representa. Lo que se sale de la barbarie es un circo.

"Continuar la lucha contra el terrorismo, el crimen y la violencia, con todo lo que esté a nuestro alcance, es nuestro deber. Para recuperar hasta el último centímetro del territorio nacional, y no sólo con nuestra Fuerzas Militares y nuestra Policía, sino con todo el Estado en su conjunto", dijo Santos. En esas el país lleva más de medio siglo desangrándose. Foto Ap.

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