Las torturas al campesino de Caloto, Cauca ¿Otro collar bomba?
Por Camilo Raigozo
El execrable acto criminal contra el campesino Luis Eider Dagua, de 42 años, ocurrido a mediados de esta semana en Caloto, Cauca, cuando tres desconocidos lo torturaron, le cortaron un dedo y le cosieron la boca con alambre, entre otros actos crueles contra el ser humano, parece ser la repetición de un libreto.
Los titulares y el despliegue de la noticia por los principales medios escritos, radiales, televisivos y virtuales, quienes forman en su conjunto una brutal dictadura mediática, fueron lo suficientemente contundentes para afectar la sicología de la sociedad.
“Farc torturan a campesino por negarse a ubicar 'burro bomba' en Cauca: Ejército”, tituló Caracol Radio. “Las Farc torturan campesino que se negó a poner ‘burro bomba’, tituló el Espectador. “Campesino es torturado por las FARC tras rehusarse a poner burro-bomba”, tituló Semana. Los titulares de las principales cadenas radiales y de televisión fueron aún más emotivos y sensacionalistas.
Como ejemplo, el siguiente fue el despliegue de la noticia de uno de los medios:
“En Caloto, Cauca
Farc torturan campesino que se negó a poner 'burro bomba'Por: Elespectador.com
Al hombre le habrían cosido la boca con alambre.
“Por resistirse a colocar un 'burro bomba' en el corregimiento de El Palo, en zona rural del municipio de Caloto, Cauca; las Farc le cosieron con alambre la boca a un campesino, le laceraron las manos y le propinaron varias puñaladas.
“Según el Ejécito tres guerrilleros del sexto frente de las Farc vestidos de civil habrían sido los responsables de la acción que tiene al hombre en delicado estado de salud internado en el Hospital de Santander de Quilichao según pudo establecer Caracol Radio.
“Los insurgentes pretendían atentar contra la fuerza pública que hace presencia entre El Palo y Tacueyo, en el norte del departamento del Cauca”.
Esta fue en términos generales la noticia, con muy pocas variaciones, desplegada ampliamente por la dictadura mediática nacional e internacional. ¿Cuáles fueron las fuentes?: El Ejército exclusivamente.
Surgen al menos las siguientes preguntas que se irán esclareciendo con el tiempo, como sucedió en el caso del ‘collar bomba’, cuyo libreto fue idéntico:
¿Hay pruebas contundentes de que los tres sujetos agresores son realmente de las FARC? ¿Por qué no se realizó previamente una investigación seria y profunda para saber con certeza quienes son los sujetos y a qué grupo pertenecen? ¿La víctima conoce a sus victimarios?
¿Es un falso positivo mediático para desacreditar a la insurgencia? ¿Es el escalonamiento de la llamada guerra sucia mediática? ¿Es una cortina de humo para ocultar los reveses sufridos? ¿Es un paso más en la degradación del conflicto? ¿Es parte de una estrategia contra posibles diálogos de paz?
El transcurrir del tiempo y la acción de la justicia se encargarán de aclararle a la opinión pública nacional e internacional la verdad sobre los hechos.
Para darle mayor peso a la estrategia y para que no queden dudas los mismos medios se encargan de publicitar el papel que desempeñan en el libreto los estratégicos opinadores:
El presidente Santos: "Que un grupo que se autoproclama revolucionario, defensor del pueblo, coja a un pobre campesino pescador y lo torture de esa forma porque (...) no quiso prestarse para cometer un acto terrorista, esa es una demostración de barbarie".
El general Miguel Ernesto Pérez, comandante de la III División: "Se trata de una violación del Derecho Internacional Humanitario y vamos a llevar el caso ante las cortes internacionales".El alcalde de Caloto, Jorge Arias: "No podemos guardar silencio frente a este hecho, y a cualquier tipo de violencia que altere nuestra tranquilidad". Y así sucesivamente incluyendo las “altas personalidades”, la cúpula castrense y la Iglesia, entre otros.
