jueves, abril 21, 2011

El caso de las negociaciones entre la guerrilla y el Estado colombiano
Por Dick Emanuelsson

Tegucigalpa, 19 de abril de 2011. Se ha hablado mucho sobre el papel de Santos y el gobierno de Colombia en las negociaciones sobre el futuro de Honduras. Los críticos califican al régimen de Santos como “fascista” y por ende está afuera.

Quiero recordar a los amigos que cuestionan las negociaciones y que argumentan sobre “La Carta Colombiana” que la guerrilla de las FARC-EP ha insistido durante más de 40 años en una “Solución Política Negociada”.

Y encima mujeres y hombres guerrilleros caen casi todos los días bombas “traicioneras”.

Pese a eso, la guerrilla ha insistido ante todos los regímenes de Bogotá en la mencionada solución.

Estuve en “la Casa Verde” durante dos semanas en los meses de marzo y abril de 1988. Reinaba “El Acuerdo de Cese de Fuego” entre el gobierno conservador de Belisario Betancourt y el Secretariado del Estado Mayor de las FARC-EP, firmado en mayo del 1984.

Todos los días se conversó entre el comandante Jacobo Arenas, co fundador con Manuel Marulanda y el representante del régimen para evitar cualquier provocación por parte de los militaristas de las FF.MM. y así evitar que rompiera el acuerdo.

Pero el 9 de diciembre de 1990, el presidente liberal Cesar Gaviria ordenó el bombardeo del campamento madre de la insurgencia colombiana lo que trajo diez años más de guerra y aproximadamente 200.000 más muertos de colombianos.

Pero el acuerdo de cese de fuego con Betancourt abrió primero un espacio democrático formal en donde se logró crear un movimiento político amplio de izquierda que fue la Unión Patriótica, UP, con participación de guerrilleros, la creación de una central obrera que fue la mayoritaria, CUT, federaciones campesinas y movimientos sociales que surgieron como consecuencia del acuerdo entre el estado y la guerrilla.

También se celebraron por la primera vez en la historia política de Colombia elecciones libres y secretas a gobernadores departamentales y alcaldes.

Y se acordó sobre los pasos para llegar a una Constituyente, elecciones convocadas por Gaviria el mismo día cuando éste ordenó a las Fuerzas Militares Colombianas de bombardear y atacar a la Casa Verde, una verdadera puñalada traicionera al proceso de paz con la guerrilla que a pesar de eso insistía en la solución política.

Había grupos de la insurgencia colombiana como el M19 que criticaba duramente el acuerdo de cese de fuego entre las FARC-EP y Betancourt.

Me acuerdo cuando entrevisté a Vera Grabe, una de las comandantes del M19 que decía que ellos estaban de favor un ejército guerrillero único, lo cual fue inscrito en el documento de la 2ª Cumbre de la Coordinación Guerrillera Simón Bolívar que se realizó durante estos días en Casa Verde, en marzo y abril de 19888.

Pero ironía de la vida, porque fueron (m19, EPL y una parte de ELN) los primeros de entregar las armas a Gaviria en unas desmovilizaciones 1990-91 sin absolutamente nada en cambio.

No fue otra cosa que una cooptación de esos movimientos políticos-militares que en su mayoría tenían sus raíces en la pequeña burguesía y que hoy no son nada más que unos politiqueros más en Colombia.

Después diez años de guerra el presidente Andrés Pastrana entendió 1998 que era indispensable con un proceso de paz. Se abrió en San Vicente del Caguán, un territorio dos veces de El Salvador, un verdadero laboratorio de paz bajo control total de las FARC-EP.

Pero lo más importante fue el hecho que el canal público del estado colombiano fue obligado, por el acuerdo con las FARC-EP, de transmitir todos los domingos las “Mesas Temáticas” en donde se hicieron 29.000 intervenciones muy bien elaboradas de todo el movimiento popular colombiano, como los maestros, los campesinos, los sindicalistas, etcétera.

La oligarquía chillaba con los dientes cerrados pero el colombiano pudo tomar parte de esas discusiones que enriquecieron el debate político en el país, hasta llegar al interior de la sala del colombiano en común.

Cada acuerdo tiene, si no hay una correlación de fuerza e inteligencia suficientemente grande, su fin. Así también en Colombia en donde la oligarquía es militarista y totalmente intolerante pero muy hábil e inteligente.

Y eso es importante entender cuándo Mel, Juan y el Frente entran en unas conversaciones con Chávez y Santos. No aprovecharlas, bueno., . . . son decisiones del Frente, pero repito; la guerrilla colombiana insiste que solamente una “Solución Política Negociada” puede llevar a Colombia a una duradera paz.

“El futuro de Colombia no puede ser la guerra”, repitió muchas veces Jacobo Arenas.

El futuro de Honduras no puede ser de vivir en la sombra de un golpe de estado. Y por eso el movimiento popular, habría dicho Arenas, debe utilizar todas las formas de lucha de masas, que no descarta ninguna forma, tampoco las negociaciones, aunque sea con el Diablo.


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