Una estrategia calcada del caso del collar bomba
A mediados de mayo de 2000, Elvia Cortés Gil de 55 años, fue brutalmente asesinada con un collar bomba que le colocaron en el cuello seis sujetos quienes supuestamente le exigieron 15 millones de pesos como extorsión.
Al igual que en el caso del campesino Luis Eider Dagua, de Caloto, Cauca, el modus operandi es el mismo. Un acto de extrema crueldad para causar un gran impacto en la opinión pública nacional e internacional, denunciado por el Ejército acusando a la guerrilla.
La dictadura mediática se encargó de publicitar con la suficiente fuerza el hecho para que ningún individuo pudiera escapar de la tenaza informativa.
Como ejemplo del trabajo que hicieron los medios para desacreditar a la guerrilla y hacer fracasar los diálogos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las FARC, transcribimos a continuación una versión del diario El Tiempo publicada el 16 de mayo de 2000:
“16 de mayo de 2000
Barbarie de Farc en Simijaca El Tiempo
“Elvia Cortés Gil murió ayer, a sus 55 años de edad, convertida en una bomba humana. Seis guerrilleros del frente 11 de las Farc le colocaron un collar de explosivos por negarse a pagar una extorsión de 15 millones de pesos.
“A las 3:30 de la madrugada, en su finca de la vereda Palestina, municipio de Simijaca (Boyacá), los subversivos cogieron por los brazos a la mujer y a empellones la llevaron al salón principal del lugar.
“"¿No va a pagar?, vamos a ver", le gritaban los subversivos. La hicieron arrodillar y frente a su esposo y cuatro hijos le colocaron un collar-bomba elaborado con tubos de PVC. La carga fue adherida a su cuerpo con pegante.
“Le dijeron a la familia que volverían en la tarde para recoger la plata. De lo contrario, activarían la carga explosiva. Un vecino de la finca alertó a las autoridades, que llegaron dos horas después.
“Elvia fue llevada por un grupo antiexplosivos a la circunvalar (vía Simijaca-Chiquinquirá) -sitio que a esa hora se encontraba solitario- para desactivar la carga. Cuatro horas después, el artefacto explotó.
“Elvia murió al igual que el subintendente de la Policía, Jairo López, técnico experto en explosivos. Segundos antes, el comandante del Batallón Sucre, con sede en Chiquinquirá, coronel Fabio Santiago Roa Millán, había estado consolando a la señora Cortés.
“"La abracé y le dije: tranquila que ya falta muy poco. Me retiré para que los técnicos hicieran su labor. No habría caminado diez metros, cuando se produjo la explosión", comentó el coronel Roa.
“Otros tres uniformados resultaron gravemente heridos. Al sargento primero del Ejército, Néstor Cruz Torres, la detonación le mutiló los dedos de su mano derecha.
“Los otros dos heridos, los soldados Gustavo Adolfo Caro y José Suárez Gallón, fueron remitidos al hospital de Chiquinquirá (Boyacá).
“Para el vicefiscal Jaime Córdoba Triviño, este episodio "constituye un acto de extrema barbarie y de máxima degradación moral que pone en evidencia que las Farc insisten en violar de manera desafiante las reglas mínimas humanitarias".
“El comandante de la I Brigada del Ejército, general Fabio Bedoya, dijo que son varios los hacendados y finqueros de esa zona del país que se han negado a pagar millonarias sumas a la guerrilla”. ( http://www.latinamericanstudies.org/farc/barbarie.htm ).
Apartes de lo que dijo otro influyente medio: “(…) De inmediato el Presidente (Pastrana) convocó a un Consejo de Seguridad y después de estudiar con atención las pruebas que le mostraron el Ejército y la Policía tomó la decisión de suspender la reunión entre las Farc, el gobierno y representantes de la Unión Europea para analizar las alternativas a los cultivos ilícitos, es decir, la llamada audiencia pública internacional. La cita estaba prevista para este sábado.
“(…) entre quienes no vacilan en afirmar que fueron las Farc, están el Ejército y la Policía de la localidad. Para ellos el grupo guerrillero quiere establecerse en Chiquinquirá porque es un corredor estratégico para moverse como pez en el agua hacia tres departamentos vitales: Cundinamarca, Boyacá y Santander.
“(…) el coronel Fabio Santiago Roa Millán, comandante del Batallón de Infantería Número 2 y responsable de la seguridad de la región: “Al día siguiente del espantoso asesinato de la señora un hombre, que dijo ser de las Farc, me llamó a mi despacho a amenazarme de muerte por haberlos acusado”. ( http://www.semana.com/nacion/collar-del-terror/12861-3.aspx )
“(…) el coronel Fabio Santiago Roa Millán, comandante del Batallón de Infantería Número 2 y responsable de la seguridad de la región: “Al día siguiente del espantoso asesinato de la señora un hombre, que dijo ser de las Farc, me llamó a mi despacho a amenazarme de muerte por haberlos acusado”. ( http://www.semana.com/nacion/collar-del-terror/12861-3.aspx )
Toda esta demencial estrategia urdida por la fuerza pública, el Gobierno y la dictadura mediática, para manipular a la opinión pública, desacreditar a las FARC y minar la credibilidad del proceso de paz que se adelantaba en San Vicente del Caguán, es un libreto que se repite cada vez que las circunstancias lo ameritan.
Como consecuencia del montaje de militares y medios el presidente Pastrana resolvió suspender en esa oportunidad la Audiencia Internacional que se había planteado como tema de la agenda de negociación para el proceso de paz, por ser las FARC.
Casi no pasó semana sin que la dictadura mediática dejara de fabricar escándalos similares que sin duda incidieron bastante para que los diálogos de paz se rompieran, como efectivamente sucedió.
Acontinuación una versión de El Espectador, donde reconoció que no habían sido las FARC la autoras del execrable crimen del collar bomba.
“A mediados de 2000, los medios de comunicación informaron una nueva y cruel modalidad de secuestro de las Farc: el collar-bomba. A doña Elvia Cortés, una acomodada campesina de Chiquinquirá, la guerrilla le puso en el cuello un tubo con explosivos, operado a control remoto, y entregó un casete con instrucciones para pagar a la organización $15 millones.
“El insólito y cruel caso dio la vuelta al mundo mientras los generales, el Ministro de Defensa y el obispo de ese municipio confirmaron la responsabilidad de las Farc.
“Un técnico de explosivos y la víctima ‘volaron’ al intentar desactivar el mecanismo ante las cámaras de la televisión, que transmitían en vivo el brutal acontecimiento. El país reaccionó indignado y con ira y los militares reiteraron el señalamiento contra las Farc.
“El presidente Pastrana canceló una reunión entre la guerrilla y delegados extranjeros inclinados a reconocer su estatus de beligerancia, y repudió una “acción de la que hasta las bestias se arrepentirían”. Pero las Farc rechazaron la acusación y Marulanda se paró furioso de la mesa de negociaciones en el Caguán.
“Pero Inteligencia de la Policía, pese a la opinión de su director, abrió con mesura otra hipótesis: delincuencia común. Dos semanas después, el consejero de Paz Camilo Gómez admitió que “las Farc no fueron las autoras del collar-bomba””.
“A pesar de las excusas que el Gobierno le presentó muy discretamente a la guerrilla, la acusación tuvo consecuencias políticas en la negociación, sin duda, calculadas por los “enemigos agazapados de la paz”, como años atrás los calificó Otto Morales Benítez en relación con los acuerdos de la Uribe firmados entre el Gobierno y las Farc”, anotó con cinismo El Espectador, cuando ya la prensa había causado el suficiente daño.( http://m.elespectador.com/impreso/judicial/articuloimpreso166127-los-nuevos-sabuesos-forenses ).
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